La historia en breve
¿México tiene prisa?
Ciro Gómez Leyva
México tiene prisa de un cambio de rumbo”, aseguró ayer en su mensaje dominical el senador y futuro diputado del PRI Manlio Fabio Beltrones.
La prisa referida por quien se perfila como cerebro y motor de la bancada priista tiene que ver con la aprobación, “con el mayor consenso posible”, de las reformas fiscal, laboral y de energía.
Pero la decisión de los mexicanos el 1 de julio no parece correr al ritmo deseado por Beltrones y el futuro presidente, Enrique Peña Nieto. Las reformas requerirán el apoyo del PAN o las izquierdas. Con los resultados en la mano, las izquierdas no tendrán mayor incentivo para flexibilizar las condiciones de trabajo, gravar el consumo en alimentos y medicinas o modificar los esquemas de inversión y participación en petróleo, gas y electricidad. Su apuesta sexenal por el triple no, como sea, les dio 16 millones de votos.
La decisión, pues, recae en un PAN derrotado y desorientado. Peña Nieto dijo el viernes lo que el presidente Calderón pudo haber suscrito al cien hace un par de semanas: “México tiene potencial para estar por encima del 5 por ciento de crecimiento económico al año de promedio, pero es necesario hacer reformas que posibiliten la generación de más empleo. En eso se van a traducir las reformas”.
Después de escuchar lo que tanto repitió Peña Nieto en la campaña, las diferencias de fondo en las tres reformas (y una cuarta de seguridad social) no deben ser tan grandes. El PAN, pues, tiene una majestuosa oportunidad de cerrar el 2012 de pesadilla con una de esas victorias que suelen calificarse de históricas.
Aunque no se ve en el blanquiazul la prisa que tanto desean ahora Beltrones y Peña Nieto.
El asalto a la razón
¿Dónde quedó la bolita?
Carlos Marín
Seguro que, como dice Andrés Manuel López Obrador, el premier nipón, Yoshihiko Noda, y el presidente de China, Hu Jintao (como también Angela Merkel, de Alemania; David Lloyd Johnston, de Canadá; Susilo Bambang, de Tailandia; Vladimir Putin, de Rusia; Hugo Chávez, de Venezuela, o Giorgio Napolitano, de Italia), jamás han leído (y menos traducido a sus idiomas) el Cofipe o la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Lo mismo aplica para el resto de mandatarios extranjeros que han felicitado a Enrique Peña Nieto, al igual que la representante de Política Exterior y Seguridad Común de la Unión Europea, Catherine Ashton; el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, o el presidente del BID, Luis Alberto Moreno.
Sin embargo, otro par de dignatarios bastaría para colegir que la premisa de la ignorancia no sirve (no alcanza) para sostener la vacilada de que reconocen a lo pendejo el triunfo electoral del copetudo: Barack Obama y Raúl Castro.
El primero lo sabe porque opera en México la embajada más grande que su país tiene en el mundo (en ella trabaja personal especializado en casi todo lo que se refiere al Estado mexicano), y el segundo quizá sepa más (cuenta con uno de los mejores servicios de inteligencia del planeta: el legendario G-2, y tiene la misma o mejor información que los estadunidenses, los ingleses, los israelíes o los rusos).
Pudiera ser, inclusive, que a todos o algunos de los mencionados les hubiera llegado la especie de que “la mafia” del poder nativo (encarnada en Carlos Salinas de Gortari, Emilio Azcárraga, Elba Esther Gordillo y los que cada quién suponga) estuviera detrás de Peña Nieto y de que, así fuera por puro morbo (descuidando, claro, sus propios asuntos), hubiesen seguido el chisme paso a paso y hasta que uno que otro (¿qué tal Chávez o los hermanos Castro?) deseara con ahínco que López Obrador ganara.
En tal escenario, lo paradójico es que todos, por alguna canija razón, han dado por bueno el conteo del Instituto Federal Electoral que ayer, por cierto, desconocieron las dirigencias de los tres partidos que respaldan a López Obrador.
Quienes desde la sui géneris y desideologizada izquierda mexicana patalean por el resultado de la elección presidencial sin poner en duda los triunfos de sus gallos en los gobiernos del DF, Morelos o Guanajuato pero sí únicamente el de Peña Nieto, en vez de añadir a los ya muy cacareados el cuento de que los gobiernos del mundo están equivocados, están ahora obligados a despejar el mayor de los misterios que implica su lógica pre y poselectoral:
Descartado por lo visto el vaticinio del fraude, ¿cómo se transmutó el petate del muerto de “la mafia” o “los de arriba” en dos tristes empresas (Monex y Soriana) para que el ganador oficial “comprara” la elección presidencial…?
Día con día
Pactar y posponer
Héctor Aguilar Camín
Un saludo, Paco Calderón
Durante los días que vienen, la prensa pondrá los ojos en los vaivenes del litigio poselectoral, pero lo importante para el país estará, quizá, en otra parte.
Me refiero a las conversaciones entre ganadores y perdedores para pactar los cambios que vendrán. Hay el inicio de una conversación entre Calderón y Peña. Calderón no hizo campaña contra Peña, ni Peña contra Calderón, quien reconoció la victoria del PRI sin reticencia alguna.
La pareja de jugadores clave en la partida de gobierno que se inicia es la que formarán en el Congreso el PAN y el PRI.
Un pacto entre ellos podría garantizar por sí solo un gobierno reformista, capaz de moverse rápido hacia las convergencias programáticas.
La más importante de esas convergencias, porque supone un antes y un después mental del país, es abrir Pemex a la inversión privada. Requiere un cambio constitucional, dos terceras partes de los votos en el Congreso, que el PRI, su aliado el Partido Verde y el PAN podrían alcanzar juntos.
La segunda convergencia es una reforma fiscal que empiece por cancelar exenciones y regímenes especiales de tributación, y termine por hacer financiable la universalización de la red de seguridad social. Requiere solo mayoría simple en el Congreso que el PAN y el PRI juntos conseguirían sobradamente.
