Fósiles de una pequeña y antes desconocida criatura con dientes de sable y apariencia de ardilla fueron descubiertos en Argentina, un hallazgo que aporta nuevas pistas sobre cómo los mamÃferos pequeños vivieron entre los dinosaurios hace más de 93 millones de años, dijeron cientÃficos el jueves.
El Cronopio dentiacutus tenÃa dientes muy largos, un hocico estrecho y amplias cuencas oculares, lo que significa que probablemente se movÃa por la noche para poder sobrevivir entre los grandes animales carnÃvoros del Cretáceo, según el equipo que descubrió el fósil en la provincia patagónica de RÃo Negro. El fósil fue hallado en un lecho de sedimentos donde también han aparecido huesos de dinosaurios.
Los fragmentos de cráneo y mandÃbula tienden un puente sobre una brecha de 60 millones de años en el registro fósil de los mamÃferos, dijeron Sebastián ApesteguÃa, Leandro Gaetano y Guillermo Rougier, quienes describieron su hallazgo en la edición del jueves de la revista Nature.
Christian de Muizon, un cientÃfico del Museo de Historia Natural de ParÃs que no participó en el hallazgo, lo llamó “un gran evento paleontológico”, teniendo en cuenta que hallar fósiles razonablemente bien conservados de los cráneos de mamÃferos de ese perÃodo es extremadamente excepcional. Es el primer mamÃfero del perÃodo Cretácico superior de la era mesozoica que se ha encontrado en América del Sur, dijo De Muizon.
La pequeña criatura probablemente medÃa menos de 15 centÃmetros (6 pulgadas) de largo y compartÃa caracterÃsticas con la ardilla dientes de sable que aparece en las pelÃculas “Ice Age”. Pero se presume que el Cronopio comÃa insectos, no las nueces que enloquecen al personaje animado “Scrat”, y era un driolestoideo, un grupo extinto más parecido a los marsupiales actuales que a las ardillas, dijeron los cientÃficos.
“Durante la época de los dinosaurios, ningún mamÃfero superó el tamaño de una laucha (una especie de ratón), y podÃan hacer lo que quisieran, pero bajo tierra o de noche, no a la vista de los dinosaurios”, dijo ApesteguÃa, investigador de la Universidad Maimónides en Buenos Aires.
“Eso habla a las claras del poder selectivo que tenÃan los dinosaurios”, agregó.
“Tales descubrimientos de fósiles mesozoicos extraordinariamente completos siempre representan pasos de gigante” en la paleontologÃa de mamÃferos, añadió De Muizon en un comentario en Nature.
“De hecho, un cráneo de mamÃfero del Mesozoico razonablemente conservado en una posición estratigráfica y geográfica clave puede ser más relevante para nuestra comprensión de la evolución de los mamÃferos y la biogeografÃa que cientos de dientes aislados, aun si los dientes son los restos más comunes (y a veces los únicos)” con los que trabajan los paleontólogos.