La voz de otro tenor mexicano ya se escucha en las salas de concierto de Europa. Su nombre es Andrés Moreno García (Nuevo León, 1993), quien no ha debutado en el Palacio de Bellas Artes de México, pero ya audicionó ante Daniel Barenboim en el Carnegie Hall, debutó en la Staatsoper de Berlín, acompañado por la soprano rumana Angela Gheorghiu y el tenor polaco Piotr Beczala, en el mismo escenario donde ya triunfaron Ramón Vargas y Alfredo Daza.
En entrevista con Excélsior, el tenor habló sobre su trabajo en Estados Unidos, los roles que le apasionan, sus primeros pasos en el viejo continente con su próxima aparición en óperas como Ariadna en Naxos, La coronación de Popea y Juana de Arco, su opinión sobre la ópera en México, y comparte su mayor certeza: “Mi meta es quedarme en Europa el mayor tiempo posible… y tocar el alma de las personas con la música”.
De momento el intérprete aguarda su actuación como Gastón en La Traviata, programada para el domingo 28 de enero, en la Staatsoper de Berlín, con reposición los días 4, 7, 10 y 17 de febrero; su actuación al lado de la soprano María Katzarava y el barítono Alfredo Daza en la ópera Juana de Arco, programada para el 5 de marzo; y explicó que su contrato en este escenario será por los próximos dos años.
Tengo un contrato por dos años, así que mi última temporada dentro del programa de jóvenes será la de 2018-2019. Sin embargo, aquí hay algunos directores y personas involucradas en el medio de la ópera que están interesados en mi trabajo; ya veremos lo que nos depara el futuro. Por ahora, mi meta es quedarme en Europa y continuar el camino como lo hicieron Ramón Vargas y Alfredo Daza”, dijo.
De momento estoy aquí y ya me tocó cantar el Parpignol con Angela Gheorghiu, Piotr Beczala y en una función con Ramón Vargas. Después cantaré el Gastone en La Traviata, el oficial en Ariadna en Naxos, uno de los judíos en Salomé, el Soldado y Tribunal en La coronación de Popea y haré mi debut esta temporada en el Concert House de Berlín, cantando el papel de Delil en Juana de Arco de Giuseppe Verdi, donde también estarán la soprano María Katzarava y el barítono Alfredo Daza, programado para el 5 de marzo; y para junio tendré listo el Belmonte de El Rapto del Serrallo”, detalló.
¿Cómo definirías tu voz?, se le preguntó al tenor. “Me considero un tenor lírico. Quizá por mi juventud la voz podría ir hacia un repertorio diferente, pero hasta el momento he cantado desde un Rodolfo y un Alfredo hasta Ferrando en Mozart. Actualmente trabajo muchísimo en Mozart porque es como medicina para la voz. Y aunque no diría que soy un tenor mozartiano, sí soy un tenor lírico con amplitud”.
¿Cuándo te mudaste a Berlín? En septiembre del año pasado. Luego vino mi debut en la Staatsoper el 22 de diciembre. Además, por parte de esta casa de ópera me enviaron a cantar en la Ópera Nacional de Georgia, en Tbilisi, aunque en realidad estos meses han sido de preparación”.
¿Cuánto tiempo estarás en la Staatsoper? “Tengo un contrato por dos años en el Staatsoper Unter den Linden, hasta la temporada 2018-2019, como parte del programa de jóvenes. Sin embargo, aquí hay muchos directores y personas involucradas en el medio que están interesadas en mi trabajo y entonces veremos qué nos depara el futuro. Por ahora, mi meta es quedarme en Europa y continuar el camino que antes hicieron Ramón Vargas y Alfredo Daza, entre otros”.
¿Podrías hablar sobre tu audición con Daniel Barenboim? “Fue una audición a puerta cerrada donde estuvieron Barenboim y el director del Carnegie Hall. Después de cantar tuvimos una pequeña charla donde hablamos sobre Donald Trump y el tema del muro. Él sabía que soy mexicano, platicamos sobe eso y coincidimos en que la música puede liberar este tipo de cosas, y aunque no puede arreglar políticamente la situación, la música es un gran remedio para tocar almas. Yo también quiero tocar el alma de las personas y tratar de hacer que el mundo sea mejor; ya sé que la música no resuelve los problemas de dinero, pero sí puede crear un momento agradable o tocar las almas de las personas”.
MÉXICO, SIN APOYO
Para Moreno García, en México no existe suficiente apoyo para que el crecimiento de los cantantes, por lo que muchos artistas optan por quedarse en nuestro país, para hacer una carrera… en cierto modo con un mercado muy limitado. “Sin embargo, considero que el gobierno debe mirar esta situación, apoyar el talento y conseguir que el mundo voltee la mirada a México como un país talentoso”.
¿Cual fue tu camino? “Un camino muy difícil, a base de esfuerzo y trabajo. Ya sabemos que no hay apoyo económico, pero he trabajando muy duro y, con el apoyo de mi familia, pude ir en ascenso. Uno tiene que moverse y crear sus propias oportunidades. Te voy a dar un ejemplo: en el último año hice más de 40 audiciones… y ese es el pan de cada día del cantante”.
Moreno García empezó sus estudios como tenor en la Escuela Superior de Música de Monterrey, donde permaneció tres años. En 2012 se mudó a Estados Unidos para estudiar en la Universidad de Hartford en Connecticut, Estados Unidos.
Su debut profesional fue con el papel de Rinuccio, en Gianni Schicchi, con el Opera Connecticut. Más tarde actuó como Beppe en Pagliacci, y le siguieron roles como: Tamino en La flauta mágica; y Ferrando en Così fan tutte, en la Universidad de Yale -donde hizo su maestría-; Rodríguez en Don Quijote de Massenet; y Flute en El sueño de una noche de verano de Benjamin Britten.
Moreno García también cantó el papel de Rodolfo en La Boheme, en el Festival Musica è Musica de Itaila; así como la Novena Sinfonía de Beethoven, y obtuvo premios en el Metropolitan Opera y otras competencias en NY, como el Giulio Gari Competition y el Opera Index Vocal Competition. También triunfó en la Competencia Amici, obtuvo el Premio de Ingreso Profesional Phyllis Curtin en la Ópera de Yale; y la revelación juvenil en la Ópera San Miguel de Allende.