Murió ayer, a las 9:05 horas, Fernando del Paso (1935-2018), el lobo estepario de las letras mexicanas que ganó celebridad con sus novelas José Trigo, Palinuro de México y Noticias del Imperio, tres ejercicios con los que edificó su propio Templo Mayor a partir del relato trágico de nuestra historia, una catedral barroca que lo convirtió en un estilista del lenguaje, uno de los narradores más grandes de América Latina.
Escritor, dibujante y diplomático, falleció a los 83 años a causa de una broncoaspiración en un hospital de Guadalajara. Por la tarde sus restos mortales fueron trasladados a la funeraria Gayosso (avenida Vallarta), donde estuvieron su esposa Socorro Gordillo y sus hijos Alejandro, Adriana y Paulina.
Hoy recibirá un homenaje de cuerpo presente en el Paraninfo Enrique Díaz de León de la Universidad de Guadalajara, a las 13:00 horas. Luego sus restos serán cremados y viajarán a la Ciudad de México, donde se realizará un segundo homenaje al mediodía de mañana, en el Palacio de Bellas Artes, para retornar a su casa de Guadalajara, como informó Paulina, la hija menor del narrador y ensayista, a Excélsior.
Es difícil hablar en estos momentos, pero estoy muy agradecida de haber tenido el papá que tuve, con el talento que tenía, con su sentido del humor. Me encanta saber que él va a seguir vivo a través de sus libros, que son muy densos; voy a celebrar su recuerdo leyéndolo. Es un día triste para nosotros”, añadió.
Fernando del Paso Morante nació el 1 de abril de 1935 en la Ciudad de México. Su trayectoria como escritor en México y Europa le valió premios como el Cervantes y el Rómulo Gallegos.
Por muchos años fue un clásico en vida y “el autor más barroco del siglo XX”, el prosista que entregó su vida a la belleza del castellano, un narrador solitario que hizo del ensayo su mejor experimento y quien encontró refugio en la prosa de Juan Rulfo y la poesía de Miguel Hernández. También asumió la crítica al México de nuestro tiempo y escribió poemarios como De la A a la Z por un poeta (1988), Paleta de diez colores (1990) y Sonetos del amor y de lo diario (1997).
Desde 1992 fue director de la Biblioteca Iberoamericana Octavio Paz en la UdeG y un invitado permanente a la FIL Guadalajara, donde recibió el Premio principal en 2007 y este año presentaría la reedición de su libro La muerte se va a Granada, una obra de teatro sobre el poeta Federico García Lorca.