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No hubo lágrimas, tampoco nostalgia en el adiós, porque a Juan Francisco Palencia sólo le bastó el dictado del corazón y de su cuerpo para retirarse del futbol profesional.

“Sentí que ya era la hora, estoy consternado porque no fue una decisión fácil, me voy contento porque es un privilegio retirarme en Pumas, porque es fácil enamorarse de este club”, asegura el hoy ex delantero de 38 años.

A 17 años de garra, de lucha, de goles, de polémica, de futbol, Paco puso fin en apenas unos segundos y una frase: “Me voy”, dijo con una voz que resistió a las amenazas de quebrarse.
Nacido futbolísticamente en Cruz Azul para debutar en 1994 ante Correcaminos en el Estadio Azteca.

Fue referente cementero, pero el tiempo hizo que también jugara para el Espanyol de Barcelona, Guadalajara, las Chivas USA (y hasta reforzó al Toluca en una Copa Libertadores) antes de terminar rendido de amor hacia los Pumas de la Universidad.

Con la Selección Mexicana y a nivel de clubes tuvo acción prácticamente en todo lo que un futbolista puede hacer, por eso no siente que tenga deudas con el futbol ni viceversa.

“Pude participar en Mundial, torneos de Liga, Copa América, Libertadores, Juegos Olímpicos, jugar en Cruz Azul, Chivas, en España y en Pumas”, presume el ex capitán universitario.

Aunque aclara “que ser campeón con la Universidad es lo máximo que un jugador puede lograr”. Para él, Lá Máquina, el equipo que le dio la oportunidad de presentarse en el máximo circuito, apenas la “veo como una ex novia a la que quisiste y que ahora ves y dices: ‘Que le vaya bien’”.

Palencia marcó 123 goles en clubes mexicanos, 12 con el Tri absoluto y los memorable tantos que hizo a Italia en los Juegos Olímpicos de Atlanta 96 y a Boca Juniors en La Bombonera en la final de la Libertadores 2001.

Fue campeón con los Cementeros en el Invierno 97 y con Universidad en el Clausura 2009 y Clausura 2011.

También tuvo tiempo para tener conflictos con el técnico de los Periquitos, Paco Flores, durante su estancia en el balompié ibérico. De igual forma, al regresar a Cruz Azul, las diferencias con la directiva sellaron su salida hacia el Rebaño Sagrado, donde quedó subcampeón en el Clausura 2004.

Llegó a Pumas en 2007, clave en su resurrección, cuando parecía que su carrera terminaba en Chivas USA y el cementerio que significa la MLS.

Se ganó a la afición auriazul hasta convertirse en el futbolista más aplaudido en el estadio Olímpico Universitario cada 15 días. Nada descabellado considerarlo como uno de los últimos ídolos felinos.

Aún con ese palmarés, no quiere despedidas ni nada por el estilo, porque siempre quiso retirarse en la lucha “por algo” y Juan Francisco recuerda que así lo hizo en el encuentro ante Xolos de Tijuana, la fecha 17 del actual torneo.

“No soy de despedidas, quiero retirarme como lo hice en el último partido, logrando algo en el alto rendimiento, no en partidos con homenaje. Tampoco me gustaría un juego con la Selección, no me gustan esas cosas”, enfatiza.

Lo único que pide, Juan Francisco Palencia, el eterno guerrero rocker y de melena larga, es que lo recuerden “como un ejemplo”.