Recientemente fuimos – como sociedad=masa – objeto de detallado trabajo de propaganda y publicidad: todos los escenarios del encuentro deportivo – fut bol – fueron copados y trabajados: se ejerció un trabajo casi perfecto de sensibilización y dirección hacia una finalidad específica: comprar, comprar, consumir y consumir.

Sin olvidar cualquier otra actividad deportiva, de espectáculos, político-partidista, de información, etc., el encuentro futbolístico definitorio del llamad campeonato de Liga de la llamada primera división es merecedora de este espacio= tiempo.

Todos los miembros de la sociedad nacional – desde los cinco-seis años – fue objetivo de una intensa, significativa, especificidad=selectividad= sofisticación para llegar a la manipulación= masificación…a través de la televisión para vivir, consumir, comprar y pensar en una dirección.

Con la llamada Caja Idiota, que, afortunada o desafortunadamente, entra a los hogares se comunica a los homo videns=televidentes intensa actividad publicitaria=propagandística, que entrega palabras, imágenes, colores y acciones significativas para que determinadas clases=grupos sociales sean manipulados por la selectividad=sofisticación de los mensajes – que contienen voz, color, movimiento – para, partiendo de la saturación=selectividad de los mensajes, llegar a la manipulación…para comprar=consumir o, sin pensar, actuar en una dirección.

Es tal el grado de penetración=perversidad – lo que importa es vender-comprar-consumir-pensar hacia una dirección – de la televisión en las cuestiones propagandístico=publicitario electoral que su uso está limitado en tiempos de uso, cantidad de mensajes y contenido, pero en la publicidad comercial, no y ahí se vive el intenso bombardeo publicitario de palabras, imágenes, colores y acciones hasta rebasar la saturación, pues no hay límite.

Lo que no se informa es si los productos que se publicitan-propagan tan intensamente vía televisión, se consumen más en esos días-horas o los costos son inversiones para conservar los niveles de preferencia consumista o son un gasto y no una inversión.

Eso únicamente lo saben las empresas que utilizan a la televisión como herramienta= instrumento de manipulación=masificación.

Por lo pronto, ese encuentro fue de tal forma manipulado que miles, si no es que millones, contrataron los servicios=aplicación de chivas-tv y pagaron casi cuatrocientos pesos por la conexión – dos horas – y/o hasta diez mil pesos por un boleto de entrada al estadio Omlife, sede del encuentro. Curiosamente se olvida que la persona deportiva no es chivas, sino Guadalajara, pero que por la disputa legal entre el señor Vergara – dueño del nombre chivas – y su esposa – dueña de los derechos del nombre Guadalajara -, los derechos se dividieron. ¡Eso qué importancias tiene! (Y en realidad, ninguna. Es cuestión de pleito legal entre ellos dos, pero al consumidor se le olvida que lo importante es el sustantivo – Guadalajara – no el calificativo, chivas). ¡Sea por Dios y venga más!