La tercera convergencia es una reforma laboral a la que le falta solo la firma de la diputación priista en el Congreso. Podría salir firmada en un periodo extraordinario durante el mes de agosto.
Hay también convergencias notables entre ambos partidos en materia de seguridad pública, forma de uso del Ejército y policías en el combate al crimen, procuración de justicia y cambio educativo.
No recuerdo un momento de mayor convergencia explícita de PAN y PRI que el alcanzado por sus candidatos durante la última campaña.
Pero veo aparecer los malos augurios y los ambiguos humores típicos de un gobierno dividido. Me refiero a la candidata presidencial perdedora, Josefina Vázquez Mota, diciendo que no hubo equidad en la elección, a su estratega Roberto Gil diciendo que el PRI no ganó a la buena y al presidente del PAN, Gustavo Madero, diciendo que ganó a billetazos.
No han impugnado la elección como la izquierda, pero han empezado a deslegitimarla. Malas noticias para la colaboración: el PAN derrotado quiere encarecer su malestar. El acuerdo insinuado se evapora, o al menos se pospone.
Es el verbo canónico de los últimos 15 años de gobiernos divididos: posponer.
Trascendió
Trascendió
:Que así como las izquierdas impugnarán ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación la elección presidencial, el PAN quiere llevar ante la misma instancia varios casos de la elección de senadores.
Uno de ellos es el de Nuevo León, donde el PRI impuso su mayoría con menos de 1% a la fórmula panista encabezada por Raúl Gracia, quien dice que debe contarse voto por voto de al menos 45% de los paquetes electorales.
:Que el marcelista Armando Ríos Piter quiere la coordinación del PRD en la próxima legislatura y los lopezobradoristas Alejandro Encinas, Dolores Padierna y Angélica de la Peña también, pero el guerrerense dice que carecen de la representatividad que le dan los 637 mil votos con los que ganó el escaño por Guerrero.
Lo malo para él es que, si la votación cuenta, la coordinadora sería Alejandra Barrales, quien obtuvo 2 millones 400 mil votos en el DF.
:Que, por cierto, esta semana el Senado tendrá que resolver qué sucederá con la Ley de Víctimas que devolvió el presidente Felipe Calderón con observaciones y de la que el presidente de la Mesa, José González Morfín, pidió su publicación medio día antes de que el Ejecutivo remitiera su decisión. El tema se llevará a la sesión de la Comisión Permanente, anticipa el priista Francisco Arroyo.
:Que el IFE ya tenía previsto que dos casillas electorales no se podrían instalar en la jornada del 1 de julio.
Lo detectaron en Oaxaca, pues en una comunidad que se mantiene en reserva para no estigmatizarla, los pobladores condicionaron la instalación de esas casillas a que los cuatro candidatos a la Presidencia visitaran y llegaran a pie a su localidad para que sintieran las penurias que ellos pasan para entrar o salir de su población. Los candidatos no fueron y las casillas no se montaron.
:Que en el proceso electoral, los obispos y sacerdotes respetaron, ahora sí, la ley electoral o, al menos, no se han presentado denuncias contra ministros de culto por haber orientado a sus fieles sobre el partido o por quién votar.
:Que en las secretarías federales de Salud y Desarrollo Social, a cargo de Salomón Chertorivski y Heriberto Félix Guerra, se reactivaron los programas destinados a erradicar la pobreza.
Se han abierto más centros de abasto, centros comunitarios de salud y proyectos de becas, como para gastar hasta el último centavo del presupuesto antes de entregar las dependencias a la administración del priista Peña Nieto.
Política cero
Derbez vs. #YoSoy132: ¡fue horrible, fue horrible!
Jairo Calixto Albarrán
No bueno, aquello era una pléyade de plañideras que se desgañitaban maldiciendo a los #YoSoy132 (o los #YoSoy132 que fueron objeto del deslinde de los #YoSoy132 reales que son quien son y no se quieren parecer a naiden, mucho menos a los que se denominan #YoSoy132) que habían osado no solo enfrentarse a los poderes fácticos, que retaban a la Nueva Banda TimbirIFE y andan por la vida manifestándose contra la mexicana alegría, sino en el colmo de sus alucines marxistoides-pejistas se atrevieron a interrumpir con su lucha-lucha-no-dejes-de-luchar la boda de Eugenio Derbez y Alessandra Rosaldo. Con sus gritos y consignas, los resentidos sabotearon lo que El Gordo y La Flaca, distinguidos trabajadores de la industria de la frivolidad, denominaron como “La boda del año”.
En las redes sociales los distinguidos invitados se quejaban amargamente como si fuera un capítulo de La Rosa de Guadalupe, mientras sus corifeos se lamentaban como si hubieran sido ellos a los que les habían arruinado su pachangón pagado y transmitido a la manera de Pequeños gigantes por el Canal de las Estrellas.
Un dramón de tales dimensiones que en un momento, conmovido por los lamentos de todas aquellas luminarias, te daban ganas de arrojar tarjetas Soriana entre los manifestantes para ver si así se dispersaban, gracias a sus superpoderes muy parecidos a los de la kriptonita.
O sea, ni siquiera AMLOVE, Zambrano, el PRD, unidos con los panistas que de pronto descubrieron que las elecciones, tan vanagloriadas, tenían sus detallitos, hicieron tantos panchos como aquellos que no podían llegar a tan rimbombante bodorrio de altísimo pedorraje. Está bien que se trataba de superar la unión matrimonial de Lucerito y Mijares, pero no era para tanto.
Y si alguien tenía esa certeza era el propio Eugenio Derbez que, en la evocación de sus personajes, en vez de arrojarse al melodrama ranchero se tomó una foto con su esposa con un letrero del #YoSoy132, no sin antes reiterar su solidaridad con estos chicos y asegurar que tampoco él había votado por Peña Nieto.
