La “media hora del apego” entre madre y recién nacido, cuando por primera vez amamanta a su bebé, es uno de los momentos más importantes para fortalecer el vínculo entre ambos seres.

Por ello este acto debe de ser llevado a cabo con esmerada atención y sensibilidad, coadyuvado por parte del personal de lactancia materna que se encarga de estos momentos tan determinantes en el apego que se está desarrollando.

La enfermera Ana Lilia Peña Morán, quien atiende el área de maternidad en el Hospital General de Tijuana (HGT), con varios años de experiencia en este tipo de labor en madres e infantes, destacó este paso como de los más importantes.

Y es precisamente la capacitación tanto al personal de enfermeras como a las madres de recién nacidos o aún embarazadas, la que contribuirá a concientizar sobre la importancia de la etapa que definirá la salud del nuevo ser.

Luego de nacer y de ser llevado al área donde se lavará el bebé, un lapso en el que por primera vez durará separado de la madre unos 20 minutos, el niño comenzará a extrañar la seguridad y la calidez que le proporcionaba el interior de su progenitora.

Es un momento culminante, pues el desprendimiento del recién nacido de la madre causará la sensación de inseguridad; “por esa razón también es crucial lo que suele llamarse ‘el apego de la media hora’, en la que el niño es regresado al lado de la mamá”.

“Debe de ser pegado a la madre para que amamante, pues luego de romperse el cordón se cuida mantener el lado afectivo, después de que el niño es expulsado por cesárea o parto normal, debe de seguir sintiendo la seguridad y calidez de su mamá”, anotó.

“Durante el tiempo que lo retiramos para limpiarlo y ponerle las etiquetas de identificación en mano y pie, ya no escucha la voz de mamá, ya no tiene cerca su olor o esencia maternal, por eso también es importante la media hora de apego”, explicó.

En los 18 años que dice tener en brindar esta atención, la enfermera general expresa que “es lo maravilloso de estos momentos, se lo pegamos a la madre para que pueda hablarle, para que la madre y el niño comiencen su verdadero apego”.

Además, agregó que la lactancia materna “es un milagro, niños que nacen pesando 800 gramos y que con la alimentación de la leche de la madre terminan desarrollados, es decir, normalizan su peso; ese es el milagro, es el efecto de la leche materna en el ser humano”, concluyó.