Nos van a hacer pagar a base de terrorismo. La indiferencia que la sociedad occidental muestra hacia las guerras que no son las suyas termina siempre regresando en forma de odio y de terrorismo.
Vamos a pagar con sangre y dolor la prolongación, segundo a segundo, de la guerra descarnada que libra Israel contra los palestinos civiles de la Franja de Gaza a quienes sitúa a todos, sin distinción alguna, en el baremo de terroristas a fin de destruirlos.
Estamos inmersos en una guerra que cada vez cobra más dimensiones globales, no podemos seguir indiferentes, las bombas económicas llevan largos meses cayendo en nuestros bolsillos destruyendo el poder adquisitivo y hundiendo a más gente en la pobreza.
Las otras bombas están acabando con la vida de miles de personas inocentes no solo en la Franja de Gaza y de Cisjordania. Hay otras víctimas como, en Ucrania, a merced de un Putin voraz que va camino en marzo de amañar otras elecciones para quedarse más tiempo en el poder; convertido en el moderno dictador de una nación a la que ha llevado a una guerra que no buscaba pero cuyos hijos regresan en ataúdes y nadie es capaz de frenar a un imperialista que lleva moviendo los hilos del poder mundial a su gusto.
Desde los tan cuestionables atentados del 11 de septiembre de 2001 que unos días antes, sospechosamente, tuvieron como antesala el asesinato del comandante muyahedin, Ahmad Shah Massoud; mientras le hacían una entrevista en Afganistán, el camarógrafo, detonó una bomba.
Desde que Putin está en el poder en Rusia, desde 2000 ocupando unas veces el cargo de presidente y otras de primer ministro, no han dejado de pasar atentados terroristas y anexiones territoriales de los viejos feudos que alguna vez pertenecieron a la URSS. Putin ha sido y seguirá siendo mientras viva el gran titiritero que mueve las piezas del ajedrez a su conveniencia.
Su cercanía con Irán es preocupante. Su cercanía con Corea del Norte es preocupante. Los amos de la guerra no tienen un sentido de humanidad sino de poder y por el poder son capaces de todo.
Este año, nos aguarda el infierno con Putin y los norcoreanos y los iraníes maniobrando para crearle sangre y dolor a occidente ante la mirada condescendiente de China.
La tensión en el Mar Rojo está convirtiéndose en la primera batalla naval de esta guerra que sigue sumando aliados luego de que Estados Unidos pusiera en marcha la Operación Guardián de la Prosperidad en la que participan las armadas estadounidense y de otras nueve naciones. La intención es liberar la navegación del Mar Rojo de los terroristas hutíes que buscan boicotear la navegación de los grandes contenedores, no solo de hidrocarburos, sino de chips y de todo cuanto cruce dichas aguas.
A COLACIÓN
No solo Irán está financiando a los terroristas contra occidente desde hace tiempo, también Rusia y Corea del Norte son financiadores del terrorismo contra occidente y no podemos descartar a los servicios de inteligencia chinos.
La liberación de un virus, el SARS-CoV-2, marcó una guerra biológica en la que solo se empañó más las relaciones entre China y Estados Unidos ampliando su océano de antagonismo. Ambas economías han sido las damnificadas del coronavirus, mientras desde el Kremlin, ya Putin preparaba su invasión de Ucrania.
La amplificación de las tensiones al polvorín de Medio Oriente con la irracional acción perpetrada por Hamás y en la que sobre todo participó la yihad palestina le ha dado al gobierno de Israel, el más ultraderechista de su historia, el pretexto para que un Netanyahu consolide lo que siempre ha deseado: eliminar a los palestinos del territorio de Israel… matarlos o expulsarlos. O ellos o nosotros así de claro ha sido siempre Netanyahu no es nueva esta posición es la que siempre ha mantenido a lo largo de todos sus años como político.
Que la masacre contra los palestinos se prolongue seis meses, es para la aldea global una muy mala noticia, porque esto es solo darle más pretextos a los financiadores del terrorismo y más pretextos a los terroristas.
Netanyahu y su ala ultraderechista sabían que habría un atentado y lo dejaron fluir. Como en Estados Unidos, lo supo en su momento el presidente George W. Bush y lo dejó fluir. Dame un pretexto y te daré una guerra y Bush se vengó destruyendo Afganistán y luego fue a Irak a cazar a Saddam Hussein y no paró con sus maniobras injerencistas hasta que la ola de las primaveras árabes acabó con Khadafi en Libia y con la detención de Mubarak en Egipto.
En Israel ya tienen planes para construir su Disneyland en las parcelas aledañas a la Franja de Gaza, quieren edificar su parque de diversiones, su Hollyland y parece una broma, pero no lo es. Empiezan a salir los planes a flote aunque todavía la ultraderecha en el poder no se manifiesta abiertamente al respecto de qué harán con los dos millones y medio de gazatíes que ahora viven hacinados en el sur de la Franja colindante con el paso de Rafah en Egipto. Ya ha dicho Egipto y Jordania que no están dispuestos a recibir a dos millones y medio de gazatíes en sus territorios. ¿Qué hará Netanyahu? ¿Cuántos piensa matar a base de bombardeos y de no tener comida ni gas, ni agua, ni luz en los próximos meses? Algún miembro del gabinete de Netanyahu dijo que la Tercera Guerra Mundial ya había comenzado. Este año será de guerras y de terrorismo, hay fuerzas perversas encendiendo la mecha, aquí y allá, porque el caos les beneficia para sus propios intereses estratégicos.