Aun cuando apenas han revisado la mitad del archivo y no está incluido su álbum personal y familiar, la colección fotográfica de Carlos Monsiváis podría alcanzar las 24 mil piezas coleccionadas en las más diversas temáticas, estilos y soportes. Los intentos por inventariar, organizar, entender y poner en orden el acervo fotográfico del cronista y ensayista mexicano que el viernes cumplirá cinco años de fallecido, han sido varios y son el nuevo reto que enfrenta el Museo del Estanquillo.

Durante febrero pasado, el archivo que se especula está conformado por entre 20 y 24 mil imágenes, entró en un nuevo proceso de catalogación a cargo de un equipo del Centro de la Imagen, encabezado por el investigador Alfonso Morales. Se trata del cuarto intento por poner orden a la importante y ecléctica colección fotográfica de Carlos Monsiváis, en la que predominan imágenes del cine mexicanos con personajes como Mario Moreno Cantinflas, Jorge Negrete, María Félix, Pedro Infante, Pedro Arméndariz y Joaquín Pardavé; pero también fotos de la Revolución Mexicana, la Decena Trágica y de la ciudad de México.

En la actualidad, Alfonso Morales y un equipo del Centro de la Imagen trabajan en el archivo con metas concretas: revisan el acervo para poder montar la exposición Pasado venidero. Aproximaciones a la colección fotográfica de Carlos Monsiváis, que en octubre albergará el Museo del Estanquillo como parte del festival Foto.mx; también está la posibilidad de un número especial de la revista Luna Córnea y tal vez una iconografía de Carlos Monsiváis, proyecto que no le desagrada a Beatriz Sánchez Monsiváis, prima del cronista, quien aseguró sin embargo que sería muy complicado pues hay muchísimas fotos en el archivo personal y familiar.

Ese material fotográfico forma parte del archivo personal de Monsiváis que no se ha contabilizado y no se incluye entre las 24 mil imágenes del acervo, de las cuales sólo 2 mil están en el Estanquillo, porque el resto permanece en la casa de autor en la colonia Portales, de donde podrían, en el futuro, ser entregadas en comodato al Estanquillo, como están todas las otras colecciones, cuyos derechos pertenecen a la familia, pues Monsiváis dejó intestado.

Acervo impenetrable y complejo. Evelio Álvarez, subdirector del Estanquillo, aseguró que ha habido varios intentos por catalogar el archivo fotográfico de Carlos Monsiváis, que se resiste a llamar fototeca, porque dijo que se trata de una colección más de las varias que reunió el escritor.

“El primer acercamiento de manera seria fue el que se tuvo a finales de 2003 y durante 2004 con el Centro de la Imagen, a cargo de Estela Treviño, pues no sabíamos cuántas imágenes se tenían; de esa primera etapa nos entregaron un archivo con 4 mil fotografías registradas, pero había un hoyo enorme que nunca se ha podido concluir”, señaló Álvarez, quien trabajó durante varios años con el autor de Catecismo para indios remisos y A ustedes les consta.

El segundo intento por clasificar una colección que es enorme y ecléctica, que lo mismo da cuenta de la vida cultural y artística que del crecimiento urbano de la ciudad de México, como del desarrollo social, estuvo a cargo de Luis Jorge Gallegos, quien invitado por Monsiváis trabajó la colección entre enero y junio de 2010. El proyecto que inventario al menos 10 mil imágenes se truncó con la muerte del cronista.

Gallegos pretendió hacer un registro de la totalidad del archivo en un inventario que documenta el nombre del autor de la foto, aunque pocas lo tienen; número de la clasificación, descripción de la imagen y si es en blanco y negro o color. Ese inventario fue entregado al Museo del Estanquillo.

