Resulta a veces difícil entender a nuestros políticos, más cuando les toca tomar decisiones en materia de finanzas públicas, tema en el que todos tienen algún problema, como insuficiencia de ingresos, adeudos con proveedores y contratistas quienes están “tronando” por la morosidad de los gobiernos, cuando lo mejor que pueden hacer es recaudar mejor sus impuestitos, usar la deuda sólo para fines productivos como señala la Constitución y gastar mejor esos recursos. Hacer programas emergentes para abatir la morosidad y pagar en tiempo y forma a sus acreedores.
Pero un gran número de gobernadores apuestan más a la “gestión” de recursos, que a la construcción de una hacienda pública fuerte, con un marco jurídico moderno, con su administración tributaria informatizada, con profesionistas con experiencia y bien pagados, con un presupuesto basado en resultados, con programas de desendeudamiento en el corto y medianos plazos, en fin con un Plan de Gobierno que no sea retórico, ni demagógico.
Pero no, muchos empiezan y luego continúan, basando su trabajo en la “gestión”, y los sobre endeudados en “reestructurar”, pero tomando medidas que debilitan sus finanzas públicas, a lo que responden con más gestión. Ejemplos sobran, por ejemplo, el nuevo Gobernador de Nuevo León, anuncia la desaparición paulatina de la Tenencia y por otro lado se informa de su gestión para obtener mil millones de pesos, cuando el impuesto le daría mas, además tiene buenos profesionales al frente de las finanzas estatales.
Hay muchas historias al respecto. Por ejemplo, cerca del fin del Gobierno de Calderón, visité a un Subsecretario en Palacio Nacional, quien antes recibe a un Gobernador, cuyo acuerdo duró unos pocos minutos, cinco para ser preciso. Le pregunto si es su nuevo estilo de acuerdos y me contesta que no, sino que quien lo visitó, un buen Gobernador por cierto, le fue a pedir un apoyo de varios cientos de millones de pesos, a lo que le contesto correctamente con una pregunta, ¿cuanto te costo desaparecer el impuesto a la tenencia?… ¡exactamente la cifra que iba a gestionar!. Los recursos los tenía, pero los dejó ir. Y hay muchos ejemplos más, las de los municipios son mayores.
Muchos gobernadores durante sus campañas se comprometen a eliminar impuestos, algún tiempo era a no crear el impuesto estatal sobre nóminas, pero lo más grave fue la desaparición o depredación de la base del impuesto a la tenencia, desaprovechado por razones políticas y para recibir aplausos.
El nuevo Gobierno de Guerrero está recibiendo un estado destrozado, con grandes pasivos con sus proveedores, con finanzas hechas pedazos, con presión para desaparecer el Impuesto Estatal a la Profesión Médica, que no da mucho, pero es un signo de Gobierno. Héctor Astudillo no lo debe hacer, sin antes reconstruir su aparato institucional, y este empiece a caminar, esto es a recaudar. Si un estado pobre había tenido logros en catastro por ejemplo, era Guerrero, pero el Gobierno de Aguirre lo desapareció y corrió a quienes lo dirigían. Sin embargo esa experiencia fue reconocida en su tiempo por las otras entidades, la SHCP e incluso a nivel internacional, y la próxima semana en el evento, Latin América Geo Spatial Forum 2015, Alejandro Catalán, expondrá el tema de Catastros eficientes a distancia vía Internet para el soporte operativo de municipios suburbanos. Parece que en Guerrero se recuperará el Sistema. Una buena…
Hace falta comentar otras atrocidades como el endeudamiento de 1 600 millones de Colima, la crisis de los proveedores de Nayarit, los que se endeudan para gasto corriente, y siguen “reestructurando” las deudas de corto plazo, para burlar la Ley, al burlar el requisito del uso del crédito para inversión productiva. En fin!