El asalto a la razón
Terapia de choque al Seguro Social
Carlos Marín
Hace como cuatro años Néstor Ojeda dio a conocer en estas páginas que el quebranto financiero (hasta 18 mil millones de pesos) del Instituto Mexicano del Seguro Social anticipaba su colapso en 2010. Su director, Daniel Karam, no evitó ni mucho menos esa fatalidad, pero logró postergarla para 2015.
Justo es reconocérselo.
A la mitad del gobierno de Enrique Peña Nieto, el agujero en las finanzas del instituto ascenderá, aproximadamente, a 30 mil millones de pesos. Con las mismas aportaciones obrero-patronales-estatales, el IMSS administra a un tiempo (y esta aberración es única en el mundo) sus servicios de salud y el sistema de pensiones y jubilaciones.
Es hora de que, sin desproteger a los trabajadores, los contratos colectivos dejen de implicar el eventual quebranto de empresas o, peor aún, de la institución emblemática de México en materia de salud. Y tiempo es ya también de que el Estado asuma, como la educación, el costo de los servicios médicos y destine las aportaciones tripartitas, exclusivamente, a las pensiones y jubilaciones que lo mantienen en coma.
La historia en breve
Los tres libros que Peña Nieto tiene que ponerse a leer
Ciro Gómez Leyva
Entrego este texto sin saber si los ocho intelectuales invitados llegaron a la cita con Enrique Peña Nieto. Quiero pensar que asistieron y la charla fue rica en anécdotas y reflexiones. Una reunión interesante y amena, en fin, que no ocultará los problemas del equipo del presidente electo para hacer contacto con la intelectualidad mexicana.
Por supuesto que los invitados forman parte de lo mejor de esa élite. ¿Qué se le puede regatear a Miguel León-Portilla, o a Eduardo Matos Moctezuma? ¿Qué a la carrera cultural-institucional de Rafael Tovar y de Teresa? Pero la imaginaria lista de los que podrían haber estado reafirma la idea de que la mayoría de los intelectuales no quiere sentarse con Peña Nieto.
Y vaya si son comprensibles la desconfianza y sospecha de los duros, y también de los moderados. Es muy fresco el recuerdo del foxismo ignorante, inculto y estúpido (necio, falto de inteligencia), como para no hacerle el feo a una presidencia que perfila un futuro igual de iletrado.
Peña Nieto respondió rápidamente a las críticas de los jóvenes, y a las muchas sobre corrupción, opacidad, publicidad encubierta. Vaya, se ve que tomó un quick learning de inglés para alejarse del “push the red button”. Pero no ha movido un dedo para superar el agravio de los tres libros en la Feria de Guadalajara. Y de aquello está por cumplirse un año. ¿Por qué querrían los escritores, pintores, músicos, directores, historiadores, antropólogos, críticos, filósofos reunirse con él? ¿Para hablar de qué?
Le quedan tres semanas para demostrar que leyó, bien leídos, al menos tres libros. Y eso sería apenas un prefacio.
Trascendió
Que tan fuera de lugar está la coordinación de cultura del equipo de transición de Enrique Peña Nieto, a cargo de María Cristina García Cepeda, que ayer en la tarde decía que el presidente electo no tenía prevista la reunión que tuvo por la noche con ocho de los más prominentes intelectuales mexicanos.
Y es que como la coordinación no pudo armarla… la oficina del próximo mandatario tuvo que concretarla.
Doble ¡ouch!
Que, por cierto, en el equipo de Peña Nieto afinaron los cálculos y, finalmente, se programó la gira a Estados Unidos y Canadá para fines de este mes.
A días de tomar posesión como presidente de la República visitará las ciudades de Washington y Ottawa para tener un acercamiento con los mandatarios de ambos países.
Que esta semana comenzará a elaborarse el cuadro de Felipe Calderón para la Galería de Presidentes en Palacio Nacional.
Se realizará con el apoyo de una fotografía, aunque se mantiene en el anonimato el nombre del pintor.
Que en el Poder Judicial sorprendieron las declaraciones del presidente de la Suprema Corte, Juan Silva Meza, sobre las presiones del crimen organizado a los jueces.
Por años, la Corte dejó el tema en manos del Consejo de la Judicatura Federal. Sin embargo, Silva Meza habló sin tapujos de lo que realmente ocurre en los juzgados del país: que los criminales buscan ganar los juicios a toda costa, y eso incluye amenazas y asesinatos de los juzgadores.
Que en verdad se notan las malas maneras de los recién llegados al Senado. Resulta que quieren cambiarle el nombre al parque Luis Pasteur, contiguo a su sede, por el de Belisario Domínguez.
Sin demérito del prócer mexicano, tal parece que los senadores del PRI, y su vocero, Roberto Albores, ignoran que la estatua de Pasteur fue un regalo de Francia a México por el Centenario de la Independencia, y que ahora que Peña Nieto recompuso con François Hollande la relación bilateral, mal vendría una grosería así a los franceses.
En Privado
¿Mejor un demócrata?
Joaquín López-Dóriga
La única diferencia
entre demócratas y republicanos
es la Casa Blanca.
Florestán
Dicen las leyendas urbanas que a México siempre le ha ido mejor con un presidente republicano de Estados Unidos que con un demócrata, aunque la realidad documente lo contrario, como es el caso de Bill Clinton.
Carlos Salinas (1988-1994) estableció una extraordinaria relación personal con George H. Bush, elegido presidente en 1988. Con él comenzó a construir el Tratado de Libre Comercio y apostó a favor de su reelección, que al arrancar las campañas de 1993 todo indicaba que repetiría. Su opositor era un ex gobernador de Arkansas poco conocido, al que llevaba más de 20 puntos de ventaja.
La prioridad de Salinas era sacar adelante el TLC y se la jugó con su socio; Bush, que fue derrotado por aquel joven demócrata en las elecciones de noviembre de 1993, hace 19 años.
Ante esto, Salinas relevó al embajador Gustavo Petricioli, también amigo de Bush padre, para mandar una señal al nuevo presidente demócrata que, a pesar de encontrar un proyecto republicano, el TLC, lo empujó y reforzó.
A principios de 1995, ya con Ernesto Zedillo en la Presidencia de la República, la relación de Salinas en crisis y la del país en shock, hundido en la peor crisis económica de que haya registro, Clinton fue esencial para que México la superara.
Hoy, como en todas elecciones, es un martes decisivo para Estados Unidos: repite el primer presidente negro, el demócrata Barak Obama, o llega a la Casa Blanca un candidato del peor fundamentalismo republicano de la derecha extrema e ignorante, Mitt Romney.
Lo sabremos por la noche.
