“La caída inmediata en las encuestas de Enrique Peña Nieto, porque es el brazo ejecutor del Estado mexicano y no representa los intereses del pueblo mexicano”

Grupos que han tomado la bandera de sentimiento y vinculación a las tragedias de los jóvenes de Ayotzinapa guerrero, y ante la insensibilidad, la inoperatividad del estado mexicano ante este hecho de impacto. en esta elección intermedia ,donde votaran mas de 84 millones de electores y en su mayor segmento social de clases oscilan de edades 18 a 36 años ,con un gran capital humano que se ha desperdiciado a falta de empleos , el desempleos a alcanzado el 3.7 %,una cauda de inseguridad en la población que ha producido temor ,stress, ante una juventud sin expectativas de cambios radicales en el país ,así como la renovación de los representantes del poder publico en base a mecanismos democráticos de legitimación de poder de los partidos políticos ; se renovará la Cámara de Diputados y 641 diputaciones locales,9 gubernaturas.

Las resistencias de un proceso de    Estado de bienestar social a un Estado comercial Globalizado las grandes tribus del poder financiero que han producido mayor pobreza y desigualdad social del pueblo mexicano, donde grandes segmentos sociales e 116 millones de habitantes levantan la voz de su inconformidad en varias regiones el país.

La democracia cautiva por un sistema de partidos que ha sido incapaz de vincularse a la población y solo ha sido instrumento mediático para poder empoderar al poder publico a estos institutos ; y por ende un estado alejado a los principios que dio un movimiento social que próximamente cumplirá 100 años de su existencia la carta fundamental del 5 de febrero de 1917.

En 1974, Daniel Cosío Villegas publicó un pequeño libro al que tituló El estilo personal de gobernar, en él señalaba “que las acciones del presidente de México se desarrollaban en el entorno de un poder inmenso, que se ejerce de forma personal e impredecible”. Vivimos tiempos de alta visibilidad mediática, y aquellos que detentan o aspiran a posiciones de importancia en la vida política enfrentan un ambiente informativo muy diferente al que había en el México que gobernaba el PRI el siglo pasado a los albores de mas de una década de este siglo XXI, de la kakistocracia que es el principal aliado del poder financiero y conductor de las políticas de organismos internacionales como el F.M.I. Credibilidad, crisis de la democracia 2015. Este año ante la credibilidad política, crisis lacerante de seguridad y penetración de la delincuencia organizada en esferas del gobierno (reconocida en municipios por Enrique Peña Nieto, pero existente en todos los ámbitos, vox populi).

En la última encuesta GEA-ISA (noviembre 2014) sólo 7% de sus encuestados cree en los partidos; 10% en la policía, 9% en las televisoras, 30% en el Ejército, 34% en la Iglesia y 42% en las universidades. Hay que conseguir democracia de verdad, no solo formas democráticas. Y para lograrlo, además de mayoría legislativa que permita ser contrapeso real del centralismo del poder del ejecutivo en base a la argumentación y respuesta social desde adentro a través del esquema diseñado, es imprescindible la movilización masiva de conciencias que permita ser fuerza ciudadana capaz de interactuar con el Estado mexicano. Pero esa conciencia crítica colectiva no se logra por ganar elecciones pero es un primer paso a los nuevos partidos de creación nueva con el Humanista que seria un inicio de una expresión diferente de la concepción del poder publico capaz de ser ente del poder social ciudadano de respuestas y acciones mediatas y inmediatas en las regiones del país capaz de crear una nueva cultura social traducido a una democracia entendida como forma de gobierno: expresa Sena; Se ganan elecciones si ha habido una movilización masiva de conciencias. Gramsci tenía razón al escribir que “la conquista del poder cultural es previa a la del poder político”. Poder cultural que es la hegemonía de la libertad, justicia, solidaridad y cooperación para que los derechos de la inmensa mayoría sea prioritario. Pero para que primen los derechos de la inmensa mayoría es preciso un cambio profundo, una revolución democrática. Es establecer una democracia de verdad y no autoritarismo maquillado de formas democráticas; libertad de expresión con verdadero derecho a la información y no mayoría silenciada; servicios públicos en vez de salud, educación y pensiones como mercancía; economía productiva al servicio de la mayoría y no especulativa para las élites. Muy especialmente, participación ciudadana. LA democracia es más, mucho más, que votar cada tres años, y a los mecanismos implementados apartar del 2015 a una reelección, así como reiterar nuevas formas de gobernanza que permita un mejor esquema de trasparencia, redición de cuentas y la corrupción e impunidad.

Alexis Charititsis de Syritza concreta por donde ha de caminar una democracia que necesariamente ha de ser participativa para ser democracia real. Es necesario un sistema con derecho de revocación, consultas públicas, referendos… Para cambiar las reglas de juego.

Las modalidades de un Estado corporativo se reflejan claramente en México en materia de derechos sindicales de asociación y de negociación colectiva de los trabajadores. La autoridad laboral, ejercida por la Secretaría de Trabajo a nivel nacional y a nivel local por Juntas locales, restringe los derechos de asociación, de acceso a la justicia y de debido proceso al imponer requisitos al margen de la ley, al intervenir en los programas de trabajo y las acciones de las organizaciones, al exigir la modificación de sus normas internas para la elección de sus dirigentes y para el reconocimiento de su personalidad jurídica, viéndose con ello seriamente afectado el principio según el cual las organizaciones sindicales pueden existir a partir de la voluntad de quienes las constituyen. Con ello provoca la desarticulación sistemática de organizaciones sindicales que no se someten al poder, lo que se lleva a la práctica mediante los sistemas de registros, de tomas de nota y de radio de acción, mencionados en la ley pero sin especificación alguna.

La “toma de nota”, que es un documento que otorga personalidad jurídica y reconoce a los representantes sindicales, es negada con argumentos similares a los del registro sindical, aun cuando la organización ya esté registrada. Esto implica que la organización cae en una total indefensión jurídica, tal como ocurrió con el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) o el sindicato minero, de modo que con esta maniobra la autoridad se adjudica la capacidad de reconocer o desconocer a las dirigencias sindicales, sin importar que hayan sido elegidos por los miembros de dichas organizaciones.

El Secretario de Trabajo otorga registros sindicales a personas de su confianza y propicia la firma de Contratos Colectivos de Trabajo, conocidos como “Contratos Colectivos de Protección Patronal”, que ponen en relación a las empresas multinacionales que llegan al país con los titulares de dichos registros, que son verdaderos sindicatos-fantasma. Aseguran un control absoluto sobre los trabajadores por parte de la patronal a costa de la libertad sindical y los derechos de los trabajadores. Estos sindicatos corporativos y de protección patronal no abarcan todos los sectores de la industria y los servicios, pues en algunos de ellos subsisten sindicatos independientes.