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Recientes observaciones en el edificio prehispánico de El Castillo, en la Zona Arqueológica de Chichén Itzá, Yucatán, permitieron verificar que el paso cenital del Sol, se presenta en este sitio maya, hoy día 23 y el próximo 19 de julio.

El fenómeno astronómico era de mayor importancia que los equinoccios para las culturas prehispánicas, y se puede apreciar al amanecer, en el eje de su esquina noroeste y en la escalinata noroeste al ocaso, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en un comunicado.

El paso cenital del Sol pudo verificarse hoy a las 6.18 horas, el fenómeno natural ocurre cuando la posición del astro es completamente vertical, ocupando el lugar más alto en el cielo, lo cual sucede sólo dos veces al año.

El arqueólogo Arturo Montero García, quien llevó a cabo un registro de este fenómeno en la edificación precolombina, llamada popularmente Templo de Kukulcán, o El castillo, explicó que se fijaron ambas fechas en las cuales se presenta el paso cenital.

El investigador y colaborador del proyecto arqueológico Chichén Itzá, a cargo del INAH y la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), señaló que la mayoría de la población que acude a los sitios arqueológicos, ignoran que la máxima energía del Sol corresponde al paso de éste por el cenit y no a los equinoccios.

Dentro de sus observaciones, también pudo confirmar que en El Castillo, en el eje de su esquina noroeste, orientado a 67º 51′ y en la escalinata noroeste, orientada a 292º 18′, el 23 de mayo y 19 de julio, no se proyecta ninguna sombra lateral durante el mediodía.

Además, determinó que existe una orientación astronómica con el cenote Holtún, junto con el Cenote Sagrado y otros dos más depósitos naturales, que forman parte de una especie de cosmograma alrededor de la antigua ciudad maya.

El cenote Holtún fue explorado por el equipo de arqueología subacuática de la Uady. Se destaca además, que el evento astronómico, sólo es perceptible en las regiones situadas al sur del Trópico de Cáncer y al norte del Trópico de Capricornio, más al sur y al norte, el Sol nunca llega al cenit.

Por otra parte, la fecha difiera según la latitud, lo cual obedece a la inclinación de la Tierra.

Como participante del Proyecto Eje Conservación del patrimonio cultural y ecológico en los volcanes, del INAH, Montero García pudo observar las fechas del paso cenital en otras ciudades precolombinas, como Xochicalco (Morelos), Monte Albán (Oaxaca) y Teotihuacán (Estado de México), a las que suma ahora la urbe maya de Chichén Itzá.

Los antiguos moradores de estas ciudades construyeron observatorios especiales para apreciar el paso cenital del Sol.

En Xochicalco hay una cueva acondicionada al interior del centro ceremonial, tiene una perforación en el techo y una chimenea de forma hexagonal que permite iluminar la cueva con el halo de luz, hecho por los ancestros.

Por otra parte, en Monte Albán, la pirámide Edificio P, tiene construida en su interior una cámara oscura, para lograr el mismo efecto que en Xochicalco, una chimenea que permite la entrada de luz.

Estudios previos sobre El Castillo, en Chichén Itzá, demostraron la importancia que tuvo el lugar para determinar fenómenos astronómicos, y así calibrar el año solar, conocimientos que se traducían principalmente en el establecimiento del calendario de siembra y cosecha, sustento de la civilización maya.