Para México, una de las ventajas en esta elección en Estados Unidos es que ni el presidente saliente ni el entrante jugaron carta ni tomaron partido.
El que gane aquí podrá establecer una buena relación con Enrique Peña Nieto, porque no hay agravios políticos.
Pero, finalmente, de quien depende en gran parte el perfil y tono del trato bilateral es del presidente de México.
RETALES
1. VISORES. Están en Washington como observadores de la elección presidencial cuatro consejeros del IFE, encabezados por su presidente, Leonardo Valdés Zurita: María Marván, Benito Nacif y Francisco Guerrero;
2. MAESTRO. Un acierto la entrega de la medalla Belisario Domínguez, post mórtem, al maestro Ernesto de la Peña. Además de reconocer al hombre extraordinario, el Senado libera las diferencias e intereses partidistas, superados por la personalidad del inolvidable Ernesto; y
3. EMBAJADA. La embajada de México aquí en Washington es la de más peso y exigencia, cargo en el que no caben los improvisados, como ya pasó alguna vez. Arturo Sharukán es el primer embajador mexicano, aquí, de seis años completos.
Nos vemos mañana, pero en privado
Duda Razonable
Las mentiras del voto hispano en Estados Unidos
Carlos Puig
Leo en la prensa mexicana una especie de orgulloso optimismo porque es probable que hoy voten algo así como 12 millones de “hispanos/latinos” en Estados Unidos.
Si se cumple significaría un muy buen avance de los 9 millones 700 mil que votaron hace cuatro años.
Sigue siendo poco, casi nada.
El voto total mañana, si se mantienen las tendencias de los últimos años, será de alrededor de 140 millones de votos. Es decir, si les va bien, los hispanos representarán 8.5 por ciento de la votación total.
Permítame ser aún más preciso: más o menos la mitad de ese voto se concentra en Texas y en California, dos estados absolutamente irrelevantes en la disputa por la Casa Blanca de este año, por lo que el voto relevante será aún menor.
Veamos por ejemplo el caso de Ohio -que será hoy un Estado clave-; según el último censo, la población hispana/latina ahí es de 3.1 por ciento. Si aplicamos los mismos patrones que en otros estados: baja elegibilidad para votar debido a estatus legal y edad (41 por ciento de la población); baja participación de aquellos que son elegibles (alrededor de 50 por ciento); el voto hispano será menos de 1 por ciento del voto total.
Vayamos a Virginia, otro estado que será importante esta noche. Ahí, según el censo de 2010, 7.1 por ciento de la población es hispana. Por lo tanto, si se comporta como lo ha hecho históricamente, el voto hispano será algo así como 1.5 por ciento del voto total en Virginia.
A todos nos encanta pensar que nuestro 1 por ciento es el más importante, el decisivo de entre los unos por cientos… pero no.
Este asunto del “voto hispano”, además, siempre parece asumir que es un bloque que vota igual. Como si en verdad el trabajador de la construcción en Houston de origen salvadoreño tuviera los mismos intereses y necesidades que el sastre puertorriqueño de Nueva York; o el campesino californiano de origen mexicano compartiera sus convicciones con el tendero cubano de Miami.
Me tocó no hace demasiados años ver debates intensos en organizaciones hispanas nacionales para negarse a apoyar, por ejemplo, programas de legalización de indocumentados. Los que ya llegaron, ya llegaron… y no querían más.
Conocí y cubrí como periodista a hispanos más conservadores que sus vecinos blancos en Texas. A salvadoreños republicanos en Washington. Y, no sobra decirlo, a miles de cubanos reaganianos/bushianos en Miami.
La mejor prueba de que eso de hispano no iguala en lo político, tal vez sea que en la Cámara de Representantes hay dos organizaciones que agrupan a diputados hispanos. Una, la de los demócratas y otra, la de los republicanos (y tienen similar número de miembros). Hasta hace una década era una organización, pero se pelearon.
Romney es un fracaso entre hispanos, pero George Bush logró hasta 45 por ciento del voto latino en 2004; y otro republicano del sur podría repetirlo.
Quiero decir que entre más se integran, los hispanos actúan como cualquier otro estadunidense, y entonces, por suerte, sus decisiones políticas —como muchas otras— tienen que ver con factores que no son ni el color de su piel, ni su país de origen.
Lo cual no está nada mal.
Juegos de Poder
Pronósticos para la elección de hoy en Estados Unidos
Leo Zuckermann
EXCÉLSIOR
Hoy los estadunidenses acuden a las urnas. Habrá mucho en juego. A continuación presento mis pronósticos de lo que sucederá cuando cierren las casillas. Las presento en el orden de importancia que, según yo, tienen para México.
En primerísimo lugar están las consultas populares que se llevarán a cabo en los estados de Colorado, Washington y Oregón para legalizar y regular la mariguana con fines recreativos. De aprobarse alguna de estas iniciativas, sería la primera vez que una entidad de la Unión Americana reconozca lo que muchos pensamos: que la mejor manera de combatir el consumo y las adicciones a las drogas es a través de políticas de educación y salud pública, no con una prohibición que, a todas luces, ha fracasado.
De legalizarse la mariguana —y regular su producción, distribución, venta y mercadeo, igual que el alcohol—, esto cambiaría las reglas de un juego que hasta ahora sólo ha beneficiado a los grupos del crimen organizado. El asunto no va a ser sencillo. Generará todo tipo de problemas legales entre el estado que legalice la cannabis y la Federación que la sigue considerando como prohibida. Muy probablemente el asunto llegará hasta la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos. Será, como en el caso de la legalización del derecho de las mujeres a interrumpir un embarazo, una disputa donde los estados representen la vanguardia de nuevas políticas públicas. Mi pronóstico: la legalización y regulación de la mariguana como el alcohol se aprobará en Colorado y Washington, pero no en Oregón. De ser así, esto le abrirá al nuevo gobierno de México una serie de nuevas opciones de qué hacer con el combate al narcotráfico en territorio nacional.
Segundo, en la lista de importancia está la reelección o no del presidente Obama. Para México es un asunto trascendente por la intensidad en la relación que tenemos con Estados Unidos en muchísimos temas: comercio, migración, seguridad regional, administración de la frontera, derechos humanos, regulación financiera, pactos de tributación, etcétera. A Obama ya lo conocemos como Presidente y sabemos que ha sido serio y correcto en la relación con México. De su contrincante, Mitt Romney, conocemos poco en cuanto a lo que haría con su vecino del sur. El republicano, sin embargo, tiene relaciones familiares con nuestro país. Parientes suyos, mormones igual que él viven en la colonia Juárez, en Chihuahua donde, por azares del destino, nació el padre de Mitt.
