La cifra de víctimas mortales por los catastróficos incendios forestales que asolan el sur de Australia se elevó a 21, luego que las autoridades locales confirmaron el fallecimiento de dos personas este sábado.

Las últimas muertes se reportaron en la isla Canguro, la tercera más grande del país, situada a 112 kilómetros de Adelaida, en el estado de Australia del Sur, donde los incendios han consumido 100 mil hectáreas, la mayoría en el parque nacional Flinders Chase.

Un piloto experimentado y su hijo murieron en los catastróficos incendios forestales que han devastado más de un tercio de la Isla Canguro y destruido casas y negocios, reportó la cadena ABC News.

El primer ministro de Australia, Scott Morrison, alertó que el país se enfrenta a 24 horas “extremadamente difíciles” con temperaturas por encima de los 40 grados y con fuertes vientos en el sur y sureste del país, en especial los estados de Victoria y Nueva Gales del Sur.

Nos está costando un alto precio”, dijo Morrison, al recordar a las víctimas de los incendios forestales que han destruido más de mil 500 viviendas en todo el país desde septiembre.

Nuestras condolencias para aquellos que siguen sufriendo y a los muchos que se encuentran en una situación absolutamente desastrosa en estos momentos”, expresó Morrison tras anunciar el despliegue de 3 mil reservistas y del buque Adelaide para ayudar a la evacuación de afectados.

Alrededor de un millar de personas fueron evacuadas en buques de la Marina de la localidad costera de Mallacoota, en Victoria, estado en el que se han declarado “condiciones catastróficas”, el máximo nivel de alerta por incendios en el país.

Mientras tanto, decenas de miles de personas más intentan en los últimos días huir por carretera de zonas de la costa del estado de Victoria y de Nueva Gales del Sur para evitar quedar atrapadas por las llamas.

En Nueva Gales del Sur se registran al menos unos 60 incendios fuera de control, uno de los cuales amenaza la periferia de Sídney, y se ha declarado por tercera vez desde septiembre el estado de emergencia.

La primera ministra de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, advirtió que lo peor está por venir, argumentando que el estado está “en una larga noche”, citó Sky News.

Berejiklian admitió que ya no es seguro abandonar una zona de evacuación, tras señalar que el estado aún no ha visto las peores condiciones de incendio.

El comisionado adjunto del Departamento Rural de Bomberos de Nueva Gales del Sur, Rob Rogers, advirtió que las llamas pueden moverse “aterradoramente rápido”. Las brasas movidas por el viento tienen el potencial de originar nuevos incendios o extender los existentes.

El comisionado del Departamento Rural de Bomberos, Shane Fitzsimmons, dijo que el incendio Green Wattle Creek, de 264 mil hectáreas, podría extenderse hacia los suburbios de Sydney.

Existe la posibilidad de que el fuego se extienda por la presa (Warragamba) y hacia los suburbios del oeste de Sydney”, advirtió Fitzsimmons. “Las llamas tienen el potencial de acercarse a zonas más pobladas por la tarde”.