Solo le faltó ponerse el uniforme del Lonje Moco y hacer un tour por el IFE, el TEPJF y el PRI para espetarles a todo pulmón su conocido “¡Fue horrible, fue horrible!”
Interludio
¿Quiénes son los antidemocráticos?
Román Revueltas Retes
Exhibir la consigna, garabateada en un cartel, de que al candidato ganador de unas elecciones presidenciales “no se le va a dejar llegar a Los Pinos” y hablar, al mismo tiempo, de que no se va a aceptar una “imposición” es plantear una contradicción tan grande como una casa.
¿Quién le impone qué a quién? Ellos, los de ese movimiento #YoSoy 132 trasmutado de pronto en gran censor de la voluntad popular, ¿nos van a imponer a nosotros, los votantes, su cerril obstrucción o somos nosotros, los votantes, quienes, por el mero hecho de salir a votar libremente el domingo 1º de julio, entramos, de pronto, en la categoría de los que se “imponen” arbitrariamente a los demás?
Creo que la respuesta es tan evidente como palmaria es la intolerancia de esos jóvenes que, por el mero hecho de no tener 40, 50 o 60 años de edad, reclaman la privilegiada condición de los que no se siente obligados a acatar las leyes ni dispuesto a ajustarse a los usos y costumbres de la vida democrática.
El mundo está al revés y quienes lanzan un índice acusador son los primeros, creo yo, en merecer, precisamente, las condenas y las acusaciones. La mera formulación de que “no lo dejaremos llegar” me parece tan escandalosa que bien podría merecer la absoluta descalificación de quien la profiere.
¿Por qué diablos deben millones de ciudadanos bajar la cabeza y resignarse a la imposición, ahí sí, de esa gente? ¿Por qué deben los votantes que han elegido democráticamente a un nuevo presidente de México aceptar las amenazas de aquellos que no lograron acumular la suficiente cantidad de votos para que su candidato resultara elegido?
¿No les gusta Peña Nieto? Pues, de seguro no votaron por él. ¿Ganó, de cualquier manera? Pues, ni modo, chavos. Así es la democracia. Pero, por favor, no nos impongan su intolerancia a nosotros, a todos los demás que, encima, somos millones. Gracias.
Duda Razonable
La izquierda se encomienda a un “Ave María”
Carlos Puig
En el futbol americano lo llaman el pase Hail Mary, el pase Ave María.
Quedan unos segundos en el reloj, el equipo enfrenta su última oportunidad con la posesión del balón y está situado en la yarda muy atrás en su propio campo. Inicia la jugada y al mismo tiempo que el quarterback da unos pasos atrás, todos los receptores posibles se corren hacia la zona de anotación contraria.
Entonces, como lo contó el legendario quarterback de los Vaqueros de Dallas, Roger Staubach: “Lanzas el balón los más lejos y más alto que puedas, cierras los ojos, y te pones a rezar un Ave María” pidiéndole a la virgen que un receptor de su equipo lo atrape en la zona de anotación.
No soy abogado, pero he leído suficientes textos en los últimos días de abogados y especialistas en lo electoral, les he preguntado a un par de ellos, como para entender que la impugnación que ahora emprenderá la alianza de PRD, PT y MC frente al Tribunal Electoral para intentar que la elección sea declarada nula tiene muy pocas posibilidades de triunfo.
Los estándares de prueba que impone la norma, los causales específicos de nulidad que se requieren, el número de casillas que, evidencia de por medio, debieron haber estado marcadas por “irregularidades graves”, en fin, todo lo que las leyes contienen en la materia y los 3 millones de votos de diferencia me hacen pensar que no está sencillo.
Menos fácil parece argumentar con éxito frente a los magistrados —como un par de veces lo ha hecho en sus conferencias López Obrador— la violación constitucional arguyendo las siguientes líneas del artículo 41: “La renovación de los poderes Legislativo y Ejecutivo se realizará mediante elecciones libres, auténticas y periódicas”.
El Tribunal, gracias a la impugnación del Movimiento Progresista y, según se ha anunciado, a otra de Acción Nacional, tiene la oportunidad de revisar a fondo las acusaciones de uso de recursos para “motivar” y coaccionar el voto. Tiene oportunidad de revisar una vez más los gastos de cada partido y cada campaña. La ley le da al IFE y al Tribunal suficientes recursos como para ver cuentas bancarias, transacciones específicas, descubrir la verdad y su dimensión, más allá de que sea suficiente para anular la elección. Hay multas y sanciones, si hubo delitos, debe haber castigos a personas y partidos.
Es una tontería querer adelantarse o predecir lo que decidirá el Tribunal.
Los que saben dicen que está complicada la jugada. Todo quarterback sabe que un pase Hail Mary tiene mínimas posibilidades de terminar en anotación.
En este caso, sin embargo, muchas cosas, algunas buenas, pueden suceder mientras vuela el ovoide y todos —cada uno por su causa— se ponen a rezar.
Juegos de Poder
AMLO pone la agenda, Peña y Ebrard, callados
Leo Zuckermann
EXCÉLSIOR
El tabasqueño no va a ceder su papel de líder indiscutible de la izquierda nacional. La gran duda persiste: ¿se atreverá algún día Marcelo a enfrentar a AMLO?
Ha transcurrido una semana desde la elección presidencial y el político más presente, el que ha tenido la capacidad de fijar la agenda pública, no ha sido el candidato ganador sino uno de los derrotados: me refiero a López Obrador. Sabíamos que, por más que firmara pactos comprometiéndose a respetar los resultados de la elección, el tabasqueño los desconocería. Es lo que siempre ha hecho y lo que siempre hará, por si alguien todavía tiene alguna duda. Porque una oposición semileal como la lopezobradorista, cuando gana, acepta las reglas del juego y el resultado; cuando pierde, las desconoce. Esta semana, después de haber perdido de nuevo, se ha dedicado a repudiar la elección.