Pero más que la relación de México con Estados Unidos, lo relevante es quién sería el candidato con mayor posibilidad de sacar a nuestro vecino del norte del atolladero fiscal en el que se encuentra. De eso depende cuánto crezca la economía estadunidense en los próximos años y, por extensión, la mexicana. Las opiniones están divididas al respecto. Hay analistas que piensan que Romney es mejor para resolver este tema, hay quienes piensan que es Obama.
¿Quién ganará la Presidencia? Por las reglas de la elección estadunidense, dos estados de los llamados “columpios” serán clave, Florida y Ohio, sobre todo este último. Mi pronóstico: Romney gana Florida, pero Obama se lleva Ohio y logra reelegirse como Presidente.
Finalmente está el asunto de si el próximo Ejecutivo tendrá mayoría o no en ambas cámaras del Congreso. Esto también es muy relevante para México porque en los próximos meses el gobierno de ese país tendrá que resolver el llamado “precipicio fiscal”. De no ponerse de acuerdo en un plan para reducir el déficit fiscal —que ha propiciado una deuda pública de más de 11 billones de dólares— en enero de 2013 entrará en efecto un incremento de impuestos y una serie de recortes presupuestales en partidas discrecionales de gasto incluido el militar. Republicanos y demócratas tendrán, en consecuencia, que acordar una nueva política fiscal para evitar el “precipicio”.
Mi pronóstico: independientemente de quien gane la Presidencia, habrá dos años más de gobierno dividido en Washington. Los republicanos tendrán mayoría en la Cámara de Representantes y los demócratas en el Senado. Será, por tanto, muy difícil para el próximo Presidente la negociación con alguna de las dos cámaras controladas por el partido opositor. Esto complicará los acuerdos para evitar el “precipicio fiscal” que podría tener efectos devastadores para la economía estadunidense y, por extensión, la mexicana. Esos son mis pronósticos para hoy. ¿De dónde los saco? De las apuestas que son el mejor mecanismo para predecir el futuro. Ya tendremos oportunidad de revisar su efectividad tan pronto como mañana.
Razones
Cuatro años más para Obama
Jorge Fernández Menéndez
EXCÉLSIOR
El actual Presidente de EU merece un término más en la Casa Blanca y para México esa sería una buena noticia de cara al futuro
New York, 4 de noviembre.- Es verdad: el tema México no estuvo en la campaña electoral de Estados Unidos. No lo estuvo a pesar del tímido debate, rápidamente cancelado, de la iniciativa de Acción Diferida emitida por Barack Obama, que le permitió a los jóvenes que fueron traídos por sus padres en forma ilegal seguir estudiando en este país; ni tampoco lo estuvo pese a la feroz campaña antiinmigrante de los sectores más conservadores del Partido Republicano, sobre todo del Tea Party. Vamos, ni siquiera los ancestros de Mitt Ronmey (su padre nació en una colonia mormona cerca de Ciudad Juárez, en México) motivaron ese debate. Tampoco estuvo presente el tema de la seguridad, salvo los encontronazos en el Congreso por el tema Rápido y Furioso, pese a la violencia de los cárteles de la droga en las zonas fronterizas.
En los hechos, prácticamente no había forma de que el tema México estuviera en la agenda electoral estadunidense, paradójicamente, por varias buenas razones: una de ellas es que, aunque la violencia está más que presente de nuestro lado de la frontera, no llega a incidir del otro lado. La política seguida por México en este sentido, está plenamente coordinada con la de Washington. Una segunda razón es que la migración, pese a la tonterías fascistoides de algunos políticos y gobernadores, ha disminuido en los últimos años y, en varias zonas del país, no sólo no es rechazada sino incluso necesaria, como ocurre, y lo reconoce abiertamente el alcalde Michael Bloomberg, en la ciudad de Nueva York. Tercero, porque la relación comercial y económica ha llegado a grados tan especializados, tienen ambas economías tantos puntos de inflexión comunes, que el debate en ese campo termina resultando vacío. Recordemos que México oscila entre ser el segundo y el tercer socio comercial de Estados Unidos y, en esta ocasión, el manejo de la crisis hecho en nuestro país no sólo ha sido muy bien valorado, sino que, además, ha terminado contribuyendo, aunque sea modestamente, en la recuperación estadunidense.
En síntesis, lo que ocurre con México en la campaña de Estados Unidos es que no resulta un motivo de preocupación, por lo tanto no es un motivo de controversia electoral. No es Libia, Egipto o Siria, no es Irak ni Afganistán. Tampoco Venezuela, aunque la preocupación por Chávez e incluso por la Cuba de los Castro tampoco son temas en la batalla por la Casa Blanca.
Vamos, ni siquiera Europa, en la encrucijada de la crisis económica más grave que ha tenido desde la Segunda Guerra Mundial, ha estado presente en la campaña, en la búsqueda de la Presidencia entre Obama y Romney. Y no está mal que eso ocurra: como escribía hace uno días el reconocido politólogo Paul Kennedy, Estados Unidos no necesita ya estar ocupado de todo lo que sucede en el mundo en forma protagónica, no puede seguir actuando como gran potencia en un mundo unipolar ni ser el gendarme universal. Lo creía la administración de Bush Jr., pero, desde sus inicios, el gobierno de Obama desterró esa visión, con bastante éxito, lo que le ha permitido tener menos protagonismo pero también mayor certidumbre y capacidad de operación internacional y diplomática. Incluso ante temas tan delicados como el ataque a la embajada estadunidense en Bengasi, el gobierno de Obama ha decidido mantener una posición prudente y alejada de los excesos, incluso verbales. Diferencias políticas aparte, México es un aliado y un socio bastante confiable en esta lógica, y no ha habido motivos ni para Obama ni para Romney de hacer campaña sobre esa realidad. Se dirá que también influye un cierto desprecio de la diplomacia estadunidense por México y por el resto de América Latina. Y también es verdad, pero hay que insistir en que en la medida en que la región no le dé demasiadas preocupaciones a la Casa Blanca, el interés seguirá tan restringido como ahora y esa, la verdad, es una buena noticia.
¿Le conviene a la siguiente administración de Peña Nieto entonces que durante los cuatro siguientes años el inquilino de la Casa Blanca continúe siendo Obama? Por supuesto que sí: Obama es un político previsible en estos términos, un Presidente que no tiene agendas ocultas con México, que no tiene un profundo conocimiento ni empatía natural con la región (más allá de su gusto por la comida mexicana), pero que la comprende y con la que tiene un margen importante de simpatía. Romney, a pesar de sus relaciones familiares (o quizá por eso) no se sabe qué agenda tendría para México; tiene demasiadas ideas estereotipadas y está rodeado de personajes profundamente antiinmigrantes. Y, como vimos en la campaña, su opinión cambia de rumbo con demasiada facilidad. Obama merece cuatro años más en la Casa Blanca y para México esa sería una buena noticia de cara al futuro.
