Un Ángel cayó del cielo para definir todo lo que en 117 minutos no pudo hacer Argentina y que más allá del pase a Cuartos de Final al vencer 1-0 a Suiza, sigue generando todas las dudas sobre un equipo que parecía contendiente y hoy peca de soberbia y de la dependencia sobre un Messi que por momentos se ve harto de la solitaria responsabilidad.
La afamada soberbia albiceleste hoy tiene todo su esplendor en una Selección que no presenta argumentos para estar entre los ocho mejores del mundo, pero que tiene la calidad individual y la suerte para instalarse ahí pese al mayor merecimiento suizo que vio en el último minuto la forma como Dzemaili estrellaba en el poste lo que habría representado un dejó de justicia en el partido.
El impecable orden helvético en la defensa se rompió en el segundo tiempo extra y Messi lo aprovechó para conducir, ceder a Di María y que éste venciera a un enorme Benaglio que ya le había cerrado la meta al del Real Madrid, pero que no pudo con el último embate.
La mejor noticia para Argentina no parece ser el pase, sino que en su camino sigue un rival que en teoría no debería representar problema, aunque parece que el crédito de la camiseta y el nombre tiene fecha de caducidad antes del 13 de julio.
Fueron 25 primeros minutos de estudio. Una vez que el “reloj” suizo notó la incapacidad albiceleste, se atrevió a ofender. Apareció el “chaparrito”, no el que todos esperaban, sino Shaqiri para desbordar por derecha y meter una diagonal al centro que Xhaka remató para completar un jugadón en el que “Chiquito” Romero se hizo gigante para hacer una gran atajada y mantener su arco en cero.
Luego tocó el turno de perdonar. Drmic encontró un trazo largo de Shaqiri que fue tan exacto que le metió todas las dudas a Romero, quien debió salir y prefirió amarrarse, pero el centro delantero de Suiza tampoco supo qué hacer y en una ridícula vaselina le dio el balón al portero.
Se fueron 45 minutos en los que las dudas de Argentina eran más grandes que en la Fase de Grupos. Eso provocó que Sabella le diera más libertad a sus laterales, aunque momentánea, pues la primera salida de Zabaleta dejó el espacio para otro desborde de Shaqiri que Drmic echó a la tribuna.
Argentina comenzó a hacerse fuerte. Suiza apeló al orden y dejó de pelear por la pelota. La albiceleste comenzó a tener opciones pero más por el repliegue europeo. Messi con un disparo de larga distancia y el portero Benaglio con dos grandes atajadas al astro argentino y a un cabezazo de Higuaín dejaron las jugadas en meras aproximaciones.