Un manatí de aproximadamente seis meses de nacido, 20 kilogramos de peso y 1.20 metros de largo, apareció muerto en los canales donde PEMEX tiene abandonados más de 100 pozos de petróleo y gas natural.

El señor Víctor Gómez Hidalgo hizo el hallazgo frente a la ranchería Cañaveralito, donde en días pasados descubrieron sin vida a miles de peces comerciales como robalo, carpa y pejelagarto, que hasta hace tres meses eran el sustento económico y parte de la dieta de las familias.

El manatí fue encontrado a las 12:00 horas del martes después de que su madre y otra cría pasaron nadando de manera irregular, dejando atrás al ejemplar más pequeño, que se quedó varado en el bordo del afluente.

Excélsior constató que hasta después de 24 horas del reporte de la población, las autoridades estatales y federales del medio ambiente como SERNAPAM, SEMARNAT y PROFEPA, acudieron al lugar sólo para enterrar con cal el ejemplar.

Ante los reclamos de los pobladores, de que no se investiga las causas del deceso de esta especie protegida y en peligro de extinción, los inspectores tomaron una muestra del corazón de la cría sin seguir los protocolos para una debida cadena de custodia, pues no contaban siquiera con una hielera para conservar el órgano en su traslado.

Los pobladores, exigieron atención inmediata a su salud, agua potable, despensas y empleo temporal.

Justo cuando se dio esta situación, Rafael Pacchiano, titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), se reunía en privado en la ciudad de Villahermosa, con el gobernador del estado, Arturo Núñez Jiménez, a una semana de que prometió 5 millones de pesos del Programa de Empleo Temporal (PET), plantas purificadoras y pipas de agua, que no han llegado a las comunidades afectadas y con niños enfermos con laceraciones en la piel, debido a la supuesta presencia de metales pesados como cadmio, plomo y aluminio.

Aunque el Gobierno Federal no ha querido reconocer que la contaminación proviene de las instalaciones de PEMEX, ayer la Agencia de Seguridad Energía y Ambiente (ASEA) colocó unos sellos de clausura en el pozo obsoleto Usumacinta 12 por fugas de gas natural en el agua al considerar que le falta mantenimiento.

En la región de Bitzales y pantanos de Centla existen aproximadamente 180 pozos de petroleros mexicanos y según datos oficiales de la ASEA sólo han revisado 33, a tres meses de que apareció muerto el primer manatí en el agua.