Después de la estrepitosa derrota que el partido Movimiento de Regeneración Nacional con su candidato presidencial ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, infringió a todos sus adversarios, éstos se disponen a entrara en un proceso de autoanálisis, autocritica y autoevaluación, para poder explicarse el porqué de tal derrota y como reconstruirse para ser presentables ante la sociedad que los rechazó consiente o inconscientemente.

Al interior del Partido Revolucionario Institucional, la gran mayoría de las voces que se han alzado, coinciden en culpar de todos los males del tricolor, derrota incluida, al presidente ENRIQUE PEÑA NIETO, cuya “camarilla” de políticos cercanos, le traicionaron tejiendo una complicada, pero frágil, red de corrupción, acompañada de un velo muy transparente de impunidad.

Me atrevo a afirmar que tal red de corrupción fue frágil, por que trascendió al dominio público parte de su trama y lo transparente es porque se creyó en el círculo del poder, que, sacrificando a algunos, principalmente gobernadores, se entraría en un proceso de “purificación”, bajo la premisa de que el buen juez, por su casa empieza, premisa que fracasó, pues se interpretó como la punta de un iceberg mayor de corrupción.

Corrupción e impunidad, se convirtieron en el sello de la administración de PEÑA NIETO, sello que por supuesto sus adversarios, lograron endosárselo al Partido Revolucionario Institucional, a tal grado que, la sola marca PRI, se convirtió ante la sociedad en sinónimo de corrupción, impunidad y media docena más de adjetivos peyorativos.

Desde el inicio del proceso electoral del 2018, se percibió un alto nivel de rechazo social a la marca PRI y, en consecuencia, a todo lo que del él emanara, las múltiples encuestan así lo determinaban, de manera que la esperanza priista de un eventual triunfo electoral, dependía más de que las encuestas se equivocaran, que de hacer internamente lo necesario para amainar el desprecio social, por el contrario, el proceso interno priista fue desastrosamente ejecutado.

Hoy, se alzan voces que exigen la refundación de su partido, otras, señalan que solo hay que reconstruirlo, empero, en ambos casos, pretenden que ese proceso, de refundación o reconstrucción, se realice sin la participación de aquellos a quienes se les considera responsables de la destrucción del partido y la consecuente y estrepitosa derrota.

Argumentan que la refundación o reconstrucción partidaria se debe de hacer con sangre nueva o con los que no se sienten responsables de la destrucción y derrota, pues argumentan que “el mandado, no es responsable” como fórmula para evadir su cuota de responsabilidad por omisos y complacientes de quien tomaba las decisiones.

En cualquiera de los casos, las voces discordantes parecen olvidar que a quienes hacen responsables de la debacle, están legalmente constituidos y tienen en sus manos la dirigencia de la institución y los hilos conductores de la estructura, a demás de buena parte de la militancia leal, lo anterior, sin demérito de su pertenencia política a alguna de las expresiones internas.

¿Quién o quiénes de los que hoy se lamentan y exigen juicio y destierro a los responsables, tienen la solvencia moral y calidad política, para pedir o exigir a los legalmente constituidos, que sean “generosos” y se hagan a un lado, para poder iniciar la multicitada refundación o reconstrucción partidaria? Hasta hoy, las voces disidentes no provienen de priistas puros e inmáculos, por el contrario, provienen de priistas que gozaron del dedazo, la imposición y la impunidad a sus trascendidos actos de corrupción.

Durante su larga vida, en la época postrevolucionaria, el revolucionario institucional ha hecho de la concertación y el acuerdo, su norma no escrita para superar tiempos y circunstancias adversas, no son tiempos de cadalso y paredón, la generosidad no se exige, se otorga para que tenga valor moral y produzca resultados positivos.

PRIMERO REESTRUCTURACIÓN, LUEGO REFORMA: RUÍZ MASSEU

Este miércoles, en el seno de la Comisión Política Permanente del Partido Revolucionario Institucional, se tomó protesta estatutaria a CALUDIA RUÍZ MASSEU y a RUBEN MOREIRA como presidenta y secretario general provisionales del CEN del PRI, protesta que les fue tomada por MANLIO FABIO BELTRONES.

Ya en su discurso de toma de protesta, CLAUDIA RUÍZ anunció que, dentro del término estatutario, se lanzará la convocatoria respectiva para elegir al presidente del CEN de ese partido, que termine el periodo estatutario que dejó el propio MANLIO FABIO BELTRONES y que será hasta el 2019 en que se realizará la reestructuración definitiva del Comité nacional.

En otra parte de su discurso, RUÍZ MASSEU dijo que el PRI entrará en un periodo de reflexión para determinar las causas de la derrota, pero que mientras eso sucede, se renovarán la tercera parte de los comités estatales, los comités municipales y seccionales de al menos 20 estados de la república y 15 Consejos Políticos Estatales, por que todos, están vencidos en sus periodos estatutarios

LIBERTAD ABSOLUTA A MIRELES

 JOSÉ MANUEL MIRELES VALVERDE quedó totalmente absuelto del delito de portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército cuando formó parte de las autodefensas, luego de que el Segundo Tribunal Unitario del XI Circuito en Morelia, sobreseyó el proceso en su contra.

“Con esta fecha se dicta la siguiente resolución: primero se revoca la resolución interlocutoria dictada el 15 de enero de 2017 dentro del incidente de sobreseimiento conexo a la causa penal 137/2014 que se instruye a José Manuel Mireles Valverde por el delito de portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército, para ahora declarar procedente el sobreseimiento de dicha causa con efecto de sentencia absolutoria”

Su defensa evalúa presentar una demanda contra el ex Comisionado ALFREDO CASTILLO, el ex Secretario de Gobernación, MIGUEL ÁNGEL OSORIO CHONG, e “incluso” al Presidente ENRIQUE PEÑA NIETO.