Frentes Políticos
EXCÉLSIOR
I. El presidente electo Enrique Peña Nieto no ha parado de trabajar. Después de su gira por Europa para afianzar temas de política económica y exterior, ayer se reunió con líderes del Partido Nueva Alianza con el fin de dialogar sobre la educación. Además, se dice que está planeando una secretaría del interior para agrupar los temas ligados a seguridad pública. Quizá tiene muy clara la necesidad de reestructurar la política de seguridad.
II. Aquí lo dijimos primero. El gobierno de Veracruz, que encabeza Javier Duarte, se anota puntos a favor porque este jueves recibirá del Banco Mundial, entre otros organismos, el reconocimiento Buenas Prácticas Subnacionales en Políticas de Desarrollo Social. Y este será sólo el inicio de las mejoras que deberá hacer el gobierno estatal para llegar a sede de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Veracruz en 2014. Ya veremos si continúa con las mejoras.
III. El PRI de Puebla busca tener un nuevo rostro y sin duda lo encontrará en Pepe Chedraui, quien ya se dijo dispuesto a recorrer las calles y enfrentar los retos que impone la Angelópolis. El exitoso empresario está convencido, como muchos, de que ya no se puede permanecer ajeno a lo que sucede en nuestro entorno ni quedar indiferentes ante la forma en que se conducen los asuntos que nos afectan e interesan a todos. El tricolor, con esta consigna ciudadana, empezó su camino hacia 2013 en la capital poblana, con un hombre que, todo lo indica, puede hacer una diferencia en la forma de gobernar. Aquí y allá, suena bien.
IV. En el IMSS están de manteles largos, su 103 Asamblea fue un buen pretexto para reconocer lo hecho a lo largo de este sexenio. Pero muy en particular la ocasión para despedir a su actual director, Daniel Karam, lo que se convirtió en el momento propicio para señalar el liderazgo que ha demostrado al frente del Instituto. Y es que de qué otra manera se explicaría la cálida respuesta de su gente, así como la presencia de importantes personajes, como El Jefe Diego Fernández de Cevallos, el rector José Narro Robles, Claudio X. González, además de destacados líderes de los medios de comunicación. Incluso el recuento de los logros podría hacer pensar que esta no es la última Asamblea del IMSS que presidirá.
V. Rubén Moreira Valdez, gobernador de Coahuila, ya aclaró que Gerardo Villarreal Ríos sólo está como encargado del despacho de la Secretaría de Seguridad Pública del estado. Pero ante las presiones externas, el mandatario también ya subrayó que no se tiene planeado poner en dicho cargo a alguien de la Policía Federal Preventiva o de la Secretaría de la Defensa Nacional, instancias con las que se seguirá en colaboración. El horno no está para bollos y aún no ha hecho una designación, mientras tanto, la violencia en la entidad sigue creciendo y lo único que ha adelantado es que será un coahuilense.
VI. Todo indica que en su final de sexenio Marcelo Ebrard quiere emular al que fue jefe del DDF, Ernesto P. Uruchurtu, pero no por su mano de hierro o sus impecables finanzas públicas, más bien porque al jefe de Gobierno le ha dado por sembrar flores por doquier. Estos días fue cempasúchil, en Reforma, para que, a finales del mes, pongan en su lugar nochebuenas. ¿Será que quiere embellecer la ciudad o que ya no sabe en qué justificar el presupuesto?
Arsenal
La balsa de los náufragos
Francisco Garfias
EXCÉLSIOR
Ricardo Monreal deslindó al Movimiento Ciudadano del frente opositor, una alianza entre opuestos para equilibrar al PRI, cuya creación fue anunciada por los jefes nacionales del PAN, Gustavo Madero; del PRD, Jesús Zambrano, y por el senador amarillo Manuel Camacho Solís, apenas la semana pasada.
“No somos balsa de salvación de náufragos”, advirtió el coordinador del MC en San Lázaro al zafarse de ese bloque que pretende durar los seis años de Peña.
Los diputados del MC apoyarán, sí, en temas como la democracia sindical, la rendición de cuentas, la lucha contra el alza de impuestos, “pero no acompañaremos a ese frente como estrategia política sexenal”, puntualizó el zacatecano.
El anuncio de la integración del frente se hizo el pasado primero de noviembre en el exclusivo restaurante El Estoril de Polanco. Su nacimiento fue avalado por el diputado Ricardo Mejía, vicecoordinador del MC, quien asistió a la comida-cena en el exclusivo restaurante donde se formalizó la alianza. Fue incluso uno de los cuatro “voceros” de este híbrido antiPRI.
A esa “balsa de náufragos” no se subió el PT. Monreal dice que el Partido del Trabajo no se sumó al bloque porque no confía en el PAN. Los más auguran que los petistas, huérfanos de López Obrador, no se adhirieron porque ya negocian su subsistencia con Enrique Peña Nieto. Me quedo con esa segunda hipótesis.
El diputado del PRD, Fernando Balaunzarán, lamentó que Monreal calificara el recién nacido frente con ese despectivo mote. “Es una declaración desafortunada. No tiene nada de positiva. El frente es el camino correcto para equilibrar al PRI. No hay que olvidar que los acuerdos democráticos han avanzado cuando el PAN y el PRD se alían.
“Esa es la historia”, subrayó.
El frente es un instrumento eficaz para equilibrar al PRI. Pero sin el PT y el MC su importancia es muy relativa. Imposible alcanzar una mayoría en el Congreso. Belaunzarán dice que sin una oposición fuerte hay riesgos mayores de que volvamos al autoritarismo. Coincidimos. Una cosa es el tricolor en la oposición y otra muy diferente en el gobierno. Todavía no asumen los tricolores y ya nos dieron una probadita de lo que se puede venir.
En una primera instancia, aliados con sus incondicionales del PVEM, mutilaron de la iniciativa preferente sobre reforma laboral todo lo referente a democracia y transparencia sindical. Querían mantener el estatus de sultanes de los Romero Deschamps, los Gordillos, Ayalas, Neyras y anexos.
La 103 Asamblea del IMSS sirvió para bajar, otra vez, las palancas de alarma. El Instituto estará en quiebra dentro de tres años si no se aplican medidas radicales en su financiamiento. Carlos Gálvez, presidente de la Comisión de Vigilancia del Instituto, dio una serie de datos que pararon los pelos de más de uno.
