En las perspectivas del Foro Económico Mundial, más de la mitad de los economistas de las principales firmas de análisis coincidieron en señalar que la economía mundial se debilitará este año.
Al menos siete de cada diez de los economistas esperan que el ritmo de fragmentación geoeconómica se acelere en 2024; solo un grupo marginalmente más pequeño prevé una estabilización o mejora de las perspectivas económicas.
El propio Fondo Monetario Internacional (FMI) contempla un ligero descenso del crecimiento mundial hasta el 2.9% en 2024, frente al 3% de 2023. Sin embargo, gran parte de este crecimiento se debe a la actividad de los mercados emergentes, mientras que el crecimiento en las economías avanzadas es mucho más frágil.
Las expectativas de inflación se han reducido y los economistas también esperan que los mercados laborales y las condiciones financieras se relajen a lo largo de 2024.
Sin embargo, todos coinciden en que se avivará la volatilidad en la economía mundial y los mercados bursátiles al menos durante los próximos tres años y habrá una mayor divergencia entre el norte y el sur global mientras terminan de conformarse diversos bloques geoeconómicos.
Desde la perspectiva del FMI, la pérdida potencial de la producción económica mundial debido al aumento de las restricciones comerciales podría alcanzar hasta el 7% y es probable que las economías de bajo ingreso asuman un costo significativamente mayor (que podría alcanzar el 4% del PIB) en comparación con las economías avanzadas.
Ya existe una brecha en los patrones de crecimiento entre las regiones. Se espera que la actividad en Asia meridional y oriental siga siendo boyante. El caso atípico sigue siendo China, con predicciones de crecimiento que pasaron de fuerte y moderado a muy moderado a lo largo de 2024.
De hecho, en el mismo Foro Económico Mundial, participó Li Qiang, primer ministro chino, que dio a conocer que la economía china habría registrado una expansión de su PIB de 5.2% el año pasado.
“Ha sido un crecimiento superior al que esperábamos en un principio fijado en 5%, nuestra economía no tuvo que recurrir a estímulos masivos para promover el desarrollo económico tenemos un mercado interno robusto además nuestra industria manufacturera genera un alto valor agregado que es equivalente al 30% del total mundial”, enfatizó Qiang ante el público congregado en Davos.
No obstante, la desaceleración de la economía china es evidente está creciendo a la mitad de sus niveles de hace una década; también Europa, lleva atrapada en una espiral de recesiones y crecimientos marginales que no hace más que agravarse con cada conflicto geopolítico y geoeconómico.
Los economistas en jefe que participaron en la encuesta de Davos creen que el mundo necesita un nuevo modelo de crecimiento que equilibre los motores del crecimiento y la productividad con la complejidad de la innovación, la inclusión, la sostenibilidad y la resiliencia.
A COLACIÓN
¿La gran interrogante es cómo estabilizar este Titanic que sigue hundiéndose porque la geopolítica se ha convertido en el gran iceberg? Nadie se atreve a tomar una decisión de mediano plazo porque, desde la pandemia del coronavirus, la mayoría toma decisiones de corto plazo.
Con la exacerbación de los conflictos armados, la ventana que se abre es más bien un portal de incertidumbre: nadie sabe cuándo terminará la guerra entre Ucrania y Rusia; nadie sabe cuándo concluirán los bombardeos de Israel contra los palestinos en Gaza y en Cisjordania.
Nadie sabe si habrá una guerra regional en Medio Oriente y habrá una escalada de conflictos regionales en otras partes del globo terráqueo aprovechando que la ONU está en sus horas más bajas y que una vez abierta la caja de Pandora, todos los demonios andan sueltos.
Lo único que se atisba es que Irán quiere una gran guerra regional y quizá Rusia lo esté alentando también porque así se expande el conflicto y Estados Unidos tiene que multiplicar sus esfuerzos en lugar de tenerlos concentrados. Divide y vencerás.
No sabemos si el día de mañana rebrotará el conflicto entre Azerbaiyán y Armenia por Nagorno Karabaj. El Cáucaso sur es uno de los grandes puntos flacos para los europeos y cada conflicto no solo es destrucción de vidas, también destruye el capital, destruye la confianza en el futuro, destruye los planes y destruye la capacidad de entendimiento. Mientras la geopolítica siga condicionando a la geoeconomía, no habrá crecimientos estables, solo habrá más muertos.