Hubo repique de campana y no precisamente de boda. Su tañido se escuchó justo cuando las manecillas del reloj se juntaron a las doce del día, el estruendo significativo marcó la salida de las acciones de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) al mercado bursátil.
En términos llanos, se trata de la privatización real de una parte de la infraestructura aeroportuaria española y en lenguaje económico, fondearse en el mercado de capitales.
Y es que esta crisis larga y extravagante en España ha dejado muchas empresas debilitadas, tanto del sector público como del privado. Aena lleva desde el anterior gobierno del presidente José Luis Rodriguez Zapatero con rumores de una privatización total, luego parcial y finalmente abortó la intentona.
Se logró fehacientemente en la actual administración del presidente Mariano Rajoy cuando había que tomar decisiones duras y claves para arreglar la gravedad de los destrozos económicos y financieros herencia de una debacle sin precedentes.
De la desestabilización a la estabilidad. Aena logró el año pasado el visto bueno del Consejo de Ministros para llevar a cabo una semiprivatización: el Estado conserva el 51% y únicamente, de la parte privatizada, fue colocado un 28% en el mercado bursátil.
El tan esperado día llegó: aconteció el pasado 11 de febrero en el majestuoso Palacio de estilo neoclásico que alberga Bolsas y Mercados Españoles (BME). Fue como el primer día de clases, nervios a flor de piel, expectación y sonrisas.
No faltaron a las afueras del recinto un grupo de personas -entre empleados y extrabajadores de la empresa-, vociferando por todo lo alto la expresión de ¡chorizos! cuyo clamor fue más agudo en la medida que ingresó toda la plana mayor de Aena.
El día era de chipichipi. Justo a la hora marcada, José Manuel Vargas, presidente de Aena, realizó un alegre campanazo inaugurando así una nueva etapa para la empresa administradora de 46 aeropuertos.
Se trata, para tener una idea, del mayor gestor aeroportuario del mundo dentro de su infraestructura moviliza en promedio anual 196 millones de pasajeros. Por ende, una operación estratégica.
El precio de salida de la acción fue de 58 euros, del volumen colocado un 94.8% es para tramo institucional y el resto para pequeños inversionistas. De hecho, desde hace un mes, BSCH uno de los bancos intermediarios en el proceso estuvo ofreciendo a través de sus ejecutivos de cuenta la opción de comprar acciones de Aena sin comisión.
El hitazo para la empresa que dirige Vargas no podría ser mejor dado que esperaron mesuradamente pasar de los números rojos a un resultado bruto de explotación (Ebitda) de 1 mil 610 millones de euros a finales de 2014.
Con lo cual la operación ha generado confianza entre los inversores institucionales y privados a tal punto que en su wonderful day cerró con una ganancia del 20% ubicándose en 70 euros por acción.
A COLACIÓN
Tuve la oportunidad de platicar “en corto” con el presidente de Aena y es que había que preguntarle acerca del futuro de la empresa en Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP), en la que entró desde 1999.
Le consulté a Vargas si en esta nueva etapa hay la motivación de vender su parte de GAP a lo que respondió que “se trata de una decisión dentro de un Consejo y que no hay intención de vender”.
Recordemos que: “La participación de Aena en el Grupo Aeroportuario del Pacífico, SAB de CV (GAP), que explota 12 aeropuertos en México, se lleva a cabo a través de la sociedad Aeropuertos Mexicanos del Pacífico, SAPI de CV (AMP), que es a su vez el socio estratégico de GAP, con el 17.4% del capital y con la que ha suscrito un contrato de asistencia técnica. Aena Internacional es el socio operador de AMP, y participa con el 33.33% de su capital.”
Aena explota 12 aeropuertos en México. Así es que volví a indagar y le repliqué a Vargas que vender lo que tienen en el país azteca les dotaría de mayor liquidez a lo que enfático puntualizó “no necesitamos liquidez”.
Con la buena suerte deseada en el camino emprendido, nos encontramos con Antonio Zoido, presidente de la bolsa, quien se mostró bastante afable y complacido por la colocación. “Sin lugar a dudas –me confió–, es la mayor operación bursátil que se verá en Europa en todo el año”.