Muchos piensan que el López Obrador de 2012 es diferente al de 2006. Que, como hace seis años, está peleando por que se anule la elección dentro de las instituciones pero, a diferencia de los comicios pasados, no está movilizando a sus huestes. Es cierto. No por el momento, aunque ha habido algunas protestas callejeras de los estudiantes del movimiento #Yosoy132 con una agenda muy identificada con el lopezobradorismo.
El hecho es que la semana pasada vimos al mismo López Obrador de la campaña: un día combativo, denunciando fraude, hablándole a los radicales de su movimiento, y otro día más calmado, reclamando su derecho a impugnar la elección, serenando los ánimos, dirigiéndose a los más moderados y centristas que lo apoyan. ¿Cuál es el AMLO verdadero? Ambos. Porque está calibrando qué le conviene. Está midiéndole el agua a los camotes para ver hasta dónde jala la liga de la radicalización y hasta dónde la de la moderación. Todo con un objetivo: mantenerse vivo, convertirse en la principal oposición al nuevo gobierno priista y, en el futuro, por qué no, volver a competir en 2018. ¿O todavía alguien piensa que el tabasqueño realmente se retirará a su rancho —cuyo extraño nombre es “La Chingada”—, como lo prometió a un grupo de empresarios en caso de perder?
La semana pasada, López Obrador fue el que fijó la agenda en los medios de comunicación. Algo que sabe hacer muy bien es inventar historias aunque sean irreales. Narrativas que convencen a parte de la opinión pública. En 2006 inventó el cuento del fraude, de una mafia que le robó la elección. Aunque no presentó ninguna prueba, de acuerdo a las encuestas, aproximadamente 40% de los mexicanos terminaron creyéndoselo. Ahora está haciendo lo mismo: armando una nueva narrativa de la elección de 2012. No le ganaron; le volvieron a robar con todo tipo de prácticas fraudulentas, antes, durante y después de la jornada electoral. Sin embargo, ahora, a diferencia de 2006, su alegato está centrado en dos aspectos: las presuntas compras masivas de votos por parte del candidato ganador y el sesgo de los medios de comunicación, en particular Televisa, a favor de Peña. No importa si hay o no pruebas contundentes que la autoridad pueda juzgar. Basta con tapizar su sala de prensa con tarjetas prepagadas de Soriana o decir que es del dominio público cómo la televisora impuso al candidato priista. Mucha gente acabará creyendo esta historia porque, para empezar, es propensa a creérselo y porque AMLO es un genio para machacar y re-machacar, un día sí y otro también, sus historias.
Aquí entran dos actores que, hasta ahora, han estado muy calladitos. En primer lugar, el candidato ganador. La semana pasada, Peña prácticamente desapareció de la palestra dejándole todo el terreno mediático a AMLO. Con la excepción de un par de entrevistas nacionales, muchas internacionales y las felicitaciones de mandatarios extranjeros por su victoria, el priista se mantuvo en silencio como si careciera de una estrategia para enfrentar las acusaciones de López Obrador. Quizá estaba esperando el conteo oficial del IFE y su constancia de mayoría, pero el hecho es que, en algún momento, Peña tendrá que salir a defender la elección que ganó. Me sorprende que no lo haya hecho hasta ahora porque era previsible que, en caso de perder, López Obrador desconocería el resultado y la legitimidad del próximo presidente. ¿Acaso no estaba preparado el equipo de Peña para este escenario?
El otro que anda muy calladito es Marcelo Ebrard. Durante la campaña, muchos dijeron que era una lástima que no hubiera sido él el candidato presidencial de la izquierda. Pero Marcelo no se lo merecía porque no tuvo los tamaños para enfrentarse a López Obrador. Le cedió la candidatura a cambio de poner a Miguel Ángel Mancera como candidato a jefe de Gobierno del DF. Ebrard, quien quiere ser presidente, pensó que ganando o perdiendo AMLO la elección de 2012, él se quedaba con buenas oportunidades para ir como candidato presidencial de la izquierda en 2018. López Obrador perdió, pero no se ve con muchas ganas que digamos de irse a “La Chingada” para darle paso a una izquierda postAMLO. Ahí sigue: fijando la agenda de los medios, armando sus exitosas narrativas, manteniéndose vigente como uno de los personajes centrales de la política mexicana. Así no va a llegar Marcelo, no se diga a 2018, ni siquiera a 2013. Porque es muy claro, hasta ahora, que el tabasqueño no va a ceder su papel de líder indiscutible de la izquierda nacional. La gran duda persiste: ¿se atreverá algún día Marcelo a enfrentar a AMLO? Por lo pronto no y por eso sigue callado.
Ventana
¡Pregúntame..!
José Cárdenas
EXCÉLSIOR
Para los panistas llegó la hora de vender caro su amor… y sacar adelante las reformas pendientes paralizadas por el PRI.
Tras el fragor de la batalla electoral queda enterrar muertos y curar heridos.
La frialdad de los numeritos confirma el triunfo de Peña Nieto con tres millones 329 mil 785 votos más que López Obrador. Diferencia de sobra para legitimar al futuro ocupante de Los Pinos… sin descontar las impugnaciones armadas para protestar ante el Tribunal Electoral “por la violación de la legalidad democrática y la inequidad de la contienda… y por la perversa manipulación de algunos medios de comunicación y casas encuestadoras” —como afirma el líder del PRD, Jesús Zambrano—.
Mientras, los mismos números que provocan el júbilo priista por la victoria presidencial plantean serios desafíos en el ámbito de la LXII Legislatura.
Las cuentas del IFE hablan, otra vez, de un Congreso dividido.
Si bien el PRI quedará como primera minoría con 249 diputados, sumando a los legisladores del Verde… y agregando una coalición de necesidad con el Panal, el PP (presidente Peña) no tendrá mayoría absoluta… quedó corto por dos legisladores…
En tal sentido, para sacar adelante las reformas que requieran cambios constitucionales, esa masa legislativa, liderada por Manlio Fabio Beltrones, deberá convencer a sus 134 oponentes de las izquierdas (PRD, PT, MC)… y/o a los 115 diputados panistas, pastoreados por José González Morfín.
