De acuerdo con los datos más recientes presentados por el secretario de Turismo, Miguel Torruco, el año pasado México  recibió a 42 millones 153 mil turistas internacionales que dejaron una derrama de 30 mil 809 millones de dólares.  Son muy buenas noticias para el país azteca.

          Y la expectativa  es que este año  arribarán más turistas internacionales y así como van las cosas, no es de sorprender que en 2025, pueda llegarse a la cifra de los 50 millones de visitantes foráneos.

          El Tren Maya será, sin duda, un enorme aliciente no solo para los viajeros de Estados Unidos y de Canadá; lo será primordialmente para los visitantes que viajen desde Europa.

          Al turista europeo le encanta la comodidad que proporciona el tren. Durante las vacaciones, la gente quiere un poco olvidarse del coche y realmente descansar y disfrutar sin el estrés de ir conduciendo. Viajar en tren permite los trayectos cómodos,  apreciar el paisaje, convivir con la gente y conocer los medios de transporte locales.

          Cuando se inauguró en 1994 el Eurostar, el tren de alta velocidad  que alcanza los 300 kilómetros por hora y que une a París con Londres, a través del Canal de la Mancha, apenas y se llenaban los vagones. Hoy, si no se reserva con tiempo, no hay forma de encontrar billete; no son pocas las líneas aéreas que han reducido sus rutas de París-Londres-París porque la gente prefiere irse por tren.

          Es verdad que el tren en general en Europa ha contribuido en buena medida a que las líneas aéreas presentasen su fórmula low cost para poder competir o incluso mejorar las tarifas que ofrecen las compañías férreas. Y, ahora vemos, lo que está emergiendo gracias a esa guerra entre el avión y el tren porque Europa puede elegir entre rutas regulares y rutas low cost, tanto en avión como en tren.

          De eso solo se beneficia el viajero, ya sea local o el visitante nacional o extranjero. Porque ampliar el abanico en cuanto a los medios para viajar solo trae beneficios.

          Y esos beneficios llegarán también al sureste de México cuando la ruta al completo del Tren Maya esté inaugurada y las personas locales puedan viajar en tren, sin usar más el coche o el autobús; y cuando, los viajeros, tanto nacionales como extranjeros, puedan decidir aprovechar más el tiempo durante su estancia y no tengan que quedarse encerrados en un hotel all inclusive con la pulserita puesta y el bañador adherido al cuerpo.

          México tiene esa gran oportunidad. Gracias al Tren Maya,  podrá captar a otro tipo de turista que quiere bañarse en las bellas aguas del caribe mexicano pero también quiere ver usos y costumbres; disfrutar de la cultura, mezclarse con la gente; probar sabores locales  y simplemente gozar como si fuese uno más.

          Yo estoy convencida de que este boom de atractivo que está viviendo México  terminará atrapando a más turistas no solo españoles, sino franceses, británicos, alemanes y belgas; entre otros más.

          El concepto de elegir rutas sin el estrés de cómo hacerlo: de alquilar un vehículo o de perder tiempo llegando a una estación de autobuses desaparece gracias  a las facilidades y la seguridad que proporciona el desplazamiento ferroviario.

A COLACIÓN

          La propia Organización Mundial del Turismo (OMT) reitera el enorme valor agregado que añade la industria del turismo a muchos subsectores. La también llamada industria sin chimeneas en el mundo cada vez genera más empleos, tanto directa, como indirectamente.

          Una ciudad sin turistas es la tumba para muchos subsectores y sectores. Una ciudad bajo el bullicio de los visitantes, con las largas colas en los museos, las cafeterías, los restaurantes, las atracciones, las tiendas… sí puede ser un fastidio para los locales pero gracias a ellos muchas ciudades y pueblos están prosperando.

          El turista va a gastar dinero. Ese turista que llegue a México deseoso de disfrutar del Tren Maya bajará a conocer ciudades y pueblos que antes no tenía opción de cómo hacerlo salvo por un autobús o un taxi. Y muy seguramente ni siquiera había escuchado hablar de dichos sitios y solo tenía en mente lo que más propaganda y publicidad ha recibido.

          Eso también va a cambiar y mucho. Porque las rutas ya trazadas les permitirá elegir y  ver comunidades en la selva maya; descubrir pirámides y cenotes que no son tan conocidos. Disfrutar así del pueblo y de sus tejidos, de su comida, de su artesanía y  de su música. Una  creatividad que recibirá  dinero a cambio que es lo que todos requieren para progresar.  Insisto: vendrá para México un boom turístico muy importante.