Desde un espacio lleno de curiosidad, altamente lúdico y dispuesto a la experimentación, el multigalardonado fotógrafo mexicano Carlos Jurado describe su oficio como el de un alquimista, capaz de construir mundos oníricos e imaginarios a través de las posibilidades que aportan las cámaras estenopeicas (cámaras hechas con cajas de cartón, sin lentes ni electricidad).
“La fotografía estenopeica está sujeta a campos experimentales, es completamente diferente a una toma con cámara normal, hay algo ahí que funciona de una manera distinta, es pura magia, trabajo para alquimistas”, afirma el fotógrafo y pintor, cuya obra será homenajeada el próximo mes de mayo en el marco del Festival Internacional de la Imagen, FINI 2015, a celebrarse del 8 al 15 de mayo en las instalaciones de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
A decir de la UAEH y su Patronato, quienes organizan el festival con la colaboración del Conaculta, Carlos Jurado fue un fotógrafo adelantado a su tiempo, pues en los años 70’s impulsó el renacimiento de los procesos alternativos de impresión y dio nuevo auge al uso de la cámara con estenopo.
Aunque su formación principal es la de pintor, “mi relación con la fotografía es de mucho tiempo atrás, por ahí de 1973 hice mi primera exposición pública con cámara de cartón sin lente y en esa ocasión me invitaron a exponer en el Instituto Francés de América Latina (IFAL)”, recuerda el fundador de la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana.
Con enorme sencillez agrega que la respuesta del público en aquella ocasión fue una grata sorpresa pues no esperaba que su obra tuviera tal aceptación, “en ese tiempo había una gran demanda de fotografía documental y yo presentaba algo completamente diferente, no estaba en la línea que en ese momento era la vigente. Tuve buena suerte, porque sin querer abrí un espacio que estaba cerrado para esas tendencias”, afirma.
Sin rechazar el uso de las nuevas tecnologías que ofrecen otras posibilidades a la labor fotográfica, Carlos Jurado subraya el creciente auge de las cámaras estenopeicas en las nuevas generaciones, que acostumbradas a un mundo de alta tecnología, donde todo requiere de electricidad, internet o mecanismos automatizados, las fotografías con cajas de cartón y una técnica de reproducción de imágenes tradicional, se presenta como un nuevo espacio de experimentación y juego, más allá de las técnicas digitales.
“La cámara estenopeica está muy vigente, tiene una serie de características que las hacen muy diferentes a otros tipos de fotografía, con ellas se obtiene una atmosfera muy especial. El pequeño estenopo permite que todos los objetos captados estén en foco pero, además, aporta cierta magia en el resultado, hay un halo, una atmosfera distinta a la precisión que tiene el lente”, describe Jurado, quien recuerda que es tal la vigencia de esta técnica fotográfica que el último domingo de abril, ya muy cerca del FINI, se celebra el Día Mundial de la Fotografía Estenopeica.
Como firme impulsor de la técnica del estenopo, Carlos Jurado apunta que este oficio requiere el conocimiento de la luz, de los tiempos de exposición, de la circunstancia del objeto y de las posibilidades que le dan a la imagen, “son imágenes que requieren más tiempo, más dedicación pero cuando las nuevas generaciones las experimentan también se interesan. He tenido muchas generaciones de alumnos que han descubierto cosas que me han ayudado a mí también, el interés existe y les gusta experimentar”, apunta tras resaltar el alto crecimiento que ha tenido el uso de la cámara estenopeica en todo el mundo.
Aunque el incansable Carlos Jurado describe este momento de su vida como “un poquito flojo”, nos adelanta que tiene múltiples ideas para seguir experimentando con el estenopo y una de ellas pretende llevarlo a recorrer los distintos mares de la República Mexicana para capturarlos con la luz de sus cámaras; así también relata que actualmente experimenta con la captura de imágenes en color, tratando de reconstruir los procesos antiguos a nivel doméstico.
Finalmente, comenta que pocas veces trabaja por proyecto y más bien son los objetos o los sujetos quienes se prestan a la experimentación “como una ocasión en que mi esposa trajo unas pequeñas calaveritas de ornato y me gustaron tanto que empecé a fotografiarlas de distintas formas, entonces la gente pensó que tenía una obsesión con la muerte y no es así, había sido una simple coincidencia”, relata Jurado, quien se describe a sí mismo como un hombre curioso que no duda para experimentar, al grado de haber realizado cine con esta técnica fotográfica.
El homenaje a Carlos Jurado forma parte de un proyecto que realiza el Festival Internacional de la Imagen para dedicar cada una de sus ediciones a aquellos autores que han dedicado su vida a la creación y han contribuido con su obra al enriquecimiento del acervo cultural de nuestro país.