Justo antes de ingresar al campo, en lugar de Carlos Salcido, Aldo de Nigris volteó hacia la banca rojiblanca y guiñó un ojo a José Manuel de la Torre. Era el momento más álgido de las Chivas, pero el espigado atacante regiomontano estaba convencido de que sería su noche más importante en el Rebaño Sagrado. No se equivocó.
Unos cuantos minutos después, hizo explotar el estadio Omnilife con aquel gol de época. Clásico instantáneo en el Clásico de clásicos. Miles de gargantas comenzaron a rugir cuando De Nigris realizó aquel recorte sobre Pablo Aguilar. Lo demás fue rutina para un depredador consumado (62′).
Golazo que permitió a las Chivas rescatar la igualada (1-1) y conservar el liderato, aunque la clasificación matemática a la Liguilla quedará para mejor ocasión.
Porque el América se las ingenió para complicar un partido en el que no contó con Oribe Peralta y varias de sus piezas clave jugaron disminuidas.
Se fue adelante con el zapatazo de Paul Aguilar (16′). Fiel a su arrojo, el lateral derecho lo intentó y le salió un gol digno de museo. Dejó en 473 minutos la racha de imbatibilidad chica en el Omnilife.
La de Moisés Muñoz ante el Rebaño Sagrado quedó en 512. De Nigris la rompió, al igual que la de 445 minutos sin marcar en el Clásico de clásicos.
Punto que sirve a ambos. El Guadalajara sigue en la punta y el América en zona de Liguilla, esa de la que ya salió el Cruz Azul con la combinación de resultados.
Es cierto, las Chivas acumulan cinco duelos sin vencer a su rival más enconado (dos empates y tres caídas), pero rompieron la racha de tres descalabros, como locales, en el juego más importante del torneo.