Atlas llegó como más como una víctima segura que como un verdugo. En los números había una diferencia pronunciada, y también en el momento anímico.Tres derrotas, cinco empates y ninguna victoria era ya una losa muy pesada para su técnico Omar Asad. Pensar en una caída u otra igualada comprometía su estabilidad en el mando.

Al ’80 cuando Omar Bravo le festejaba a Oswaldo Sánchez su otrora compañero en Chivas se detonaba el estallido del canto que alentaba al Atlas a cumplir la misión.

 

“¡Vamos rojinegros, que esta noche tenemos que ganar!”, clamaba una y otra vez y más fuerte la Barra 51. Era el 2-1. Pero ese canto sería ahogado cinco minutos después con la media tijera de Rafael Figueroa.

Sin más opción, los rojinegros se rebelaron a la sentencia que dictaba la lógica frente a un rival como Santos. Al igual que en otros partidos el equipo del Turco propuso y generó oportunidades.

Para su fortuna esta vez la constancia en el ataque redituó en los primeros minutos del primer tiempo, específicamente al ‘8. La defensa de Torreón se vio sorprendida en un saque de banda de Sergio Amaury Ponce, Vuoso peinó de cabeza, también Millar, y el balón llegó hasta el lado izquierdo de Omar Bravo donde puso un disparo violento al ángulo de Oswaldo.

Atlas tendría infinidad de opciones para aumentar el marcador a través de Vuoso, quien se hartó de fallar y de dejar incompleto el grito de gol en los 14 mil 714 aficionados en el estadio Jalisco.

Los rojinegros perdonaron y pagarían la factura para reprimir la emoción de ganar por vez primera en el torneo y en la era de Asad.

Santos empataría al ’74 a través de Javier ‘Chuletita’ Orozco al aprovechar la novatez de la defensa con Giovani León y Antonio Briseño.

Bravo daría una ligera esperanza de que la noche de este 7 de septiembre Atlas podría sumar sus primeros tres puntos cuando Figueroa rechazó con las manos un tiro de Vuoso.

Omar Asad explotaba en júbilo en la banca porque sentía que amarraba su primer triunfo.

El mochiteco cobró el penalti, venció a Oswaldo, y sin olvidar las viejas rencillas en el vestidor de Chivas con su ex compañero no dudó en festejarle el gol dentro de la portería donde otros rojinegros lo abrazaban. El guardameta contuvo el coraje ante la celebración.

Poco duraría la alegría de Bravo y compañía.

Otra vez la inexperiencia de Briseño y León salió a relucir para darle espacio a Figueroa de lanzarse una media tijera que terminó en el fondo de las redes para el 2-2 al ’85.

Atlas no pierde, no gana, vuelve a sumar un punto y llega a seis unidades que no lo saca de los últimos lugares de la tabla general.