La Autoridad de Antigüedades de Israel desveló hoy el descubrimiento de los restos de nueve sapos decapitados, sellados en el interior de vasijas mortuarias y que podrían formar parte de una especie de “kit de entierro” del período cananeo, informó hoy un comunicado.
La Autoridad israelí, junto a otras instituciones académicas, también han revelado evidencias de cultivos de dátiles y arbustos de mirtos “quizá como parte de ritos funerarios” encontradas cerca del actual Zoo Bíblico de Jerusalén y que forman parte de un trabajo que será presentado el próximo 18 de octubre durante la conferencia “Nuevos estudios de arqueología de Jerusalén y su región”.
La investigación analizó a través de avanzados métodos científicos los hallazgos de recipientes que estaban en tumbas como ofrendas funerarias y que se extrajeron durante unas excavaciones en 2014.
Shua Kisilevitz y Zohar Turgeman-Yaffe, directores de las excavaciones, señalan que esta tierra “fue un lugar fértil para asentarse a lo largo del tiempo, especialmente durante el período cananeo”.
“Para un arqueólogo, encontrar tumbas que fueron selladas de manera intencional en la antigüedad es un tesoro que no tiene precio, porque son una cápsula del tiempo que permite tener los objetos casi como los dejaron originariamente”, destacan ambos en la nota de prensa.
Y abundan en que por aquel entonces era costumbre enterrar a los muertos con ofrendas que constituían “un tipo de ‘kit de entierro’ que según creían les serviría en el más allá”, expresando su sorpresa al encontrar tinajas y cuencos “intactos” y en una de las vasijas, “un montón de huesos pequeños”.
El doctor de la Universidad de Haifa, Lior Weisbrod, contó al menos nueve sapos decapitados y que según los investigadores formarían parte de los rituales funerarios junto con las vasijas, que conservaban restos de dátiles -símbolo en aquella época de fertilidad y rejuvenecimiento- y mirtos que habrían sido plantados en la zona, donde no son habituales.