Los Veintisiete acuerdan una nueva ronda con medidas para erradicar su crecimiento, encarecer su financiación y erosionar su industria

La segunda batería de sanciones de la UE contra Rusia, en respuesta a la invasión este pasado jueves de Ucrania, golpeará con extrema dureza al sector financiero del país con el objetivo de “debilitar la economía”, golpear los intereses financieros del Kremlin y su capacidad para financiar la guerra en Ucrania. Los Veintisiete impondrán nuevas restricciones a bancos, al sector energético, al transporte, a los bienes de uso dual (civil y militar), a las exportaciones e incluso restringirán los visados diplomáticos y a empresarios, además de incluir nuevos altos cargos en la lista de personas que tienen prohibida su entrada en territorio europeo y sus bienes congelados, según consta en las conclusiones adoptadas por los jefes de estado y de gobierno de la UE durante una cumbre de emergencia este jueves en Bruselas.

La idea, según ha explicado este jueves la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, es apuntar “a sectores estratégicos de la economía rusa, bloqueando el acceso a tecnologías y mercados que son clave para Rusia, su base económica y su capacidad de modernización”. El plan incluye sanciones financieras que afectarán, según la alemana, al 70% del sector bancario ruso y a empresas clave, incluidas del sector de defensa. También la prohibición de nuevos depósitos de ciudadanos rusos en bancos europeos, “para que la elite rusa no pueda esconder sus bienes en Europa”, más restricciones a la exportación de tecnología, incluida la destinada a mejorar las refinerías de petróleo, que generan 24.000 millones en ingresos a Moscú, así como la prohibición de la venta y reparación de aparatos aéreos, lo que golpeará a la “conectividad rusa” porque tres cuartos de sus aparatos comerciales fueron construidos en la UE, Estados Unidos y Canadá.

Los Veintisiete seguirán además ampliando la lista de sancionados, para incluir a otros dos bancos rusos -Alfa Bank y Okritie- y a militares y miembros del consejo ruso de seguridad ruso, que se sumarán a los 555 individuos y 52 entidades ya castigadas por la UE, y modificarán los criterios para sancionar a individuos, con el objetivo de ampliar el castigo en un futuro a oligarcas cercanos a Putin. Todo esto, según Bruselas, tendrá “un fuerte impacto económico, suprimirá el crecimiento, aumentará el coste de los préstamos, elevará la inflación, intensificará las salidas de capital y erosionará gradualmente la base industrial rusa”, como resultado del paquete de sanciones “más duro” contra Rusia, según ha dicho el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, aprobado en la historia de la UE.

Primera ronda

El acuerdo político, que llega tan solo veinticuatro horas después de aprobar la primera ronda de sanciones contra Moscú, también incluye nuevas medidas contra Bielorrusia por su “implicación” en la agresión y un nuevo llamamiento a Vladimir Putin para que cese los ataques, retire incondicionalmente todas las fuerzas y equipamiento militar del territorio de Ucrania, respete la soberanía e integridad territorial del país y permita el acceso de la ayuda humanitaria y la asistencia a las personas que necesitan ayuda. “

Este viernes serán los ministros de exteriores de la UE quienes recogerán el testigo para terminar de aprobar formalmente las sanciones y confirmar la unidad y la firmeza frente a Putin. “No necesitamos decisiones que ladren sino que muerdan, que tengan impacto en Rusia”, decía a su llegada a la cumbre el primer ministro belga, Alexander de Croo. La misma dureza ha reclamado su homólogo esloveno, Janez Jansa. “Es muy importante que sientan (Rusia) que el precio a pagar por esta agresión es muy alto, que no es como lo que pasó en Georgia en 2008 o cuándo ocuparon Crimea”. Y lo mismo el presidente lituano Gitanas Nauseda o el polaco Mateusz Morawiecki porque “no podemos permitir a Putin cruzar otro rubicón”. Varios de ellos han pedido incluso la adhesión de Ucrania a la UE en una integración rápida de aquí a 2030.

Resistencias sobre swift

Sobre la mesa de los líderes europeos, que han hablado por videoconferencia con el presidente ucraniano Volodimir Zelensky, también ha estado la posibilidad de expulsar a Rusia de la plataforma internacional de pagos Swift, el servicio que conecta a más de 11.000 instituciones financieras para facilitar las transferencias en todo el mundo. Sin embargo, no todos los Estados miembros están de acuerdo en utilizar todo el arsenal de golpe, por las consecuencias para Europa, y hay capitales como Berlín partidarias de guardar algo de munición en la recámara, de cara a un tercer paquete, por si la situación se deteriora todavía más. Noticias relacionadas

“Es muy importante que acordemos las medidas que han sido preparadas y que mantengamos el resto para una situación en la que sea necesario tomar más medidas”, ha explicado el canciller alemán, Olaf Scholz. “Se necesita evaluar las consecuencias de cortar a Rusia del swift”, ha dicho el holandés Mark Rutte. Además del sistema de pagos financieros tampoco genera consenso la posibilidad de incluir al propio Vladimir Putin en la lista de sancionados porque podría “complicar, según Rutte, futuras negociaciones diplomáticas.

Una vía diplomática descartada este jueves por la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin –“(Putin) en estos momento no es el tipo de líder con el que puedes negociar”- lo mismo que ha hecho Borrell que ha alertado de que Europa se enfrenta a “las horas más oscuras desde el final de la Segunda Guerra Mundial” porque “una potencia nuclear importante ha atacado un país vecino y está amenazando con represalias a cualquier otro estado que pueda acudir a su rescate”.