Una estatua de la Grecia clásica datada alrededor del siglo I antes de Cristo y que se cree que pasó sumergida 2.000 años en el mar Adriático es la única pieza en el Museo del Apoxiomeno, que se inauguró recientemente en la isla croata de Losinj.

La solitaria pieza, un Apoxiomeno o atleta que se limpia el polvo y el sudor, fue encontrada en 1996 por un buceador belga, aunque la estatua no fue sacada del mar hasta tres años después.

La pieza, de 1,92 metros de altura, estaba sumergida a 45 metros de profundidad, cubierta totalmente de flora y fauna marinas, y con la cabeza desprendida del cuerpo y sin el meñique izquierdo.

Fue sacada del mar en 1999 en una acción en la que participaron científicos de cinco países y en las labores de restauración colaboraron una veintena de expertos.

Esta estatua es considerara como una de las mejor conservadas del mundo con el motivo del Apoxiomeno, uno de los temas escultóricos favoritos en la Antigua Grecia.

Desde el pasado abril es la única inquilina de un museo creado exclusivamente para albergarla, en el que, aparte de la estatua, se puede visionar un vídeo de la operación de rescate de las profundidades.

Se supone que la estatua llegó al fondo del mar durante un naufragio a causa de una tormenta y se considera que tiene un valor artístico excepcional y una belleza clásica admirable.