Cuando el panorama no podía ser más oscuro para el Manchester United apareció la magia de Rooney. El delantero inglés fue el encargado de mostrar el camino de 2-3 que terminó siendo un bálsamo tras la humillación que hace unos meses sufrió el United en el Teatro de los Sueños.

El toque de emotividad lo puso Paul Scholes. Sí, la leyenda del Manchester United que el 31 de mayo del 2011 anunció su retiro tras 676 partidos con los “Red Devils” llegó como acostumbran los héroes, de forma intempestiva ante la tormenta para convertirse en “fichaje” de invierno e ingresar a los 59′.
Si Wayne Rooney estuviera en el diccionario tendría que definirse como un tipo acostumbrado a hacerle golazos al Manchester City y en este partido no fue la excepción.

Con la cabeza, un arma que el “niño malo” pocas veces usa para actuar, remató de gran forma a los 10′ para mover el marcador y poner en ventaja a su equipo.

El camino de los pupilos de Ferguson se tornó aún más claro con un error arbitral. Apenas dos minutos más tarde el nazareno echó del campo a Vincent Kompaný tras una supuesta entrada sobre Nani, quien ni siquiera imaginó que fuera marcada como falta, pues el central del City había ganado la pelota apenas rozando al portugués, aunque con los tachones por delante.

A partir de ese instante el juego se volvió de un sólo lado y las intenciones de Mancini se esperanzaron en la genialidad de Silva y el talento del “Kun” Agüero.

Danny Welbeck fue el encargado de ampliar la ventaja a los 30 minutos tras un centro de Evra que rebotó en un defensa y quedó en el aire para luego encontrar la pierna del inglés, quien con una extraordinaria volea la mandó a guardar.

El propio canterano del United provocó el penal que Rooney estrelló en la humanidad del arquero Pantilimon, pero que no desaprovechó el rebote para mover las redes a los 39′ y sentenciar un partido que cambió de objetivo en 45 minutos y que se volvió una linda oportunidad para revertir el 1-6 que se llevó el City en el primer duelo en la temporada.

Mancini dejo ver sus intenciones al mandar a la cancha a Pablo Zabaleta y prescindir de la calidad de David Silva, incluso el italiano parecía firmar la derrota por tres de ventaja.

Sin embargo, Kolarov reavivó las esperanzas de los locales cuando un par de minutos después de comenzar el segundo tiempo marcó un golazo de tiro libre para acortar distancias.

Como si hiciera falta, “Kun” Agüero fue el encargado de ponerle nervio al partido aprovechando la confianza y el mal momento de Phil Jones para rematar y encontrar en una segunda oportunidad el 2-3 que regresaba la ilusión a los Citizens.

El Manchester City, que parecía no sólo estar completo sino hasta tener un hombre de más por la presión que generaba, encontró un centro que pegó en el pecho y después en la mano de Phil Jones ante los reclamos de todo un estadio que no halló respuesta en el silbante.

El dramatismo duró hasta el último suspiro, pero la alegría regresó a los “Red Devils”, quien cobraron un poco del dolor de aquel 1-6 y eliminaron al acérrimo rival para avanzar a la cuarta ronda de la FA Cup.