El PRD y sus satélites detentarán una inmejorable posición de poder. La izquierda se ubica en la disyuntiva de empeñarse en la oposición irracional o sacar provecho de su “rebanadota” de pastel para impulsar su propia agenda democrática.
La política confirmará su eterna vocación como el arte de la negociación…
Los perredistas saben que más allá de la derrota en la contienda presidencial, el resultado electoral es un triunfo. Dilapidar el capital político otorgado por casi 16 millones de votantes, un millón más que hace seis años, sería una debacle.
Para el PAN, las cosas tampoco pintan como Picasso. La “mayúscula derrota” de Josefina Vázquez Mota y los descalabros monumentales en Morelos y Jalisco no se reflejaron en la elección legislativa. El blanquiazul pesará más que el PRD en San Lázaro… pero sin duda, su mayor presencia se ubicará en el Senado, donde será la segunda fuerza política con 38 escaños… y con poder de veto. Sin los panistas, los grandes cambios comprometidos por Peña, simplemente no pasarán.
Para los panistas llegó la hora de vender caro su amor… y sacar adelante las reformas pendientes paralizadas por el PRI. Reformas urgentes en materia fiscal, energética, laboral, de seguridad social y justicia.
MONJE LOCO: Bajo la operación de Emilio Lozoya Austin (váyalo apuntando para la cancillería), la comunidad internacional ha reaccionado con insólita rapidez para saludar al próximo Presidente… líderes de China a Francia; de EU a Cuba y Nicaragua… gobiernos de todo tamaño y color le han extendido la mano. Quizás el más notable, Hugo Chávez, quien hace seis años se contuvo para reconocer al gobierno de Felipe Calderón, a quien llamó “caballerito heredero del cachorro imperial”… y mientras, los delirantes del #YoSoy132 muestran la profundidad de su conciencia crítica al protestar por la transmisión de la boda “D.Peluche” de Eugenio Derbez y Alessandra Rosaldo… y el Monje Loco felicita al Lonje Moco…
Frentes Políticos
Frentes Políticos
EXCÉLSIOR
I. Ya es tiempo de un punto y aparte. Leonardo Valdés Zurita, el consejero presidente del IFE, dijo que la limpieza y la legalidad del cómputo distrital de los comicios presidenciales “ha cumplido su función como soporte para la gobernabilidad democrática del país”. Destacó que el recuento de 78 mil 469 paquetes electorales dio transparencia a estos comicios y “es indudablemente garantía para la competencia y factor de fortaleza de nuestra democracia”. Ya despejaron dudas y suspicacias en la elección presidencial. ¿O desde cuándo los números (y contados dos veces) mienten?
II. Los partidos de izquierda no quitarán el dedo del renglón. Nadie les saca la idea de que Enrique Peña Nieto compró la elección. Y descalifican el trabajo de la autoridad electoral. “El IFE falló, el IFE se burocratizó, se hizo cómplice, por omisión y por inacción, de las violaciones a la ley y apareció un IFE que, teniendo dientes, apareció desdentado ante la sociedad mexicana”, dijo Jesús Zambrano, líder del PRD. Afirma que el PRI gastó en su campaña mil 817 millones de pesos, cuando el tope eran 336 millones. Habían dicho que 30 mil millones. Manejan tantas cifras que ya ni ellos saben.
III. Las inmaculadas nuevas administraciones: los perredistas Miguel Mancera (DF), Arturo Núñez (Tabasco) y Graco Ramírez (Morelos), así como los priistas Aristóteles Sandoval (Jalisco) y Rolando Zapata Bello (Yucatán), además de Manuel Velasco, del Verde (Chiapas) y el panista Miguel Ángel Márquez (Guanajuato), recibieron su constancia de mayoría, por lo que gobernarán esas entidades hasta 2018. Ninguno de sus rivales se quejó de fraude. Sólo un testarudo en la escena política .Ya sabemos quién.
IV. El virtual presidente electo, Enrique Peña Nieto, se mostró en contra de la legalización de las drogas, pero se dijo dispuesto a abrir un “nuevo debate” sobre la guerra contra el narcotráfico. “Personalmente no estoy a favor de legalizar las drogas, no me convence como argumento”, agregó, al abogar por una “revisión” del tema, en la que EU “juega un papel fundamental”. En entrevista para CNN, puntualizó, también, en el tema migratorio. Es tiempo de moverse, de ver hacia adelante. Los obstáculos ya fueron superados.
V. Jalón de orejas o expulsión. Hoy se inicia en el interior del PAN la limpieza, con el proceso de sanción contra Vicente Fox, por externar descaradamente su apoyo al priista Enrique Peña Nieto (no dude que algunos lo hicieron a discreción). El Comité Ejecutivo Nacional dará curso a las peticiones de algunos militantes para sancionar al ex mandatario. Dos opciones: se le podría expulsar o imponerle algun castigo, como ya sabemos, menor. En ambos casos, Fox, por supuesto, se carcajeará.
VI. Una vez que el IEDF lo valide como jefe de Gobierno electo, Miguel Ángel Mancera realizará un nuevo recorrido por toda la Ciudad de México para agradecer a los ciudadanos que lo favorecieron con su voto. Su objetivo es mantener el contacto con los vecinos y comprometerse en la solución de sus demandas que fueron plasmadas en el documento Decisiones por Colonia. El ex procurador de Justicia recibió una votación histórica de tres millones 41 mil 618 sufragios, que representa casi 64% de las preferencias electorales. Su compromiso no es menor. Cumplirá.
Razones
Acuerdos o chantajes
Jorge Fernández Menéndez
EXCÉLSIOR
Es previsible, pero las fuerzas políticas no se pueden dejar seguir chantajeando por una línea política que no permite construir nada.
