Bélgica consiguió su segunda victoria en la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014, al derrotar a Rusia en un partido equilibrado en el mítico Estadio Maracaná, que fue decidido por un buen gol del sustituto Divock Origi cuando el partido se acercaba al silbatazo final.

Durante los primeros minutos, el partido mostró mucha promesa. Los primeros intercambios fueron de área a área y se amontonaron las opciones de los dos lados. Primero Dries Mertens envió un disparo peligroso para los Diablos Rojos, mientras que los rusos respondieron con un remate de Victor Fayzulin, que rechazó bien Thibaut Courtois.

En esos momentos, el trámite era promisorio. Dominaba Bélgica, en buena medida gracias al trabajo de Kevin De Bruyne, que acarreaba la pelota de un área al otra en un gran despliegue físico, pero sus esfuerzos no podían ser aprovechados por un Eden Hazard poco participativo y un Romelu Lukaku muy aislado.

Rusia despertó promediada la media hora del encuentro a partir de un buen disparo de Maksim Kannunikov, de nuevo detenido por Courtois y desde entonces tomó las riendas del partido, aunque, por lo menos hasta el final del primer tiempo, Bélgica mantuvo la sensación de peligro.

Dominio ruso, final belga
Sin embargo, quizá por el calor o tal vez por el esfuerzo, los Diablos Rojos dejaron de ser inquietantes a partir del silbatazo que reiniciaba las acciones. Rusia mantuvo un dominio constante ante un favorito que no perdía el orden pero que no era capaz de generar peligro en el marco de Igor Akinfeev.

Sin embargo, tampoco los de Fabio Capello lograban manifestarse de verdad en el área rival, lo que provocó que el partido se estancara en media cancha, salvo por algunos sobresaltos en disparos lejanos que pasaron desviados de ambos marcos y en innumerables centros que se pasaban por las áreas sin rematador.

Tuvo que llegar un balón parado para marcar el despertar de los favoritos Diablos Rojos. Fue un disparo muy lejano de Kevin Mirallas que se estrelló en el poste de Akinfeev, y que recordó a los belgas que podían ganar el partido con diez minutos por jugarse. Desde ese momento, el dominio se invirtió, y el gol del triunfo fue una consecuencia.

Fue una extraordinaria jugada por la izquierda de Hazard, que había pasado inadvertido hasta ese momento. Tras desbordar a dos jugadores rusos, el creativo del Chelsea sirvió a Origi quien, desde el centro del área, sentenció con un poderoso disparo al techo de la red de Akinfeev.

No hubo tiempo para más, y Bélgica llegó a seis puntos, con lo que consiguió su pase a la siguiente ronda. Rusia, por su parte, deberá esperar el partido entre República de Corea y Argelia para conocer su destino. Ambos equipos volverán a jugar el próximo 26 de junio, Bélgica ante los coreanos en la Arena Corinthians de Sao Paulo, y Rusia frente a los argelinos la Arena da Baixada de Curitiba.