LA BATALLA DE LOS MOLINOS DE VIENTO
La defensa quijotesca pero inútil del titular del ejecutivo estatal de sus empleados, es el reflejo de que no es lo mismo gobernar Morelia que gobernar Michoacán. En un enfrentamiento estéril en contra de un académico con reconocimiento internacional como ERNESTO VILLANUEVA, tanto a FAUSTO como a JESUS REYNA, les faltó lo que tanto han presumido y con lo que han ganado posiciones políticas: oficio. Sin embargo, resulta por demás muy sospechoso, que algunos de los aludidos por ERNESTO VILLANUEVA, no hayan salido a los medios a hacer su propia defensa, sobre todo cuando han demostrado, sin provocación alguna, que hasta los exabruptos y las denostaciones son la constante en su lenguaje usado para la batalla electorera, cuando más en tratándose de su persona y prestigio. ¿O cómo explicar que MARCO ANTONIO AGUILAR CORTES, flamante Secretario de Cultura, no haya salido a los medios a exhibir su cédula profesional, repartir fotocopias a los medios y a misma ciudadanía, para desmentir categóricamente al acusador de marras? ¿Cómo entender a quien se destacó en compañía de su consanguíneo en el despojo de sus tierras a los ejidatarios de Jesús del Monte, no salir al desmentido, exhibiendo su acreditación profesional, como es el caso de RUBEN PEREZGALLARDO OJEDA? Y finalmente ¿cómo entender a FAUSTO VALLEJO Y FIGUEROA, que siendo él el gobernador, sea quien encabece la defensa de sus empleados, cuando los cánones de la política indican lo contrario? Lo reitero, esta politinovela no va a dar para mucho escribir, pero más para comentar, por que lo fácil, la mediocridad e incapacidad, lo hicieron difícil.