Las personas que están conscientes de que un accidente o una enfermedad a futuro pueden privarle de seguir generando ingresos son las que se preocupan por contratar seguro de vida. Esta acción es una muestra de sensatez ante los imprevistos que pueden ocurrir y que no solo implican el fallecimiento.
El seguro forma parte de un plan de vida que nos permite garantizar la protección nuestra o la de nuestros seres queridos cuando no podamos trabajar bien sea por invalidez o incapacidad total y permanente.
Ante todo, debemos saber que un seguro de vida puede hacernos llevar mejor un imprevisto incluso cuando los daños que hemos sufrido son irreversibles y esto dependerá de nuestra elección a la hora de contratar el servicio.
La incapacidad total tiene como consecuencia que la persona asegurada no pueda continuar ejerciendo el trabajo que venía realizando. Sin embargo, las secuelas no le impedirán seguir generando ingresos en otros campos.
La incapacidad permanente se refiere a una inhabilidad de desempeñar cualquier trabajo no solo el que venía realizando. Este sin duda es el más grave de los casos de incapacidad.
Los seguros de vida pueden ofrecer diversos servicios para cubrir cualquier tipo de incapacidad. La decisión de contratar cualquiera de las opciones dependerá del asegurado y su precio variará según el menor o mayor compromiso que la empresa aseguradora esté asumiendo.
¿Cómo funciona un seguro de vida?
Las aseguradoras de vida no se dedican únicamente a cubrir el fallecimiento del asegurado. Como se explicó, también pueden abarcar la invalidez total o permanente, así como las enfermedades graves.
La empresa aseguradora ayuda al titular a elegir el costo de la póliza de acuerdo con su capacidad crediticia o el monto de sus ingresos. Se trata de una entidad que tiene el compromiso de pagar el capital acordado ante la emergencia que cubre el seguro. El titular es quien contrata el servicio y el beneficiario puede ser él o sus familiares.
El funcionamiento del seguro de vida es fácil. El titular se compromete a pagar un monto establecido de forma periódica y la aseguradora está obligada a cancelar la cantidad acordada en caso de presentarse un siniestro o contingencia.
Esta negociación comienza por la decisión de la empresa aseguradora de aprobar la proposición. Generalmente se estudian exámenes de salud, así como el tipo de trabajo y los hábitos del solicitante, su patrimonio e ingresos.
En la póliza quedan asentados los derechos y compromisos de ambas partes, tanto del titular en pagar sus cuotas como la obligación de la aseguradora de cumplir con el pago establecido al presentarse la necesidad de lo acordado.
El primer paso para cobrar un seguro de vida es hacer saber a la empresa encargada sobre el siniestro, para que se realice el informe de liquidación y la posterior cobertura de la indemnización que es la suma de dinero que la compañía está obligada a pagar de acuerdo con lo ya acordado legalmente.
Ventaja de contar con una póliza
Los seguros de vida son importantes y lamentablemente muchas veces nos damos cuenta de ello justo en el momento en que atravesamos una situación difícil y no contamos con alguno.
Una póliza de seguro puede cubrir cualquier emergencia y esto dependerá del tipo de contrato que se haga con la empresa y las previsiones hechas por quien contrata el servicio.
La principal ventaja de contar con un seguro de vida es que brinda a la persona la tranquilidad de una seguridad financiera para solventar cualquier problema o suceso que ocurra de forma inesperada.
Asegurar la vida no solo implica el fallecimiento, sino que se pueden añadir otras coberturas que cada vez se tornan más importantes en la sociedad actual. Sea cual sea el caso, la imposibilidad de generar recursos a futuro no será un problema si contamos con un buen seguro de vida.
El seguro de vida es el que más demanda tiene en las compañías que se dedican a brindar este tipo de servicios. Siempre es mejor prevenir que lamentar y la seguridad es el mejor ejemplo de ello.