La literatura infantil chicana/chicano ha estado caracterizada por el elemento testimonial que no ha permitido adentrarse en formas literarias novedosas, consideró la especialista en el tema y académica de la Universidad de Arizona, Alba Nora Martínez, en el marco del Programa de literatura y cultura chicana y crónicas de migración “La migración de la palabra” de la 4ª Feria Nacional del Libro y la Lectura Michoacán.

Como parte de dicho programa, se llevaron a cabo las conferencias, “Representaciones culturales y de género en la literatura infantil y juvenil chicana/chicano” de Alba Nora Martínez, y “Migración y literatura infantil y juvenil” de Laura Martha Guerrero Guadarrama. En ambas exposiciones, el tema de la migración y la literatura fueron el punto de encuentro.

Guerrero Guadarrama enfocó su presentación en el proceso migratorio, con todo lo que implica dejar el hogar y adaptarse a nuevos mundos, y en ese sentido es un tema prioritario, que se entiende, sea una preocupación natural dentro de la literatura producida por chicanos/chicanas, pues, no se puede dejar atrás el pasado. Además, consideró que la otredad es un tema fundamental en el arte y la literatura chicana, pues implica ver al otro, entender qué es lo que sucede con el otro.

Para Alba Nora, la pérdida de la identidad racial y el constante esfuerzo por evitar que se pierda la cultura mexicana es lo que motiva a los escritores chicano/chicana a escribir sobre temas que tocan el significado emocional de crecer en Estados Unidos siendo mexicano, las diferencias sociales y de clase, la aculturación, el racismo, la migración, la lengua, la pérdida de identidad racial, la festividad de los quince años, y la historia que los padres cuentan a sus hijos sobre su llegada a ese país. De ahí, asegura, surge la necesidad de hacer libros dedicados a niños, libros que representen la cultura de los chicanos y en los que ellos puedan verse reflejados.

En ese sentido, dentro de la literatura chicana se pueden encontrar personajes en común como Sor Juana Inés de la Cruz o La llorona, pues ambas representan una manera de aproximarse a las raíces mexicanas, y son fuentes de orgullo que ayudan a rescatar la imagen de la mujer mexicana. Por otro lado, compartió, esta literatura tiene en común el uso del spanglish, combinación del inglés con el español, como una declaración política, porque en su vida diaria se ven forzados a abandonar la lengua madre.

Como resultado de esta necesidad de reafirmarse, la literatura ha caído en el estancamiento de lo testimonial, consideró la conferencista, lo que ha impedido que se exploren nuevas formas o temas porque sigue atrapada en la voz primaria. Quizá, reflexionó, esto responda a que se trata de una voz reprimida que logra su expresión en los textos, además de que existe un fuerte compromiso social por parte de los autores, que buscan todo el tiempo la consolidación de una identidad.