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Una problemática que vulnera el derecho de decenas de miles de jóvenes a recibir educación pública y gratuita.

Nos referimos a los aspirantes que buscan tener un espacio y a los más de 55 mil que se encuentran en la matricula de la Casa de Hidalgo y que por esta situación también han sido afectados.

A casi dos meses sin que este conflicto haya encontrado una vía de solución, nos parece pertinente reiterar nuestro llamado permanente al dialogo como único instrumento para encontrar la salida a esta situación y evitar una confrontación de resultados lamentables.

Por ello, queremos dejar claro que rechazamos la violencia como vía de solución. Y lamentamos los llamados que se han hecho para que los estudiantes y trabajadores participen en enfrentamientos y desalojos.

Estos, lejos de ayudar sólo agudizan la violencia, pone en riesgo la integridad de los participantes y nos alerta de un inminente peligro que tenemos enfrente.

Lamentamos que a estas alturas no se haya tenido un diálogo sustancial y eficiente que permita destrabar el problema con una solución factible. Y que las autoridades universitarias no hayan acertado en una vía para destrabar el conflicto.

Por esa razón, respaldamos la propuesta que hizo el Sindicato de Profesores de la Universidad Michoacana, que consiste en la integración de una comisión plural compuesta por diferentes actores universitarios y de la sociedad.

Esto, con la finalidad de buscar la integración de interlocutores validos que permitan establecer un diálogo fructífero y avanzar en la solución de este conflicto poniendo por encima de los intereses particulares, los valores y principios humanistas que caracterizan a nuestra universidad.

Ojalá que pronto esta u otras propuestas que se hacen en pleno respeto a la autonomía universitaria, se consideren para que se pueda poner fin a este conflicto porque se trata de nada menos que del porvenir de nuestra juventud y del porvenir de nuestra universidad.