Un doblete de Edinson Cavani, que luego abandonó por una lesión y apoyado sobre Cristiano Ronaldo la cancha del Estadio Fisht, clasificó a Uruguay a los cuartos de final del Mundial de Rusia, en los que le espera Francia, y elimina a Portugal, que descontó con gol de Pepe.

El 2-1 se decantó pronto con un gol de ‘el Matador’ a pase de Luis Suárez a los 7 minutos, pero Pepe puso fin a la condición de imbatible del portero Fernando Muslera, que duró 365 minutos, al igualar con un cabezazo en el 56. Cavani puso la guinda en el minuto 62 una contra empujada por Rodrigo Bentancur.

‘El Matador’, que abandonó la cancha lesionado a los 74 minutos apoyado en Cristiano Ronaldo, llegó a 45 tantos con la Celeste en un partido en el que los portugueses habían volcado sus ojos en Luis Suárez.

Apenas Pepe dio una esperanza a Portugal con un soberbio cabezazo a pase del lateral Raphael Guerreiro cuando el partido iba por los 56 minutos y puso fin al carácter imbatible de la portería de Fernando Muslera, que duró 365 minutos sin encajar un gol.

La balanza de nuevo la desequilibró Cavani, esta vez a pase de Rodrigo Bentacur, que resolvió con un precioso toque de efecto que dejó sin opciones a Rui Patricio.

Transcurrían 62 minutos y la ventaja parecía un abismo debido a que Cristiano Ronaldo parecía naufragar en su soledad.

La consigna de Portugal antes del partido era mejorar sus transiciones entre la mitad de la cancha y el ataque, y abastecer de más balones a Cristiano Ronaldo, pero la desventaja lo que hizo fue dejar expuestas sus miserias.

Rui Patricio fue el culpable de que la ventaja no fuera más amplia antes del descanso al desviar de forma aparatosa un libre directo conectado por Suárez.

Y pudo ser el héroe con sus inbtervenciones al ataque, pero no le alcanzó.

El caballeroso Cristiano Ronaldo, que tantos aplausos mereció al ayudar a Cavani en su preocupante camino al banco perdió la paciencia y recibió la única amarilla del partido.

Hasta hoy, Uruguay solamente había jugado una vez en su historia contra una selección europea en los octavos de final de un Mundial.

Ocurrió en Roma, en 1990, se impuso por 0-2 a Italia y en el banquillo estaba Oscar Washington Tabárez, el mismo entrenador que está celebrando doce años de trabajo continuo.