Con el paso de los días se comprueba el firme compromiso del presidente Enrique Peña Nieto de cambiar el orden establecido y resarcir la herencia negativa recibida como mandatario, en pro de que México despliegue todo su potencial.

Además de palabras hay hechos irrefutables, no es únicamente ver a Elba Esther Gordillo detrás de las rejas son también iniciativas de reforma, la constatación de una verdadera voluntad de lo urgente por eliminar el empantanamiento sufrido por México en las últimas décadas.

 

 

Toca esta vez su turno a las telecomunicaciones con una iniciativa de Decreto, a mi juicio, clara y contundente para sobre todo: 1) Repartir mejor el pastel del mercado. 2) Verdaderamente fomentar la competencia. 3) Darle al consumidor tarifas de competencia que le beneficien directamente en su bolsillo.

De manera conjunta es meter mano directamente en televisión, radio y telefonía, esto es, ir al corazón de tres de los diez millonarios más importantes del país y que también figuran en la lista Forbes.

Sus nombres son conocidos por todos: Carlos Slim Helú, empresario de 73 años, cuya edad vale mil millones de dólares por año, por adornar de manera más florida, los 73 mil millones de dólares que lo ubican como el hombre más rico del mundo, gracias al emporio de Grupo Carso (GcarsoA1); de acuerdo con Forbes.

Mientras que Ricardo Salinas Pliego, de Grupo Salinas, con 57 años de edad figura con una fortuna de 9 mil 900 millones de dólares y desataca entre los diez más ricos del país; y en el ranking 111 de la lista Forbes.

En tanto que, Emilio Azcárraga Jean, de 45 años de edad dueño de Televisa con 2 mil 500 millones de dólares además de encontrarse entre los diez empresarios más acaudalados de México ocupa el puesto 589 de Forbes.

Son los tres hombres de negocio a los que una vez aprobado el Decreto del presidente Enrique Peña Nieto vendrá a alterar el panorama porque la compuerta a la competencia foránea ampliaría su margen de participación.

El texto enviado por el mandatario lo señala: “Se permitirá la Inversión Extranjera Directa hasta el cien por ciento en telecomunicaciones y comunicación vía satélite, y hasta el cuarenta y nueve por ciento en radiodifusión.”

No puede negarse que México es un muy atractivo mercado además en expansión en varias áreas de consumo ligadas con los servicios: el de la telefonía celular es el imprescindible.

El consumidor sigue esperando por esas tarifas competitivas, los bajos costos del servicio, la eliminación de cláusulas pequeñas engañosas; las barreras para cambiar de un teléfono de prepago por otro de contrato y facilitar la portabilidad.

En España, la televisión aborda cómo empresas como Telefónica Movistar aprovecharán al máximo los cambios legislativos en las telecomunicaciones en el país azteca.

Son oportunidades en tiempos en que el mercado europeo se contrae, reorganiza, recorta y la globalización ofrece ventajas para generar dinero en otros países.

Desde luego también significa una muy buena oportunidad para ganar mayor cuota de mercado para los proveedores más pequeños.

A COLACIÓN

¿Quién no se ha quejado de la Comisión Federal de Competencia? O ¿ de la Comunicación Federal de Telecomunicaciones? Muchas veces como consumidores nos hemos quejado tanto de la calidad del servicio como de su precio.

Es tan incomprensible, casi igual que los aviones, es más caro volar en una ruta nacional viaje redondo dentro de México que comprar un boleto ida y vuelta a Estados Unidos.

En llamadas telefónicas es similar, la propia Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) tiene publicaciones comparando tarifas tanto de llamadas internas y llamadas desde México al extranjero; en alguna ocasión el servicio llegó a ser valorado tan malo y caro parecido a vivir en África.

Entonces uno se pregunta quién regula de manera eficaz, de allí que otra de las propuestas del presidente Peña Nieto sea la creación del Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel)

Ya sea que se apruebe esta semana el dictamen o después de Semana Santa lo cierto es que la Primavera no únicamente traerá un clima más benigno (que todos estamos esperando con ansias), además veremos cambios para bien en el clima de negocios del sector de las telecomunicaciones.

En cuanto a la presencia y penetración de las cadenas de televisión, ampliar la participación de nuevas empresas es sano para quienes ejercen monopolios en determinados segmentos o condición de duopolios en muchos otros.

El propio televidente será el principal ganador y tiempo al tiempo, decidirá recibir quién y de qué forma le proporciona la información para no tener que conformarse, como sucede en la actualidad, con noticias que años después resulta que son montajes.