No es de extrañar que, ante el panorama actual, los treintaidós países miembros de la OTAN respondan a los desafíos con más gasto  militar. Hoy la Alianza Trasatlántica, presenta su informe anual.

Si ya venía aumentando el gasto en defensa, el retorno de la guerra a Europa, con la invasión de las tropas rusas a Ucrania ha implicado que la prioridad fundamental sea tener mejor armamento y un ejército más modernizado. La seguridad y la disuasión son prioritarias.

          Ya en 2022,  los aliados europeos y Canadá, dieron más apoyo a la partida de Defensa por octavo año consecutivo. De 2021 a 2022 el gasto militar incrementó 2.2% en términos reales y en dinero implicó 350 mil millones de dólares en dicho lapso.

          A la espera de saber cuánto fue el gasto en defensa en 2023 que figura en el informe que hoy se dará a conocer, ya hay algunos países como Polonia que están armándose hasta los dientes y están gastando el 4% del PIB en defensa y más armamento.

          Ni Trump con sus amenazas a la OTAN ha logrado lo que Putin: que los aliados saquen la chatarra militar, modernicen sus ejércitos y gasten más y más en armamento. Hasta Alemania, está planteándose restablecer el servicio militar.

          Vimos una era marcial que, lamentablemente no va a terminar pasado mañana. Será larga, se nos acabó la luna de miel con una paz abigarrada, casi detenida con alfileres.

Ya en 2022, siete aliados cumplieron con su compromiso de gastar 2% de su PIB en defensa. En 2014, solo tres lo hicieron. Tan solo Estados Unidos destina para el rubro militar 54% del Producto Interno Bruto (PIB) combinado de los aliados y 70% del gasto combinado de defensa.

          Las amenazas hacen que los gobiernos hagan a un lado gastar más en educación o en vivienda o en infraestructuras y eso lo resiente la población que ve esfumarse sus impuestos en armas que están en algún lado.

          A la espera de actualizar el dato que hoy dará la OTAN, Estados Unidos sigue siendo el país del mundo con el mayor gasto militar: en 2022 ascendió a  821 mil 830 millones de dólares. La Unión Americana gasta en defensa casi cuatro veces el presupuesto de China y 18 veces el gasto militar del Kremlin.

A COLACIÓN

En 2021, nada más  el gasto militar total de la OTAN fue superior al billón de dólares pero el compromiso de sus países miembros pasa por una mayor capacidad de defensa y disuasión.

Y desde entonces ha ido a más porque la prioridad pasa por ayudar a Ucrania. Desde que inició la invasión los aliados han proporcionado un apoyo sin precedentes a Ucrania: “Con alrededor de 120 mil millones de dólares en asistencia militar, humanitaria y financiera tan solo en 2022”.

Si bien Estados Unidos es el mayor contribuyente individual, Europa y Canadá proporcionaron más de la mitad de la asistencia general. Los europeos también dieron la bienvenida a casi cinco millones de refugiados de Ucrania.

Los países que otrora no querían gastar ni media décima del PIB en defensa están sacudiéndole el polvo a su arsenal militar, rebasado por los avances tecnológicos.

La invasión rusa a Ucrania ha sido una vitamina para la OTAN. Los países del este de Europa presionan para que la Alianza Trasatlántica tenga más presencia e implicación en reforzar el flanco oriental.

Al incremento en el gasto militar se ha sumado un cambio en el paradigma de la seguridad colectiva, gracias al nuevo Concepto Estratégico que identifica a Rusia como la amenaza más significativa y directa para la seguridad aliada e incluye, por vez primera, como alto riesgo a la República Popular China; y otros desafíos tales como las amenazas derivadas de las cibertecnologías; las amenazas híbridas y hasta las implicaciones del cambio climático ante la seguridad de las fronteras.

Claudia Luna Palencia

Journalist Economist Writer