Es verdad, falta la calificación de las elecciones por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal, pero con el conteo realizado en los últimos días, la parte sustancial de la elección del domingo pasado ya concluyó. Enrique Peña Nieto ganó los comicios con una diferencia de siete puntos y, paradójicamente, el conteo realizado a partir del miércoles le terminó dando unos 150 mil votos adicionales. Las cifras se corresponden, una vez más, plenamente, a las del Conteo Rápido y las del PREP. La jornada electoral tuvo incidencias pero no registró ninguna irregularidad manifiesta.
La previsible (en no reconocer su derrota, en el terreno que sea, López Obrador siempre es previsible) impugnación de López Obrador no tiene sustento y ni siquiera se ha podido canalizar en pruebas. Las marchas del movimiento que se sigue denominando 132 pero que ya no tiene nada que ver con aquel que surgió en la Universidad Iberoamericana hace dos meses, continúa realizando marchas antiPeña, desangeladas y con un número menguante de participantes. El hecho es que a la sociedad no le interesa confrontarse y tampoco existe una percepción de que la elección fue ilegítima. En todo caso la gente está cansada de los comicios y las campañas y lo que se quiere es ver hacia adelante, saber qué es lo que viene.
Peña Nieto tendrá un instrumento clave para evitar la especulación sobre sus objetivos y su gabinete a partir de septiembre: se instala la nueva Legislatura y con ella existe la posibilidad real de sacar adelante, antes del cambio de gobierno, una agenda legislativa básica, que puede incluir capítulos centrales para mantener la estabilidad y detonar el crecimiento en el futuro: la reforma fiscal (que tendrá que ir de la mano con el paquete económico que se debe presentar por ley el 15 de septiembre próximo) y, con ella, la reforma energética y la laboral. Están pendientes también capítulos como la ley de atención a víctimas, que fue regresada con algunas observaciones metodológicas desde el Ejecutivo al Legislativo, muchos temas de la agenda de seguridad y ahí está el de las pensiones, el verdadero peligro que planea sobre las finanzas públicas a futuro.
Peña Nieto tiene que aprovechar ese periodo y tanto su partido como el PAN deben apoyar esa agenda. El PRI y el Verde no tienen los votos suficientes en el Congreso como para sacar solos (o en acuerdo con Nueva Alianza) esas reformas, que incluso requerirán, en algunos aspectos, cambios constitucionales. Para Acción Nacional, ese trabajo legislativo debe ser la base sobre la cual se podrá reconstruir un partido que ha salido demasiado golpeado de esta elección. El PAN debe refundarse, pero dada la actual correlación de fuerzas, con las pocas gubernaturas que le quedan (importante, sólo Guanajuato), esa refundación se tendrá que hacer desde el Congreso: el modelo del PAN debe estar en la labor que desarrollaron entre 1989 y 1994, sobre todo entre 1991 y 1994, cuando con acuerdos legislativos profundos sentaron las bases que le permitieron capturar el poder en el año 2000. De allí, del trabajo legislativo, surgieron (recordemos que había fallecido Manuel Clouthier) los hombres y las mujeres que crearon las bases para que el PAN se convirtiera en una verdadera opción. Ese es el camino que debe volver a recorrer y el que debe transitar también el PRD, con la diferencia de que ese partido se ha quedado con posiciones ejecutivas de mucho peso político, comenzando por el DF, Morelos y Tabasco, más las que mantiene en Guerrero o lo que ganó en Oaxaca.
No se percibe un ambiente de confrontación en la sociedad. No hay ni deseos ni expectativas para proponer un enfrentamiento. Tampoco se percibe ese deseo en las fuerzas de la coalición progresista. Desde el domingo pasado, cuando López Obrador no reconoció el resultado electoral, han desaparecido de sus conferencias de prensa Marcelo Ebrard, Cuauhtémoc y Lázaro Cárdenas, Juan Ramón de la Fuente, Manuel Camacho… Debemos insistir en un punto, la radicalización de López Obrador; la incapacidad para reconocer una derrota (jamás lo ha hecho en toda su vida política), es una forma de mantener como rehén de su persona a las fuerzas políticas que apoyaron su candidatura. Así lo hizo en 2006 y, aunque cambian algunas formas, así lo está haciendo ahora. El punto será observar qué sucederá con esas fuerzas cuando se inicie la nueva Legislatura y asuman el poder los nuevos gobernadores. Es previsible que entonces el lopezobradorismo, como ya lo ha hecho, endurezca también su posición con los sectores más radicales en el Congreso, para paralizar las reformas. Es previsible, pero las demás fuerzas políticas no se pueden dejar seguir chantajeando por una línea política que no permite construir nada.
Arsenal
Un paquete para Marcelo
Francisco Garfias
EXCÉLSIOR
En el GDF, por ningún motivo quieren una repetición de los plantones, marchas, bloqueos, asambleas informativas de hace seis años.
La bomba de tiempo en que se ha convertido Andrés Manuel López Obrador trae de cabeza al GDF. Temen que una vez agotadas las instancias legales, el tabasqueño escale el conflicto.
Fuentes vinculadas al ayuntamiento dicen que hay fundados temores de que saque a la gente a la calle si el TEPJF ratifica el triunfo de Peña —en septiembre— o si se intenta un albazo con alguna reforma estructural en el Congreso.
Por ningún motivo quieren una repetición de los plantones, marchas, bloqueos, asambleas informativas, que vivimos hace seis años. En corto manifiestan que sería un suicidio político volver a castigar a la Ciudad que le ha sido fiel en las urnas.
El paquete es para Marcelo Ebrard. El jefe de Gobierno del DF requiere de toda su sabiduría política para que la inconformidad no se le revierta. Ya lo hemos escrito aquí. Él no es Alejandro Encinas. No es un interino. Trae una agenda política muy clara. El voto de los capitalinos lo llevó al Palacio del Ayuntamiento. Sus lealtades son con el ciudadano, no con el jefe político de la izquierda.
Miguel Mancera puede salir raspado. También en su equipo hay inquietud. Sabemos que el jefe de Gobierno electo se va a tapar luego de recibir su constancia de mayoría. Todo el escenario es para Ebrard. En el equipo del próximo alcalde cruzan los dedos para que el relevo en la jefatura de Gobierno no se encuadre en una ciudad irritada.