El 88 por ciento del presupuesto del Instituto es canalizado a la nómina y el pago de jubilados. El pasivo asciende actualmente a 9.9% del Producto Nacional Bruto. Sin una reforma de fondo, será de 27% en 2050. Datos y más datos que ilustran la gravedad de la situación financiera. Los representantes del sector obrero y del patronal reconocieron, sin embargo, que a pesar de la estrechez financiera, Daniel Karam, director del IMSS, cumplió.
Karam, por cierto, tiene excelentes relaciones con el equipo de transición de Peña Nieto. La entrega-recepción va por muy buen camino. Pero no hay nada de su posible incorporación al gabinete del priista. Puras especulaciones. “A él no le han dicho absolutamente nada”, aseguran en su círculo más cercano.
En la asamblea hubo una notoria ausencia. La del presidente Felipe Calderón. Su nombre venía en las invitaciones. Canceló hace días por “problemas de agenda”. En su representación asistió Salomón Chertorivski, titular de Salud.
El titular del IMSS , sin embargo, tuvo buena convocatoria. Asistieron secretarios de Estado, empresarios de la comunicación, legisladores, miembros del Poder Judicial.
La sorpresa fue Óscar Armando, un niño nacido en Aguascalientes hace 14 años, de huesos frágiles. Ha pasado 15 veces por el quirófano, ha tenido 45 fracturas desde los seis meses de edad. Dice que, en su vida, “el IMSS hizo la diferencia.”
Karam llevó a otros dos invitados de lujo: José Narro, rector de la UNAM, y el emblemático Diego Fernández de Cevallos. El primero fue el más aplaudido. El segundo el más solicitado para las fotografías.
La Comisión del Trabajo en San Lázaro inició ayer la discusión de los ocho artículos de la minuta de reforma laboral que devolvió modificados o agregados al Senado. A los diputados que la integran, súbitamente les entraron las prisas. “Esta semana habrá reforma laboral”, declaró Jorge Villalobos, vicecoordinador de los diputados de Acción Nacional. En los corrillos del Palacio Legislativo se comenta que los priistas ya recibieron línea del Presidente electo. Donde gobierna capitán…
Campos Elíseos
Las horas presidenciales
Katia D’Artigues
EL UNIVERSAL
Si esta columna pudiéramos iniciarla hoy con algún fondo musical, sería con Reloj, de Roberto Cantoral, “reloj, no marques las horaaas, porque voy a enloquecer… “Y sería por varias razones.
Le explico: ayer continuó la gira del adiós del Presidente Felipe Calderón.
Anduvo por Zacatecas, donde reiteró que están trabajando a marchas forzadas, hasta el 5×1 para entregar obras pendientes de esta administración. Reconoció que “se nos van acortando las horas”.
Si el presidente Calderón pudiera aplicar la misma técnica de nuestros diputados, literalmente otro sexenio sería. No se espante.
En San Lázaro, pueden decretar un largo receso, que ya hemos visto en otros casos para alargar las sesiones en temas espinosos que se discuten. Pues bien, ayer allá, en la Comisión del Trabajo, estuvieron en sesión permanente para discutir el dictamen de la parchada reforma laboral.
Para el coordinador de los diputados priístas, Manlio Fabio Beltrones, los ánimos ya están más serenos y la discusión puede continuar. Y para Carlos Aceves del Olmo, presidente de la Comisión del Trabajo, ya dijo que esta reforma saldrá antes de que termine el calderonismo y no cuando Calderón esté ya “más cómodo” siendo ex presidente, como había dicho Manlio.
Eso sí, se lanzó contra Juan Molinar Horcasitas, quien pidió al PRI no hacerse bolas, debido a que desde el Senado dicen que con Enrique Peña Nieto vendría una nueva reforma laboral, mientras en la Cámara de diputados aseguran que no.
Aceves del Olmo le recordó su pasado en la política a Molinar, principalmente sus “gravísimos errores” como director del IMSS.
¡Lonoooool! Sóbese, ¡ouch!
De chiquilladas y partidos satélites. Uno.- La fuerza legislativa del Partido Nueva Alianza se reunió ayer con el presidente electo, Enrique Peña Nieto. El encuentro se realizó en la zona de Santa Fe, a donde acudieron los 10 diputados y la senadora Mónica Arriola, así como el líder de ese partido, Luis Castro.
Ah, y sí, la gran ausente fue la dueña… perdón, la líder moral y fundadora del Panal, Elba Esther Gordillo. Lo diremos de broma, pero al menos en San Lázaro, los 10 votos de los panalistas no deben de ser minimizados. Bien podrían ayudar a destrabar algunas votaciones, aunque hasta ahora su alianza está al lado del Partido Verde y, por supuesto, del PRI.
Dos.- Ayer dieron una conferencia de prensa los integrantes de “Concertación Mexicana”, esa organización política que aglutina a políticos de varios colores y sabores, entre ellos Manuel Espino, Tere Vale, Ramón Sosamontes, René Arce y Virginia Jaramillo. Pues fue precisamente Jaramillo, ex perredista y ex delegada en Cuauhtémoc, quien dejó en claro que buscarán ser un partido político serio.
Que no serán “satélite de nadie”. Jajajajajajajajajaja. Ok, no.
Que van a inaugurar “una nueva etapa en el sistema de partidos”. No sé ustedes, pero al menos yo ya espero con gran expectativa su lanzamiento como partido político, principalmente a la hora de los consensos.
Leo con asombro parte del borrador, eso dicen, del “contenido y alcance de la reforma estatutaria del PAN”. Ya sabe, después de perder la Presidencia de la República, ya hemos constatado que nomás no se hallan. ¿Pruebas? Pues nada más la alianza que ahora hacen con el PRD. Pero bueno, eso no es lo más importante.
En el documento elaborado por la Comisión de Evaluación y Mejora del PAN (¡así se llama!) se detalla que es hora de realizar “nuevos estatutos que cimienten todo lo que está bien en el PAN, regeneren lo que se ha dañado”. A ver, a ver, ayudémoslos a un ejercicio de autocrítica: ¿Qué está bien en Acción Nacional? ¿Hay liderazgos en el Congreso de la Unión? ¿Existen las candidaturas de unidad? ¿Lograron retener estados que gobernaban? ¿Las delegaciones en el DF?
