Etelberto Cruz Loeza.
¿ERA SABIO MODIFICAR LAS LEYES, SIN HABER ANTES CAMBIADO LAS COSTUMBRES? ¿O HABÍA QUE ROMPER CON TODO PARA PROGRESAR? CARLOS TELLO DÍAZ. PORFIRIO DÍAZ. SU VIDA Y SU TIEMPO. LA AMBICIÓN. PRHM. 2018.
Tomo de mi colaboración anterior algunas líneas: este sábado será 1° de diciembre y de acuerdo con nuestras leyes, tradiciones, prácticas y usos políticos, en ceremonia exprofeso para ese efecto, el señor Andrés Manuel López Obrador deberá, y tomará, posesión como titular del poder Ejecutivo Federal=presidente de la República de los Estados Unidos Mexicanos, y nuestra sociedad dará una muestra más de que por más de 100 años ha instalado pacíficamente los poderes de la Unión – los poderes Legislativo y Ejecutivo se habrán renovado e instalado. El poder Judicial (TODA la Suprema Corte de Justicia de la Nación tiene su propio calendario político y TODO el poder Judicial de la Federación está en funciones).
La sociedad habló el 1° de julio y las instituciones federales actuaron y hoy se cierra el ciclo y se abre un compás de esperanza, credibilidad y confianza. La famosa Luna de Miel, el bono democrático de los 100 Días Napoleónicos.
Pregunto: ¿Andrés Manuel López Obrador, será ante la nación, leal al artículo 87° constitucional en su acto de toma de posesión y repetirá: Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión; y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande?, cuando está tratando de cambiar a las instituciones republicanas, como la de establecer como fundamento básico y prioritario para las decisiones de política pública la, llamada, democracia participativa y no la representativa, de la cual es él cabeza y muestra; cuando trata de implantar la justicia transicional y no la de instituciones del poder judicial y cuando está la probabilidad de que cambiará los procesos democráticos electorales por las consultas públicas.
Y no es ni audaz ni temeraria esa pregunta. Sirvan como respaldo los hechos: la amañada consulta nacional sobre la definitiva ubicación del llamado nuevo aeropuerto de la ciudad de México, más la trapacera y fraudulenta consulta sobre la construcción-ubicación de 2 refinerías nuevas – 2 Bocas y Atasta – dentro de los 10 programas prioritarios de la nueva administración (y las ya anunciadas para el 2019, entre ellas sobre la agenda de seguridad y la cuarta sobre lo que él llama Constitución Moral, que nadie, salvo él, sabe qué diablos es éso, pues no existen respuestas a las interrogantes, ¿de quién dependerá? ¿Cuál será la estructura de ese código moral? ¿Quién castigará? ¿Cuáles serán los delitos? ¿Cuáles serán sus penas? ¿Dónde se purgarán los delitos? ¿Habrá policía moral? – ¿Acaso algo así como la del Gran Hermano? Ojalá que no vaya a salir con la embajada de los 10 Mandamientos y comulgar los viernes primero…¡Un poco de congruencia y sentido común, por favor!)…que sirven para respaldar las decisiones previamente tomadas y señaladas como lema en su última campaña política por la presidencia de la República y que serán actos de política pública; sobre esta última reflexiono – lo hago porque ya varios prestigiados analistas, entre ellos Leo Zuckermann, desmenuzaron geográfica, electoral y matemáticamente ese ejercicio, adjetivado como fraudulento -: de los casi 90 millones de ciudadanos empadronados, en esta pasada consulta acudió a entregar su opinión ¡casi el 1% del total de ciudadanos empadronado! Y aun más: de los 30 millones de votos que lo llevaron a la presidencia de la República, ¡Ni el 3% de sus simpatizantes le entregó su opinión favorable!
¿Dónde están?
¿Serán los primeros del ejército de decepcionados? La marcha convocada para el día 2 del inminente diciembre servirá para ver, sentir, percibir y valorar.
Mas finalmente, el señor presidente electo no tiene totalmente la culpa de este vacío de poder que él llena: la administración que ya se va- se fue desde el día 3 de julio anteriores – y los partidos políticos – dizque de oposición -, que le han dejado, como si no hubiera oponentes, contrarios, adversarios y enemigos , repito, dejado totalmente el campo de batalla y trinchera políticas, además de los espacio de comunicación, sin oposición alguna.
Es sumamente perjudicial que el primer ciudadano obligado por sí en respetar la ley, ¡ La viole! Y lo más grave, se defraude a sí mismo.
Mal ejemplo, de quien debe gobernar, legal y moralmente, con el ejemplo. Mala imagen.
A partir del próximo sábado, el señor Andrés Manuel López Obrador dejará de ser presidente electo para convertirse en titular del poder Ejecutivo Federal=presidente de los Estados Unidos Mexicanos, nuestro país y deberá gobernar para todos los mexicanos – ciudadanos o no -, no únicamente para esos 30 millones que votaron por él y, además, deberá vincularse con todos los mexicanos o por lo menos con lo que actualmente manda el artículo 35° Constitucional – 40% de los ciudadanos inscritos en la lista nominal padrón y/o el 33% de los integrantes de cualquiera de las Cámaras del Congreso de la Unión -, para que tenga el respaldo de la mayoría de los mexicanos y no única, y solamente, de sus fieles y militantes de su partido MoReNa, como lo ha mostrado en estos 2 ejercicios lúdico-político-electorales de consulta pública.
En caso contrario estaremos repitiendo o un neoformato imperial-romano: Pan y Circo, que los politólogos llaman Cesarismo – o un terrible, y populachero, juego asambleísta general, francés, mascarada de democracia participativa, con el que se viste el periodo de terror – con el nuevo o Dantón o Robespierre – que ya mostró sus efectos en la confianza y credibilidad en nuestras instituciones financieras, iniciando, sin comenzar aun, el periodo de terror revolucionario de la 4 T.
Este cercano sábado 1° de diciembre, será sumamente histórico. El señor presidente electo no dirá más de lo que ya ha dicho, mas está obligado a tranquilizar a todos, A TODOS para que ni la borrachera de poder, y sus efectos, ni la desconfianza, ni la intranquilidad social, financiera-bursatil=bancaria, ni la incertidumbre lleven al país al voladero.
Andrés López Obrador recibirá como herencia corrupción, impunidad, inseguridad y pobreza en el ingreso – que socavan estabilidad y limitan el desarrollo social – y un país, un Estado, una República con, y de, instituciones que se han mostrado vigorosas, fuertes, sanas y, como complemento, una sociedad con dificultades, pero para eso fue electo y resultó elegido, para que los resuelva…¡Y tiene todo el poder para lograrlo!…Si no, como lo establece el artículo 87° constitucional, la nación se lo demandará.
Debemos desear que a Andrés Manuel López Obrador le salgan bien todas sus cosas, sin raspones para la sociedad, ni al país ni a sus instituciones, porque si le va bien a él, nos irá bien a TODOS, A TODOS.