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Abordó el avión que lo llevó a su país sin saber en qué club jugaría durante el primer semestre de 2012. Casi dos meses después, no sólo continúa en el América… Fue nombrado capitán.

La de Daniel Montenegro es una de esas dulces historias que el futbol ofrece. Valora la oportunidad que le ha dado Miguel Herrera y asegura que no lo defraudará.

“Cuando nos fuimos a Argentina, todos estábamos afuera… Esa era la realidad”, apunta. “Lo único que nos quedaba era tener el teléfono prendido y saber si te iban a llamar para ver si te ibas a quedar”.

“Todos nos fuimos con esa incertidumbre de qué iba a pasar, pero esto es futbol: un día te despiertas de una manera y al otro pasa otra cosa”.

Su panorama se aclaró hasta aquella charla con El Piojo, en la que le externó su deseo de otorgarle el gafete.

“Vine de allá con esa idea, porque era lo que iba a pasar en ese momento: no saber lo que cada uno esperaba de su futuro, pero cambió todo”, se alegra. “Tienes que estar preparado para todo y hoy estoy acá, tratando de empezar bien el año y meterle con todo; es la única manera de salir de las situaciones adversas”.

Honesto, reconoce que la designación “nunca te la esperas. Hay veces que sucede, me ha tocado en otros equipos, en los que me pasó exactamente lo mismo”.

Casi en todos cumplió. Sueña con repetir la historia en el América.