La duda que ha surgido en muchos tras la eliminación del Barcelona de la Liga de Campeones del fútbol europeo es cómo un equipo que tiene a Lionel Messi y que tuvo el 72 por ciento de posesión en los 180 minutos de la llave de semifinales ante el Chelsea no consiguió superar a un conjunto ultradefensivo.
Pese a todo su dominio y bonito juego de pases fuera del área grande, los dirigidos por Josep Guardiola solo remataron seis veces entre los tres palos en el partido de ida, en el que cayeron por 1-0, y tres en la vuelta jugada el martes en el Camp Nou, que acabó 2-2.
El en el duelo de vuelta, el Chelsea disparó en cinco ocasiones al arco.
Se puede decir que el Barça, cuya actuación fue calificada como su “monólogo más trágico” por el diario “El País”, tuvo mala suerte al desperdiciar dos claras ocasiones de gol en cada encuentro, y que el portero del Chelsea Petr Cech salvó a su equipo en varias oportunidades.
Sin embargo, también hay una sanción de que si los campeones de Europa, que pronto perderán su corona, hubieran estado menos preocupados por mantener el control del balón y más dispuestos a hacer pases arriesgados al área, o a atreverse a disparar desde fuera del área, ahora podrían estar preparándose para el viaje a la final de Múnich el próximo mes.
Guardiola, que al igual que la mayoría de sus jugadores aprendió el estilo de juego elaborado de múltiples pases en la cantera del club, La Masía, insistió el martes, tras el duro revés, que seguirá fiel a esa filosofía.
Sin embargo, las dudas parecen también empezar a corroer al ex mediocampista azulgrana, después de que el sábado también perdiera las esperanzas de sumar su cuarto título consecutivo de la liga española al perder en casa ante el Real Madrid.
“No somos un equipo que pueda jugar de un modos distintos”, dijo el técnico de 41 años, que ha llevado al club a ganar 13 títulos desde que llegó al cargo en 2008, en la rueda de prensa posterior al partido con el chelsea.
“Yo les he dicho (a los jugadores), atacad, atacad, atacad, y nunca paramos, pero ellos también contraatacaron bien (…) Quizá esta sea una lección que debiera aprender, que deberíamos echarnos más atrás y no ser tan ofensivos”, agregó.
AUSENCIA DE VILLA
El Barça ha extrañado al delantero David Villa, fuera de las canchas por lesión, y le podría haber venido bien un jugador con la fuerza física de Zlatan Ibrahimovic para desestabilizar a los imponentes defensas del Chelsea.
El sueco pasó la temporada 2009-10 en el club azulgrana, pero no encajó con Guardiola y fue traspasado al AC Milan.
Pero si hay un futbolista del que el Barça ha dependido es Lionel Messi, pero el argentino falló en un momento clave al desperdiciar un penal.
Hace falta ver si Guardiola, que aún no se sabe si renovará su contrato la próxima temporada, decide que hay que hacer cambios.
Cesc Fabregas, quizá de manera involuntaria, puso el dedo en la llaga al hablar con la prensa tras el fracaso del martes.
“Jugamos un buen partido, dominamos y creamos muchas oportunidades”, declaró el ex capitán del Arsenal. “Fuimos el mismo Barça de siempre”