Jesús Zambrano es un político que merece respeto. Es de esos que se jugaron la vida para mejorar el país. La cicatriz que lleva en la mejilla —lo dieron un balazo— es prueba de ello.
A Chucho lo involucran en el “pase de charola” de Villa Acero. Supuestos “apoyos” por 110 millones de pesos que el empresario Julio Villarreal habría dado al PRD. Nos enteramos por las grabaciones que dio a conocer El Universal.
Julio Scherer Ibarra, gestor del “préstamo”, quería un pilón de 30 millones. Villarrreal, también accionista de Banca Afirme, resistió hasta que pudo. ¡Ayúdalo! Suplicaba Scherer. “Está cabrón”, reviraba el empresario.
Zambrano niega que se trate de una dádiva. Dice que este asunto es parte de la “guerra sucia” contra la izquierda y su candidato. Promete exhibir documentos que prueban que fue un crédito. Las palabras no bastan. Está obligado a hacerlo.
La debacle electoral del PAN arrastró a dos de sus ex jefes nacionales. César Nava y Luis Felipe Bravo Mena iban para el Senado. No llegaron.
En el DF tampoco se la acaban los azules. Isabel Miranda de Wallace resultó un desastre. Ya son tercera fuerza en la capital de la República. “Allí se equivocó el presidente Calderón”, reprochan panistas capitalinos. El primer mandatario recurrió al dedazo para imponerla como candidata.
Otro tema polémico relacionado con las elecciones es el de las encuestas. Casi todas estuvieron fuera de rango. Le dieron a Peña Nieto una ventaja mucho más amplia de la que tuvo en las urnas. Contribuyeron a crear la percepción de que el candidato del PRI era imbatible.
En el Congreso ya hay una propuesta para regularlas. Es del senador del PRD, Leonel Godoy. El legislador michoacano presentó una iniciativa de reformas al Cofipe para que el IFE pueda verificar que las casas que las realizan se ajusten a lo establecido en la ley y a los lineamientos de carácter científico que emita el órgano electoral con ese fin.
Godoy Rangel está convencido de que la falta de observancia de estándares de calidad y profesionalismo en algunos encuestadores —no dice nombres— lesiona también el principio constitucional del voto libre.
“En los últimos años han proliferado encuestas o sondeos electorales que corresponden a agencias fantasmas o empresas cuyos resultados no se ajustan a los estándares científicos, éticos, profesionales y de transparencia”, advierte el texto de la iniciativa.
El gobernador Roberto Borge no tiene la menor intención de moverse de Quintana Roo. Sus operadores salieron al paso de las versiones que lo ubican como secretario de Turismo en el gabinete de Peña Nieto.
“Son falsas”, dicen. Aseguran que el chisme es alimentado desde la Ciudad de México para poner un interino. El clásico “quítate tu pa´ponerme yo…”
Moraleja de la semana (cortesía de José Luis López Aranguren, filósofo español): La moral se esgrime cuando se está en la oposición; la política, cuando se ha obtenido el poder.
Astillero
• Nuevos escenarios
• Imposición y resistencia
• Movimiento no partidista
• ¿Qué anunciará AMLO?
Julio Hernández López
No es un problema procesal, técnico ni aritmético (en ciertos momentos claves, como las exitosas marchas pacíficas de este sábado, ni siquiera de partidos o de un candidato específico). Es la acumulación de graves problemas sin resolver, la explosiva inviabilidad del sistema político y electoral, la distancia abismal entre las mafias partidistas y los intereses de la sociedad y, en ese nefasto marco general, el específico conjunto de prácticas cínicas, fraudulentas y delictivas con que se pretende imponer como presidente de la República a un personaje intelectualmente limitado y políticamente atado a los peores intereses.
Enrique Peña Nieto ya ha sido instalado en términos políticos y mediáticos (desde la misma noche de las elecciones, con apresuramiento cómplice del PAN, Los Pinos y Televisa); diplomáticos, con el reconocimiento injerencista de un abanico de gobiernos extranjeros entre los que destacan Barack Obama, Mariano Rajoy, Hugo Chávez, Raúl Castro y Hu Jintao (éste, con invitación a una visita oficial a China), y jurídicos (las resoluciones del IFE y la fundada convicción de que el tribunal electoral federal solamente estaría dispuesto a imponer sanciones menores y hacer reconvenciones, pero no a anular el proceso presidencial).
Y sin embargo… a pesar de la contundencia de esos hechos, que en otras circunstancias habrían abatido razonablemente los ánimos contestatarios de los opositores, la protesta pública y el rechazo a la imposición se mueven. Más allá del segmento de voto duro en favor de López Obrador (incluso podría decirse que a pesar del perfil concreto de éste) se ha instalado también en el escenario la contraparte social del peñanietismo formalmente victorioso: una masa social profundamente insatisfecha con el funcionamiento de su sistema político y activamente decidida a impedir la instauración de un cesarismo sexenal con copete.
Frente a la apabullante conjunción de factores de poder que han impuesto y sostendrán a Peña Nieto, y ante esa efervescente indisposición colectiva a asumir tal imposición y sus ya anunciadas consecuencias, Andrés Manuel López Obrador ha decidido, al menos hasta ayer, aplicarse en el camino sabidamente fallido de la recurrencia a lo jurídico, sostenerse en el juego de las cartas marcadas de la farsa electoral. Le han dejado solo la mayoría de los personajes que él mismo exhibía hace semanas como signos de unidad y fuerza. Marcelo Ebrard administra su feudal moneda de canje, el Distrito Federal, y hace arreglos para beneficio futuro de él y su equipo ganancioso (Manuel Camacho, por cierto, se coló a última hora en los lugares de privilegio para ser senador, en una maniobra al estilo Juanito). Y los Chuchos también gananciosos acompañan al tabasqueño con la advertencia de que en cuanto suene el final del litigio electoral habrán de aceptar puntualmente esos resultados y alzarán la mano al así legitimado ganador, que saben no será AMLO en ese eje peñanietista del IFE y el TEPJF.
