El Museo de Bellas Artes de Boston acoge a partir del 12 de octubre la exposición más completa que sobre la obra del pintor Francisco de Goya se ha mostrado en Estados Unidos, tras la montada hace 25 años en el mismo edificio y que fue muy aplaudida.

Hacía un cuarto de siglo que el público estadounidense no esperaba tan impacientemente una exposición del pintor español, destacó una de las comisarias Stephanie Stepanek, quien rememoró la anterior en el mismo museo en 1989.

Entonces, el New York Times calificó la exposición “Goya y el espíritu de la Ilustración” como “la más importante del artista en la historia de Estados Unidos”. Estaba compuesta por 125 pinturas, grabados y dibujos que llenaron 12 galerías del museo.

Ahora, 160 obras brillan en la nueva exposición, “Goya: Orden y Desorden”, cuyo título muestra el juego de contrarios del célebre pintor, que retrató a cuatro reyes entre los siglos XVIII y XIX.

“Goya se une siempre a los contrarios. No es que veas en una imagen el orden y en otra el desorden, sino que ves ambas perspectivas en una misma pintura. Ves como los opuestos tratan de ponerse de acuerdo en la misma imagen”, resumió Stepanek.

“Goya le trasmite algo a todo el mundo. No importa si eres estadounidense o español”, insistió la comisaria, quien hizo hincapié en la modernidad del artista y en la contemporaneidad de sus temas, especialmente la violencia y la guerra.

Los comisarios decidieron dividir la exposición en ocho categorías para aportar un nuevo enfoque de la capacidad creativa de Goya.

“Es hora de mirar al arte, de mirar a Goya de una nueva forma”, subrayó Stepanek, quien destacó que las exposiciones sobre Goya hechas anteriormente -como “Los últimos trabajos de Goya”, celebrada en 2006 en la Frick Collection de Nueva York- solían enfocar solo un aspecto del artista.

Para la comisaria, era el momento de mirar a Goya “en toda su complejidad”, de una manera fresca y eso significaba mezclar pinturas, grabados y dibujos en diferentes secciones que se centran en los temas y dejan atrás una visión cronológica.

De estas ocho secciones, la comisaria destacó una sala llamada “El equilibrio”, en la que se exhiben cuadros de gente cayendo, saltando y volando, reflejo “de los cambios de la época que vivió el maestro”.

Entre estos cuadros, Stepanek resaltó uno en el que se ve a un hombre patinando y tratando de mantener el equilibrio.

“Este equilibrio y desequilibrio podrían simbolizar el orden y el desorden de la obra de Goya que tratamos de reflejar en la exposición”, apuntó la comisaria.

Entre el resto de secciones, destaca también la dedicada al poder, encarnado por su personaje central: el gigante.

Condicionado por una época convulsa y sangrienta, Goya plasma en El Coloso (1818) un gigante amenazador, inmovilizado por la carga del poder, que según la comisaria, “parece debatirse entre la luz y la oscuridad”.

Otro de los cuadros de esta sección “Los pequeños gigantes” muestra cómo un niño rico y otro pobre se ponen uno encima de otro, reflejando las luchas internas del poder.

En la sección “Otros mundos, otros estados”, los visitantes son capaces de ahondar en dos facetas de las exploraciones espirituales de Goya: sus creencias cristianas y sus opuestas, las supersticiones.

En esta parte se incluye el grabado de El sueño de la razón produce monstruos -parte de la serie de “Los Caprichos” – y, con el que el artista alerta de la amenaza de las “fuerzas oscuras” pero también muestra que es posible “soñar”, según la comisaria.

Esta pieza también se incluye en la primera sección, “Goya se mira a sí mismo”, en la que se aúnan un amplio número de autorretratos del artista, cuya trayectoria vital se resume en la sala “Estudios de la vida”.

Así, en la sección Juego y Caza se plasma el diferente proceso creativo de Goya, mientras que en la última sala “Solo Goya” se resumen las características que establecen la grandeza del artista mediante por ejemplo enjambres de figuras humanas.

En esta parte, sorprende la madrileña Iglesia de San Antón, cuyo altar se ve en “La última comunión de san José de Calasanz” (1819), cuadro que se mostrará por primera vez en Estados Unidos, según Stepanek.

A los 60 grabados y dibujos del Museo de Bellas Artes de Boston le acompañarán en la exposición piezas del Museo del Prado -21 obras-, así como cuadros del Louvre, del Metropolitan de Nueva York o de la Galería de Arte de Washington, entre otros.