El 20 por ciento de los grandes atletas a nivel mundial padecen asma, que incluyen a la ganadora de medallas olímpicas Jackie Joyner, que en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, donde obtuvo siete preseas en las disciplinas de heptatlón y salto de longitud, y quien desde niña fue diagnosticada con este padecimiento, y David Beckham, ex futbolista inglés, afectado por la enfermedad desde que era pequeño, cuya carrera profesional cumplió más de dos décadas. Ambos deportistas son un ejemplo de que los niños que viven con este padecimiento pueden realizar actividad física, aunque deben considerar ciertas medidas para que sus prácticas deportivas sean seguras.

El asma infantil es una enfermedad que se caracteriza por una hiperreactividad de las vías respiratorias ante diferentes estímulos:
• Irritantes, como humo de tabaco, contaminación y exposición a productos químicos.
• Alérgenos, como pólenes, esporas y ácaros de polvo. Infecciones por virus o bacterias, como resfriados o gripas.
• Cambios bruscos de temperatura, como calor, frío, lluvia, humedad y viento. Emociones, como risa, llanto y estados de ansiedad.
• Ejercicio inadecuado.

Ante estos agentes desencadenantes, los bronquios se inflaman y comprometen el adecuado funcionamiento de los pulmones, al dificultar la entrada y salida de aire, lo que complicaría la práctica de un deporte. Sin embargo, con la identificación de los factores que afectan a cada niño y con un tratamiento adecuado y bien dosificado, este padecimiento se puede controlar muy bien.

Deporte y salud
La doctora María Cristina Rodríguez Gutiérrez, directora del área de Medicina del Deporte de la Universidad Nacional Autónoma de México, dice que el primer paso para que los niños con asma puedan realizar una actividad física que los conduzca a conseguir y mantener un buen estado de salud es, precisamente, alcanzar un adecuado control de su enfermedad.
“Desde el momento en el que pediatra o el neumólogo pediatra realiza el diagnóstico, los padres deben vigilar que el niño siga todas las instrucciones al pie de la letra y tome las dosis precisas de los medicamentos. Cuando existe la certeza de que todo está en orden y el médico lo autoriza, es posible iniciar las prácticas físicas. Y, aquí, la actividad más recomendable es la natación, debido a que, además de fortalecer los pulmones, las albercas representan ambientes cálidos y húmedos que favorecen y facilitan la respiración”, explica.

La especialista revela que hay varias medidas que se deben de tener presentes en las prácticas deportivas de los niños con asma:
1. El entrenador responsable debe saber que el niño lo padece.
2. Se requiere de un buen calentamiento previo a la actividad.
3. Las prácticas deben incrementarse de manera gradual e ir de intensidad leve a moderada.
4. El inicio del entrenamiento debe ser por intervalos cortos: 6, 8 o 10 minutos, parar, recuperar el ritmo respiratorio, comprobar que no hay ningún problema e iniciar otro periodo de ejercicio.
5. En la medida de lo posible, el pequeño necesita respirar por la nariz, para humedecer y calentar el aire, y no por la boca.
6. Es requisito que tenga sus medicamentos de rescate siempre a la mano, y debe aprender a dosificar y a hacer las inhalaciones correctamente.
7. Siempre será conveniente la presencia cercana de un adulto, para que asista al menor en caso necesario.

La práctica sistemática de un deporte debe ser un estilo de vida para un niño, porque es preventiva de innumerables problemas de salud, así como lo ayuda a alcanzar un buen rendimiento que lo mantendrá en excelentes condiciones físicas y mentales.
Para leer:
Convivir con el asma: niños y adolescentes, Alonso E, Martín F, Lucas C, Editorial: Médica Panamericana.
Colaboración Fundación Teletón México#EscuelasLibresDe Byulliyng
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