Por su belleza, por su talento, por su hambre de triunfo, por su experiencia, determinación y por muchas cosas más, Paola Milagros Espinosa Sánchez es, sin duda, una de las atletas que mayores esperanzas despierta en los aficionados mexicanos para los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
A sus 26 años, Paola Espinosa asistirá a lo que serán sus terceros Olímpicos, después de su participación en Atenas 2004 y en Beijing 2008, en la que fue la abanderada de la delegación mexicana y consiguió el bronce en la plataforma de 10 metros sincronizados, con Tatiana Ortiz.
Con cada salto, Paola se acerca más y más a la inmortalidad. Su trayectoria se ha escrito con base en múltiples medallas, de todos los metales, tanto en Universiadas, como en Serie Mundial, Juegos Panamericanos, Campeonatos Mundiales y hasta en Olímpicos, las cuales le han hecho ganarse el respeto internacional.
Nacida el 31 de julio de 1986 en la ciudad de México, para después mudarse a Baja California Sur, Espinosa entró al mundo de los clavados desde los siete años, en un evento para promesas deportivas, el cual no pudo conquistar, lo cual, irónicamente, provocó que se enamorara aún más del deporte.
“Si hubiera ganado en mi primera competencia, te apuesto que no estaría aquí”, sentenció hace unos años Paola Espinosa, quien explicó que aquella derrota despertó en ella un hambre de revancha que ha logrado saciar poco a poco con triunfos a granel. Paola se ha bañado en oro a lo largo de su carrera: en Centroamericanos de Mayagüez 2010 se colgó tres medallas de ese color; en el Campeonato Mundial 2009 consiguió una; en Juegos Panamericanos tiene seis (2007 y 2011); así como cinco en Universiadas de verano (2007, 2009 y 2011).
Se trata, sin duda, de una de las atletas más completas en su disciplina, pues sus conquistas no se ciñen a una sola categoría, sino que ha triunfado tanto de manera individual como sincronizada, además de distintas distancias, como el trampolín de tres metros y la plataforma.
Pese a todos sus logros, el gran pendiente de Paola Espinosa está en los Juegos Olímpicos, en los que, no obstante, ha mostrado una línea ascendente. En 2004, en Atenas, asistió por primera vez; el resultado: un quinto sitio en saltos sincronizados y duodécimo en plataforma individual.
En 2008, en Beijing, fue la abanderada mexicana en la ceremonia de inauguración y no defraudó, pues, junto con Tatiana Ortiz, consiguió colgarse la medalla de bronce en la plataforma de sincronizados. Desde entonces, Paola se ha consolidado como una de las mejores más importantes de los clavados tricolores.
Más allá de los resultados, los saltos de Paola Espinosa en estos momentos están a la altura de las mejores. Maneja los grados de dificultad más altos en su especialidad, que es la plataforma de 10 metros, que la colocan a la par de las chinas, siempre favoritas, y de cualquier competidora de Úlite.
“Desde que Paola nació ha sido ganadora en muchos aspectos de la vida”, dice su madre, Josefina Sánchez, en el documental ‘Criando a un atleta Olímpico’, en el que explica los múltiples sacrificios que han tenido que realizar para que su hija llegue hasta la cumbre. “No le gusta perder”, sentencia.
Sin duda, Paola Espinosa pasa por el mejor momento de su carrera. Es una atleta dominante, que cuenta con el respeto y reconocimiento internacional, sin duda será una de las rivales a vencer en la plataforma individual y en sincronizados, donde competirá con Tatiana Ortiz de nueva cuenta. }
El día que arranque su participación, el 31 de julio, justamente estará cumpliendo 26 años, una edad en la que su madurez le permitirá aspirar a subir a lo más alto del podio olímpico. No sería un milagro… el único milagro para Paola está en su nombre.