Aun así, López Obrador ha sido capaz de exhibir el carácter no sólo ilegítimo sino incluso ilegal de la presidencia prepagada. Sigue siendo el único mexicano con poder nacional de convocatoria masiva y de sus decisiones depende la estabilidad del sistema actual y la gobernabilidad del peñanietismo. No tiene condiciones para llamar a movilizaciones o protestas como las que tanta polémica generaron en 2006 pero, en un esquema de complicada interpretación, de cuya correcta lectura dependerá su futuro personal y el de Morena, tiene ahora a la vista una corriente social dispuesta a la lucha por el cambio, y a la resistencia ante las anunciadas embestidas del neoliberalismo salinista en segunda edición, con el PAN adjunto, cual sucedió de 1988 a 1994, en la primera presidencia de Carlos Salinas.
Pero esa corriente social, conformada sustancialmente por el amorfo movimiento del 132, ha ido caminando por fuera de los arreglos y concesiones entre cúpulas de la clase política de izquierda y es probable que a estas alturas asuma la figura de AMLO más como símbolo de lucha histórica a contracorriente que como reivindicación de lucha electoral por lo inmediato. Es decir, el gran movimiento social que ha surgido por fuera de los partidos y las candidaturas está luchando y lo seguirá haciendo no necesariamente en defensa del arribo de AMLO a la Presidencia de la República, sino en defensa rigurosa de su derecho a elegir en libertad, sin trampas ni delincuencia política. Ese movimiento podría ser la verdadera resistencia a las maniobras de abuso y corrupción que practicarán los inversionistas que han comprado una presidencia sexenal con la esperanza fundada de multiplicar sus ganancias y consolidar sus privilegios. Pero se necesita un líder social, muchos líderes sociales, no un candidato o candidatos aferrados a la comprobadamente inalcanzable zanahoria electoral.
En ese contexto AMLO habrá de anunciar hoy su posicionamiento firme respecto a las elecciones. Ayer mismo los dirigentes de la trinidad partidista que le apoya expresaron su desconocimiento de las cifras oficiales que le dan el triunfo a Peña Nieto. Anunciaron que tienen más pruebas de la compra de voto en favor del PRI y que transitarán los caminos legales correspondientes. Ya se verá lo que proponga hoy el tabasqueño para dar continuidad a esa lucha electoral y ¿social?
Y, mientras @evagolinger ha entrevistado a este tecleador en su programa Detrás de la noticia, en el segmento en español del canal Russia Today, del minuto 6:30 al 12:30 (bit.ly/Mb8Ua3), ¡hasta mañana, con la zalea del zorro traicionero arrojada a mitad de escena panista para entretenimiento expulsor, mientras bajo la mesa se cierran los tratos para el cogobierno prianista que dará impunidad a los saqueadores y criminales de 12 años a la fecha y a los que se frotan las manos para entrar en depredadora acción a partir de diciembre próximo!
Clase Política
• Paquetes electorales
Miguel Ángel Rivera
Después del recuento de 45 millones 49 mil 356 votos efectivos y boletas canceladas correspondientes a 78 mil 469 paquetes electorales, equivalentes a 54.8 por ciento de las casillas, el Instituto Federal Electoral (IFE) ratificó el triunfo del candidato de la alianza Compromiso por México (PRI-PVEM), Enrique Peña Nieto, quien alcanzó 38.21 por ciento de votos.
En segundo sitio se confirmó al candidato del Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, con 31.59 por ciento. En tercero quedó la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota, con 25.41 por ciento y Gabriel Quadri salvó al Panal, al sumar 2.29 por ciento.
La participación ciudadana fue de 63.34 por ciento de la lista de electores.
La cosecha
El resultado electoral no está a contentillo de nadie. Fue la voluntad ciudadana la que dio el triunfo a Enrique Peña Nieto, sostuvo el coordinador de los diputados federales del PRI, Francisco Rojas, quien exhortó a todos los sectores a acatar los resultados, sin pretextos ni mezquindades. No hay duda, prosiguió el líder camaral, de que la decisión de los mexicanos fue por la unidad nacional, para emprender reformas cruciales como la hacendaria o la energética, dar plena autonomía a órganos reguladores y otros temas relevantes comprendidos en la oferta del candidato de la coalición Compromiso por México…
El presidente de la CNC, Gerardo Sánchez García, señaló que una vez confirmado el triunfo de Enrique Peña Nieto es necesario y urgente dedicarse desde ahora a resolver los grandes problemas nacionales, lo que significa que no tenemos tiempo para festejar sino de enfrentar todos lo inaplazable. En particular, el dirigente campesino se refirió a las reformas hacendaria, laboral y energética para disminuir la pobreza e incrementar recursos a rubros como el de la educación…
El secretario de Educación Pública, José Ángel Córdova Villalobos, pugnó por generar una cultura de respeto y ética, que impida caer en calumnias, como la supuesta prueba falsa y, en cambio, castigar a quien se dedica a impulsar la cultura del fraude. Con motivo de la aplicación de la Evaluación Universal a docentes y directivos de educación básica, Córdova Villalobos dijo que hay absoluta certeza en que es un proceso constructivo en favor de alumnos y maestros…
Debido a las altas temperaturas y excesivas lluvias que se registran en esta temporada y que aumentan los riesgos que enfrentan los migrantes nacionales y extranjeros en su tránsito por el país hacia Estados Unidos, el Instituto Nacional de Migración (INM) reforzó las medidas de auxilio y protección al poner en marcha el Operativo de Verano de los Grupos Beta 2012, desde el pasado 25 de junio, en nueve entidades de las fronteras norte y sur, así como en el Golfo de México…
El perredista Graco Ramírez recibió del Instituto Estatal Electoral (IEE) la constancia que lo acredita como gobernador electo de Morelos…