La cripta de la iglesia de las Trinitarias se ha convertido en un lugar desde el que conocer cómo era el Madrid de los siglos XVI y XVII, ya que, mientras se buscan los restos de Miguel de Cervantes, van apareciendo momias, ropajes y detalles en enterramientos que pueden arrojar luz sobre esa época.

“Es tan espectacular lo que los expertos están detectando en la cripta que el interés de la búsqueda ya va mucho más allá del tema de Cervantes: se han encontrado cosas muy, muy interesantes”, dijo Luis Avial, el responsable del equipo de georradar que localizó los puntos de la iglesia donde podría estar enterrado el escritor.

Antropólogos, forenses e historiadores apuran sus últimos días de trabajo en esta iglesia del madrileño barrio de las Letras donde se cree que el padre de “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha” fue sepultado en 1616, y donde apareció una tabla de madera donde podían leerse las iniciales M.C.

Pero al margen de ese hallazgo importantísimo que da “muchas garantías” de que aparecerán los restos de Cervantes, Luis Avial confiesa estar “emocionado” con la cantidad de información que podrá extraerse sobre los siglos XVI y XVII cuando terminen los trabajos de documentación en la cripta y los historiadores comiencen a explicar y poner en contexto lo que han encontrado.

“Hay técnicos del Museo del Traje que están casi llorando de emoción; se está conociendo muchísima información de cómo se vivía y moría en los siglos XVI y XVII”, relató Avial.

Habrá que buscar explicación, por ejemplo, a la gran cantidad de enterramientos encontrados en la cripta, muchos de ellos de niños que fueron sepultados prácticamente de forma simultánea, se cree que en épocas de hambrunas y enfermedades.

“Una vez salgan los antropólogos y forenses de la cripta serán los historiadores los que tendrán que poner en contexto todo lo que se encuentre”, dice el georradarista, cuyo trabajo en la primera fase de la investigación permitió localizar en qué partes de la iglesia había sepulturas.

La expectativa de los investigadores de que se encontrarán los restos de Cervantes es “muy, muy elevada”, y fue ese primer nicho donde se encontró la tabla el que dio la clave: tras la reforma de la iglesia de las Trinitarias a finales del siglo XVII se depositaron en la cripta los restos de las personas que habían sido enterradas en el templo inicial.

Pero debido al rigor con que trabaja desde hace un mes la treintena de técnicos está analizando “todo” y no solo el nicho donde apareció la tabla junto con restos de una decena de personas, entre ellas de niños y al menos una mujer.

“Ya estamos terminando, estamos en lo más interesante y pronto vamos a compartir la información que yo creo que va a ser cien por cien positiva”, afirma el investigador.

Las incógnitas sobre dónde están los restos de Cervantes se van a despejar seguramente la próxima semana, después de un mes de analizar cada rincón de la cripta de esta iglesia de la orden de las Trinitarias en la que Cervantes pidió reposar en gratitud a la orden que lo rescató de su cautiverio en Argel y porque su hija, Isabel de Saavedra, profesaba en ese convento.

Quedará por ver qué se hace con los restos en caso de encontrarlos y qué papel tiene ese hallazgo en la conmemoración en 2016 del cuarto centenario de la muerte del escritor español más universal, que coincidirá, con el homenaje de Inglaterra a William Shakespeare, cuya tumba puede visitarse en la iglesia de su pueblo natal.