Por cierto, ya circula el libro “El poder del águila”, escrito por Manuel Espino. O más precisamente, con el hígado del mismo. En él le cobra todas las facturas pendientes a Felipe Calderón, a quien culpa, entre otras cosas, de entorpecer la campaña presidencial de Josefina Vázquez Mota. Y de -dice él- buscar, incluso, que perdiera la Presidencia porque no ganó su delfín, Ernesto Cordero. Y de “pactar” con Peña Nieto… a quien el que escribe apoyó. Por cierto, ¿y Josefina Vázquez Mota? Ya van cuatro meses de silencio. ¿Será que ya se retiró de la política y ni nos avisó? ¿O está esperando que Calderón deje de ser presidente para ahora sí hablar? AAA Importante estado al norte del país solicita secretario de Seguridad Pública. ¿Dónde y cuáles son los requisitos? Se los digo en la edición online de esta columna, además del azar en la elección de cargos clericales, y las cerradas elecciones en EU.
Horizonte Político
El sistema multidistrital de Estados Unidos
José Antonio Crespo
EL UNIVERSAL
En la elección de Estados Unidos, diversas encuestas reflejan que los resultados podrían ser nuevamente cerrados, como en el año 2000, si bien Obama va a la delantera con 240 distritos electorales (necesita 270) frente a 206 para el candidato republicano. De cualquier manera, todos los escenarios señalan que quien gane Ohio, con sus 18 votos electorales, ganará la elección (como ha ocurrido desde 1964). Pero ¿qué pasa si justo en ese estado se da un empate técnico en el voto popular? Que quien gane en esa entidad, así sea por una distancia mínima, ganaría la elección presidencial. Es en esos escenarios donde se suelen dar disputas electorales y dudas sobre la veracidad del resultado, como ocurrió en el año 2000 con Florida, donde Bush ganó esos decisivos votos electorales por tan sólo 158 votos populares.
Sabemos de la complejidad del sistema electoral norteamericano, en el que gana quien obtiene más votos electorales, los cuales se concentran en cada estado según población, y el conjunto de ellos los gana quien capta la mayoría en cada estado. Pese a su complejidad, este sistema de cómputo multidistrital (que contrasta con el voto directo en una sola demarcación nacional, que prevalece en casi todos los sistemas presidenciales, México incluido), tiene algunas ventajas. En particular, que tiende a desempatar en votos electorales los resultados cerrados en votos populares. Tocqueville señalaba que el propósito de dicha fórmula era “encontrar el método de elección que, a la vez que expresara la voluntad real del pueblo, excitara poco sus pasiones y lo mantuviese en suspenso lo menos posible”. Y en efecto, en el siglo XIX en todas las elecciones (desde 1824, primera en contabilizar también el voto popular) la distancia en votos electorales supera la que se registró en votos populares (21% en promedio). Y en seis procesos el resultado del voto directo fue de 3% o menos entre los punteros, pero en cinco de ellas la distancia se amplió significativamente en votos electorales (salvo en 1876).
Dicha tendencia a abrir el resultado en votos electorales se observó igualmente durante el siglo XX. En 1960 y 1968, incluso, la votación popular arrojó una distancia menor al 1%, pero en voto electoral ser abrió a 15 y 20 puntos porcentuales, respectivamente. Sin embargo, el hecho de que a veces sea un estado el que incline toda la balanza, y que ahí se registre un empate técnico en votos populares, genera tensiones y dudas, considerando que en nuestro vecino país siempre se registran irregularidades e
inequidades. Cuando éstas no son determinantes en el resultado (por ser éste holgado a nivel nacional y en estados decisivos) se pasan por alto, pero no cuando hay un empate técnico (pues entonces sí pueden ser determinantes). Justo lo que ocurrió en 2000 en Florida, y podría repetirse hoy en Chicago. Curiosamente, si en lugar de ser los estados las demarcaciones base para realizar el cómputo, fuesen los distritos legislativos (como ocurre en Maine y Nebraska), las probabilidades de tener empates decisivos disminuirían, pues es más difícil que en tal caso esos distritos, más pequeños geográfica y demográficamente, resultarían ser decisivos en el resultado. Convendría a los propios norteamericanos pasar del estado al distrito electoral como demarcación base y se ahorrarían aún más situaciones de empate técnico, con lo que todo eso conlleva. Pero a Estados Unidos le cuesta mucho trabajo cambiar y por eso mantiene incluso algunos anacronismos como el Colegio Electoral.
Pero el sistema multidistrital tiene también la ventaja de contener las irregularidades, pues se sabe que los partidos pueden incurrir en ellas más fácilmente donde son fuertes, pero justo ahí es donde ganan la demarcación, por lo que irregularidades cometidas ahí no incidirán en el resultado final (como sí sucede en los sistemas de una sola demarcación). Además, cuando se presenta irregularidades que podrían ser determinantes, la revisión y eventual anulación se restringe a los distritos afectados y no a toda la elección nacional (si bien en Estados Unidos de cualquier manera no está contemplada la invalidación de la elección presidencial). Habrá que ver, en todo caso, cómo se resuelva la elección en Ohio, y si hay suficiente distancia para quien quiera que gane ese estado decisivo.
Jaque Mate
Obama Vs Romney
Sergio Sarmiento
ZOCALO SALTILLO
En el sistema electoral estadounidense lo habitual es que un presidente en funciones consiga su reelección. Han sido pocos los casos en que esto no ha ocurrido. El simple hecho de que las encuestas muestren un posible resultado cerrado para los comicios de hoy es una mala señal para el presidente Barack Obama. Sin embargo, aunque en el voto popular la competencia está cerrada, Obama parece encaminado al triunfo en el colegio electoral, en el que cada estado emite un número determinado de votos. Al final éste es el único resultado que vale.
Obama fue electo presidente en 2008 como reacción a una crisis económica mayúscula. Los electores consideraron que el presidente George W. Bush y la Reserva Federal habían creado una burbuja inmobiliaria que, al romperse, arrastró a la economía no sólo de Estados Unidos, sino de buena parte del mundo.
Bush no concibió otra respuesta a esta crisis que aumentar el gasto público e inyectar enormes cantidades de dinero sin respaldo a la economía. Quizá esta acción evitó que la caída de 2008 fuera mayor, pero ha redituado en una tasa de recuperación muy lenta. La economía estadounidense parece estar repitiendo la experiencia de Japón que, tras el rompimiento de su burbuja inmobiliaria y bursátil en 1991, ha permanecido en un estancamiento que no parece tener fin.
Obama prometió tomar medidas drásticas contra la crisis en la campaña de 2008, pero una vez en la Casa Blanca se ha limitado a preservar la fallida política económica de Bush. No sólo ha mantenido un gasto público enormemente deficitario, que está aumentando la deuda pública de manera vertiginosa, mientras que la Reserva Federal ha seguido creando dinero sin respaldo, sino que impulsó un nuevo y costoso programa de gasto gubernamental. El sistema de salud de Obama podrá ser todo lo bueno que se quiera, pero tendrá un costo de entre 100 mil y 200 mil millones de dólares anuales a partir de 2014 en un momento en que la prioridad del gobierno debería ser buscar una salida a una crisis provocada por una expansión de crédito y no encontrar nuevas formas de gastar el dinero público.
