Angelina Jolie asegura que ha pasado por altibajos y que la situación que ha vivido tras su separación de Brad Pitt ha sido difícil y “muy dolorosa”, pero que todo esto la ha hecho “un poco más fuerte”.

En dos entrevistas con People y The New York Times, la actriz habla abiertamente por primera vez de su separación de Pitt en septiembre del pasado año y de lo que esto supuso para ella y sus seis hijos.

“Nada de eso es fácil, es muy, muy difícil, una situación muy dolorosa, y solo quiero que mi familia esté bien”, aseguró la actriz, para quien su primera y principal responsabilidad son sus hijos. “Todo lo demás va en un segundo lugar”, agregó.

En plena promoción de su nueva película como directora, “First They Killed My Father”, producida por Netflix y que la estrenará en su plataforma el 15 de septiembre, Jolie ha recibido a dos periodistas en su nueva casa de el barrio de Los Feliz, en Los Ángeles.

Una casa que perteneció a Cecil B. DeMille y a la que Jolie y sus hijos se han mudado tras pasar nueves meses viviendo de alquiler después de abandonar el hogar que compartían con Brad Pitt en la misma zona de Los Ángeles cuando inició los trámites de separación del actor, con el que llevaba once años.

“No he trabajado durante más de un año porque me necesitaban en casa”, dice la actriz en referencia a sus hijos: Maddox, de 16 años, Pax (13), Zahara (12), Shiloh (11) y los mellizos Knox y Vivienne, de 9.

“Son los mejores amigos que he tenido jamás. Nadie en mi vida ha estado más cerca de mí”, afirma de sus hijos, los tres mayores adoptados y los tres pequeños biológicos, nacidos de su relación con Pitt.

Y aunque aún no están recuperados del todo, Jolie cree que ya están preparados para vivir “nuevas aventuras”. “Todos hemos estado un poco bloqueados” pero ahora “están ansiosos de volver a salir al mundo”.

El mayor ya ha empezado a involucrarse en el trabajo de su madre y aparece como productor en los créditos de su nueva película, que se desarrolla en Camboya, país donde Maddox fue adoptado.

“Quería que Maddox viera lo extraordinario que es su país”, dice de una película basada en una historia real de una superviviente del genocidio de los Jemeres Rojos.

En las entrevistas también habló de cómo echa de menos a su madre, Marcheline Bertrand, que murió por un cáncer de ovarios hace diez años. Debido a estos antecedentes, la actriz decidió someterse a una doble mastectomía y a una extirpación de ovarios y señala que “hasta ahora” su salud es buena.

Y sobre su imagen de “reina de hielo”, asegura que está acostumbrada a no encajar. “Nunca espero ser la que todo el mundo entiende o le gusta y está bien, porque yo sé quién soy, y los niños saben quién soy”.