“Alguna vez Carlos, ya medio enfermo, estaba trabajando en su oficina alterna, que era al lado de la biblioteca, cuando llegué y le dije: ‘Vengo a escanear tu casa’; él me respondió: ‘Qué es eso de escanear tu casa’. ‘Vengo a sacar fotografías´, y tal cual, alzaba libros, sacaba folders, encontraba litografías, pinturas, grabados. Un día nos encontramos un Toledo hecho rollo detrás de un mueble, íbamos sacando y le dije: ‘todo lo que encuentre de fotografía lo voy a ir reuniendo’. Todos los libros de fotografía o todo lo que viera que se refería a fotografía lo empecé a reunir sobre dos mesas en un espacio que él me reservó para ese fin, un espacio donde era un caos porque así era él, su naturaleza y su esencia era el caos”, señaló en entrevista el fotógrafo Luis Jorge Gallegos, quien no pudo llevar a buen puerto el último proyecto artístico de Monsiváis: la fototeca.

Tras la muerte del escritor llegó la venta de su biblioteca a Conaculta para incorporarse a La Ciudadela, la Ciudad de los Libros; pasado un tiempo, el Museo del Estanquillo emprendió el tercer intento por trabajar la colección fotográfica a través de un convenio firmado con la Escuela Nacional de Restauración, Conservación y Museografía “Manuel del Castillo Negrete” (ENCRyM). Evelio Álvarez refirió que esa tercera etapa implicó un trabajo con restauradores para hacer un diagnóstico químico de toda la obra. “Hasta ahí quedó, el convenio no se ha renovado con la ENCRyM, pero tenemos los resultados. Ahora viene una cuarta etapa que aborda la colección desde sus orígenes, de nuevo, con el Centro de la Imagen, un espacio que permanece cerrado, aunque se preven dos exposiciones a partir del 25 de junio; y su reapertura en octubre con la exposición producto del acervo fotográfico Carlos Monsiváis, dentro de Foto.mx

De nuevo a revisión. La nueva etapa de revisión y posible catalogación de la colección fotográfica de Monsiváis se realiza fundamentalmente en la casa de la colonia Portales por un equipo que incluye iconógrafos y que se rige por varias hipótesis, pues Alfonso Morales aseguró que es una colección fundamental para entender la pasión colectora de Monsiváis, pero sobre todo es un acervo que permitirá confirmar que “la fotografía era material constitutivo y elemento definitorio de su manera de escribir, una escritura que se apropió de los recursos narrativos de la imagen fotográfica y del cine”.

Morales aseguró que toda la obra de Monsiváis está permeada por la imagen y que la fotografía es parte del imaginario desde el cual escribía. “Su uso de la fotografía era como editor, no sólo como escritor; en los diferentes suplementos o revistas donde participó, la fotografía tuvo siempre un lugar muchos años antes de que ésta tuviese una legitimidad cultural y artística; no hay libros de Carlos donde no esté presente la fotografía como epígrafe, como elemento complementario, como materia de pensamiento y de reflexión”.

El investigador que ha trabajado de igual forma los archivos de Héctor García y Nacho López reconoce que otra vertiente del acervo muestra que Carlos fue el artista más retratado de México en el siglo XX. “Tenía una conciencia plena de cómo usarse a sí mismo como personaje fotográfico en relación a la cámara, combinado con una reserva personal extrema; es una combinación de exhibicionismo galopante con una reserva personal extrema”.

El equipo en el que colabora Evelio Álvarez y el fotógrafo Pablo Méndez, que trabajaron con Monsiváis, laboran a contrarreloj en la revisión del acervo para seleccionar las piezas de la exposición en Foto.mx, ya luego vendrá el asunto del comodato al Museo del Estanquillo. Beatriz Sánchez señaló que es un proyecto a largo plazo. “Primero se va hacer la revisión, luego se va hacer el registro, la catalogación, también se va a ver el espacio físico donde estaría, ya que tenga ese espacio con esas características, se uniría a las colecciones”, dijo la albacea de las colecciones de Monsiváis, quien agregó: “Las colecciones son nuestras y están en calidad de préstamo al Museo, como estaban con Carlos; por tiempo indefinido la colección fotográfica podría pasar a la misma situación”.