Para Obama la ventaja en esta elección es que se enfrenta a Mitt Romney, quien a pesar de haber sido un gobernador sensato y eficaz en Massachusetts ha asumido en la campaña posiciones excesivamente conservadoras. Si bien el mensaje fundamental de Romney puede ser correcto –que un país no puede aumentar el gasto público de manera indefinida si se está endeudando para ello con un rival como China– sus cifras no cuadran: parece imposible compaginar sus promesas de reducir el déficit y la deuda con las de bajar los impuestos y subir el gasto militar.
Gane quien gane no se ve en este momento un cambio radical en la política económica de Estados Unidos. Esto significa que el país mantendrá un crecimiento moderado, difícilmente superior al 2 por ciento anual, en los años venideros, o hasta que alguien se atreva a hacer reformas de fondo, no para crear nuevos programas de gasto, sino para volver más competitiva la economía.
Las encuestas están lo suficientemente cerradas en este momento como para mantener la incógnita sobre el próximo presidente de Estados Unidos hasta bien entrada la noche. Es probable que veamos, de hecho, un resultado en que el voto popular se incline por un candidato y el colegio electoral por otro, como ocurrió en 2000. Sin embargo, los apostadores profesionales, que no se dejan llevar por la ideología o el sentimentalismo, le están apostando a Obama.
MARIGUANA
Los votantes de Oregon, Washington y Colorado decidirán también hoy si optan por legalizar la mariguana para uso recreativo. Cualquiera que sea su decisión, la prohibición se mantendrá a nivel federal, pero el voto podría iniciar un movimiento para la legalización de esta sustancia en todo el país.
Cristalazo
Méritos y reconocimientos
Rafael Cardona
CRÓNICA
Los mexicanos tenemos un vasto panteón de héroes y de hombres representativos. Y cuando digo hombre me refiero al ser humano más allá de las casualidades de su género
Impresionados por la calidad de sus mejores hombres, muchos han querido explicar la prosperidad de los países mediante la suma de sus ciudadanos más notables. Hasta Grecia se vio descrita y definida en algún tiempo por el Siglo de Pericles.
Los hombres —nos lo dicen Emerson y Carlyle— definen en parte a sus naciones. La suma de sus héroes o sus hombres representativos, traza el retrato de un tiempo, de una era, y va dejando el sedimento sobre el cual se levanta el conjunto de la cultura.
Los mexicanos tenemos un vasto panteón de héroes y de hombres representativos. Y cuando digo hombre me refiero al ser humano más allá de las casualidades de su género. Ya basta de la foxiana pedantería de los chiquillos y las chiquillas.
Pero en verdad no son sólo los seres excepcionales quienes hacen un país, de la misma manera como no son los arquitectos geniales quienes construyen las ciudades. La obra conjunta se hace en conjunto. Un país lo hacen todos sus habitantes aun cuando los destellos y fulgores de los mejores definan sus momentos estelares y alcen la mira para mejores resultados sociales.
Por eso es importante a veces, detenerse en el camino y revisar quiénes de entre nosotros tienen la estatura para permitirnos subir en sus hombros y mirar lo mejor del futuro. Muchas veces revisando lo mejor del pasado.
Desde hace tres años CRÓNICA les rinde homenaje a algunos de los mejores entre nosotros. Los personajes a los cuales con sencillez pero con sinceridad, esta casa editorial les ofrece el testimonio de su reconocimiento y quiere sintetizar a través de la mirada de un medio de comunicación, el aplauso de una sociedad agradecida por la obra cumplida; no la obra terminada, salvo en algunos casos excepcionales como el de Don Roberto González Barrera.
Muy notables son también en esta tercera entrega del Premio Crónica, las distinciones a los doctores Rafael Navarro González y Enrique Fernández Fassnacht, cuyas obras en los campos científico y educativo destacan en un país con tan serias carencias en esos rubros.
Sin embargo, y por razones fácilmente comprensibles, quiero comentar el premio a Jacobo Zabludovsky a partir de una premisa: el veterano periodista es, además de todo, el creador del periodismo mexicano por televisión y todos le debemos algo. Quienes hemos trabajado con él y quienes no.
La expresión, “cuando la televisión nació, Jacobo ya estaba ahí”, no es exagerada ni inexacta. Además es suya.
Antes de Jacobo la televisión (y también la radio) carecían de un lenguaje propio. Es decir, los locutores de engolada voz leían textos escritos para la prensa. Los noticiarios mismos se hacían desde las redacciones de los periódicos, especialmente EXCÉLSIOR.
Pero Zabludovsky le dio a la televisión su voz propia; la necesaria combinación entre palabras sugerentes e imágenes contundentes. El complejo balance entre lo visible y lo explicable, la estructura real del medio. La cámara y la narración. La sencilla complejidad.
Mi primer contacto profesional con JZ fue en un desaparecido programa producido por una empresa, en parte propiedad del desaparecido Pepe Guindi, llamada “Nivel Ejecutivo”, para Telesistema Mexicano. Se llamaba Hoy Domingo.
Cada semana se hacía una emisión diversa, una revista de amenidades y temas atractivos cuya amplitud era absoluta. Música, reportajes, entrevistas; revisión de la prensa; en fin como en las boticas, un poco de todo, con sencillez, pero con respetuosa inteligencia. A diferencia de la mayor parte de las emisiones actuales, en Hoy domingo, como después en 24 Horas, no hubo espacio para la vulgaridad ni la estulticia conformista.
Un día —y cuento esto como prueba de lo anterior—, escribí una nota sobre Golda Meir, en aquel tiempo primera ministra de Israel.
—¿Se dice primera ministra o la primera ministro? —me preguntó Jacobo con la nota en las manos.
Hablamos y hablamos. Para acabar la polémica, me dijo, mira, háblale a quien sabe de esto, y me dio el teléfono de Salvador Novo, en aquellos años colaborador suyo.
Le marqué a Novo y el maestro me dijo: ¿cuando un animal canino amamanta a sus cachorros usted le dice perro o perra?
—Pues es igual, —dijo con ironía.
Esta breve anécdota sólo quiere exhibir la acuciosidad del trabajo de Jacobo. Sencillo y responsable, puede tomarse el tiempo necesario para consultar una palabra, una simple forma gramatical; una fecha, un dato, lo cual contrasta con el descuido crónico de los medios electrónicos en su mayoría, llenos de pifias y errores.
