El 21 de marzo pasado con la llegada de la Primavera también aconteció una constelación de buenos augurios en pro de modificar el sector de las telecomunicaciones y aunque fuera de madrugada, la Cámara de Diputados aprobó,  en lo general y particular, el dictamen de reforma en materia de telecomunicaciones.

Se trata de una las primeras grandes reformas impulsadas  poco más de cien días después del regreso del PRI en la Presidencia y en la fase en la que generalmente acontece un desencanto entre el elector y sus expectativas; y la sintonía de que todo sigue igual.


Sin embargo, que nada  siga igual es uno de los cometidos de la reforma en telecomunicaciones,  que recupera al Estado como eje rector en la administración del espectro radioeléctrico.

Esa es quizá la baza fundamental de la que además pende la existencia de una nueva figura reguladora: el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel). Además que  habrá dos nuevas cadenas digitales de televisión, una nueva corporación gubernamental de televisión sin fines de lucro y la Inversión Extranjera Directa se permitirá hasta el  100% en telecomunicaciones y comunicación vía satélite, y hasta el 49% en radiodifusión.

Si bien la reforma no es perfecta es un gran paso para modernizar las  telecomunicaciones, impulsar su dinamismo rompiendo el molde acomodaticio de las grandes  cadenas de televisión y telefonía que controlan el panorama y que a falta de que las fuerzas del mercado por si solas abran el pastel, será el Estado el que despeje el camino.

Para el senador Javier Corral, la iniciativa del presidente Peña Nieto tiene un hondo calado y es lo más significativo en la materia en los últimos cuarenta años.

Si alguien sabe del valor de esta reforma es precisamente Corral quien desde hace más de veinte años ha luchado en diversos frentes por que el Estado garantice a los mexicanos el derecho a la información.

Como él lo expresa, la reforma asegura “los derechos de libertad de expresión, libertad de información, y derecho a la información, así como su ejercicio responsable en la operación de los medios”.

Para los detractores del presidente Peña Nieto, quienes lo acusaron de complicidad con Televisa durante su campaña electoral, esta reforma  es una “bofetada con guante blanco” porque será desde la ley como la posición preponderante quedará reducida.

Grupo Televisa tiene una cuota de mercado comercial de alrededor del 70%, se trata del grupo dominante de televisión en México. Sus informativos noticiosos son los de mayor audiencia del país, hace poco menos de un mes, uno de sus informadores reconoció un montaje televisado en el que se detuvo a una ciudadana francesa que dio origen “al caso de Florence Cassez”.

Esa necesidad de democratizar la información y elevar su difusión con sentido ético y responsable es recogida por el espíritu de la reforma que también subraya “ningún actor podrá tener más del 50% del mercado”.

Respecto de la telefonía fija e Internet,  América Móvil, Telcel y Telmex ostentan el 70% de los suscriptores de móviles y el 70% de los usuarios de telefonía fija, en México.

Tampoco en este ramo se permitirá que un solo grupo posea más del 50% del mercado además de que la reforma busca cumplir un viejo anhelo: universalizar el uso del Internet en territorio mexicano.

A COLACIÓN

La Organización para  la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) tiende sendos estudios del costo del servicio de Internet y las tarifas por minuto de las llamadas telefónicas de fijo y móvil, en casi todos ellos México figura en los niveles de tarifas más elevadas.

A partir de la aprobación de la reforma, los cambios esperados deberán tener varios efectos: 1) Reducción en las tarifas debido a la aceleración de la competencia gracias a las ofertas  de servicios y precios tanto en fijos como móviles. 2) Descenso medio por minuto de voz. 3) La banda ancha móvil será un servicio estrella. 4) Cuádruple y quíntuple play que combinan servicios de comunicación fijo y móvil y servicios de voz y banda ancha.

De manera conjunta es meter mano directamente en televisión, radio y telefonía, es un gran mercado que moviliza millones de dólares anualmente.

Para muestra un botón, con la telefonía móvil: de acuerdo con datos de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), al cierre del año pasado, en México había 100.6 millones de suscripciones en telefonía móvil.

La gente sigue aguardando por una caída real en el precio por minuto de servicio, que la factura mensual refleje verdaderamente el sentido de la competencia. Con la reforma aprobada las posibilidades de que esto suceda se multiplican.