Mañana en el edificio del viejo Colegio de Niñas del centro de la ciudad, ese Centro Histórico al cual ha dedicado muchas horas en los últimos años y cuya geografía de piedra y agua; baldosas y acequias, callejones, ventanales, bibliotecas, tabernas y figones conoce tan bien, esta casa editorial le ofrecerá a Jacobo Zabludovsky un reconocimiento por su prolongada e intensa obra profesional.
Toda una vida a lo largo de la cual ha recogido su siembra feliz. Hombre de familia, patriarca profesional, amigo entrañable. A estas alturas él ya no necesita recibir ningún premio. Los ha tenido todos. Pero nosotros sí necesitamos decirle de ésta y de muchas otras formas, cómo le agradecemos su compañía, su enseñanza, su constancia y su profesionalismo.
Astillero
- Los paisanos
- Corregir diplomacia
- Lozoya y Montaño
- Apoyo a migrantes
Julio Hernández López
Apesar de su enorme déficit en otros rubros del ejercicio gubernamental, el priísmo sostuvo durante décadas una política exterior que en términos generales fue respetable y que trató de equilibrar la dependencia económica y geográfica respecto de Estados Unidos, tendiendo la vista y la mano hacia Latinoamérica y otros países en desarrollo e incluso hacia naciones con relaciones poco afectuosas con la potencia del norte.
Justamente en ese punto, el de la política desplegada desde la Secretaría de Relaciones Exteriores, fue posible observar una marcada diferencia con el panismo llegado el poder. Desde el aventurerismo ilustrado de Jorge Castañeda hijo hasta la grisura sostenida de Patricia Espinosa, pasando por el nombramiento afrentoso no sólo de meros políticos habilitados como diplomáticos, al más puro estilo del peor priísmo clásico, sino incluso de absolutos desconocidos en el escenario político nacional a los que la suerte partidista acomodó en altos cargos burocráticos, embajadas y consulados sin tener alguna experiencia en esos menesteres ni adecuada formación académica, haciendo a un lado el servicio diplomático de carrera.
En ese remolino de ocurrencias e ineptitudes, millones de mexicanos han quedado en Estados Unidos en circunstancias muy desfavorables. Llevados al vecino país por la crisis económica permanente que no ofrece empleos ni oportunidades de crecimiento laboral y profesional, esos paisanos han quedado atrapados entre los desatinos tragicómicos de Vicente Fox, quien soñó con una relación de socios con su contraparte que mostraba similares condiciones de ignorancia y torpeza, George W. Bush, y con la engañifa de la tal enchilada completa (utilizando, en diversos tramos de esa locura gubernativa con botas, a un presunto especialista en asuntos migratorios y en relaciones con los centros de poder estadunidense, Juan Hernández).
Felipe Calderón, por su parte, entregó soberanía nacional como nunca antes en el México moderno, pero no consiguió a cambio ni siquiera un guiño más o menos serio de atención al gran problema nacional de los mexicanos en condición migratoria irregular. Contento con desempeñar el folclórico papel de gallito mexicano en pelea contra el narcotráfico, Calderón cosechó efímeros y cambiantes aplausos en alguna visita discursiva ante legisladores estadunidenses y se la pasó exigiendo que se frenara el tráfico de armas hacia México. Pero nada más.
La administración federal priísta (AFP) que entrará en funciones el próximo uno de diciembre habrá de diseñar una política exterior que debería colocar en el centro de sus esfuerzos la defensa real de los millones que viven en el imperio vecino y que mantienen contra viento y marea un apego a la mexicanidad que no es correspondido plenamente desde las cúpulas gubernamentales. Los mexicanos que laboran sin documentación suficiente en Estados Unidos colaboran con la economía del país de las barras y las estrellas (aunque la hipocresía y el patrioterismo fanático y criminal de algunos sectores gringos pretendan expulsar o limitar la participación de mexicanos en sus procesos productivos que de otra manera sufrirían por falta de mano de obra cumplida y sacrificada) y también colaboran con la de su patria, pues envían remesas que constituyen uno de los pilares de la economía nacional.
Hasta ahora, entre los nombres que asoman en el escaparate peñista para ocupar la secretaría de Relaciones Exteriores está el de Emilio Lozoya Austin, quien es hijo de Emilio José Lozoya Thalmann, economista que fue director del Issste y secretario de Energía durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, hijo a su vez del médico y general Jesús Lozoya Solís, quien llegó a ser gobernador interino de Chihuahua. Lozoya Austin tiene 35 años de edad, es economista por el ITAM y abogado por la UNAM, con una maestría en Harvard, y hasta el 10 de septiembre pasado era miembro del consejo de administración y de auditoría de OHL México, la empresa española que ha recibido valiosos contratos para obra pública en el estado de México y el Distrito Federal, siempre bajo sospecha de aprovechamiento de relaciones políticas para beneficios particulares. Otra pieza importante del engranaje peñista en asuntos exteriores es Jorge Montaño, quien ha sido embajador en Estados Unidos y ante Naciones Unidas, doctor en economía y profesor de varias generaciones de internacionalistas en la UAM y el ITAM.
Aun cuando pareciera cobrar fuerza la corriente que privilegia los aspectos económicos en materia de diplomacia (enfoque sostenido por el panismo), la situación de los mexicanos en Estados Unidos requiere de un trazo netamente político que deberá tomar en cuenta la conformación del poder estadunidense a partir de hoy. Aun cuando el peso de los grandes intereses suele convertir a los ocupantes de la Casa Blanca en meros ejecutores de las grandes líneas tomadas por las élites dominantes, de tal manera que republicanos o demócratas acaban significando solamente variantes en cuanto al mal trato o el desdén hacia lo mexicano, de ganar Barack Obama un cuatrienio más se daría una oportunidad notable de insistir en una reforma migratoria, mientras que la postura se tornaría más defensiva si el triunfador fuera Mitt Romney. En cualquiera de los casos, lo importante es que los poderes mexicanos dejen de colocar en segundo plano el tema fundamental de los mexicanos económicamente exiliados en Estados Unidos y que los partidos, las cámaras y la administración federal priísta empujen programas favorables para esa gran masa que lentamente va ganando peso y fuerza en ambas naciones.
Y, mientras Enrique Peña Nieto comía con la directiva del Panal Gordillo, sin la presencia de la Elbeja Reina pero sí de la hija senadora y el nieto diputado, y luego ese mismo mexiquense por fin lograba juntar un grupo de intelectuales para que cenaran con él, ¡hasta mañana, con los normalistas rurales de Michoacán de vuelta en las calles y con los diputados panistas dispuestos a explorar redacciones alternativas en los artículos polémicos de la reforma laboral!